Argentina, el mejor peor país del mundo

Los argentinos están convencidos que viven en un lugar horrible, algo con lo que no coinciden en nada los extranjeros

Hay una horrible campaña/moda instalada ya hace varios años que dice, mas/menos, que Argentina es el peor país del mundo. Este mito urbano tiene últimamente su mayor correlato a través de las redes sociales.

Se utiliza en parte con humor cínico y en otra gran parte con indignación, resignación y malhumor ante diferentes injusticias, situaciones que aquejan a diario a los habitantes del país, o cuando las cosas no son como quisiéramos que sean teniendo en cuenta/comparando con románticas idealizaciones de como se vive en otras partes del planeta.

Y lo peor de todo para nuestro gran ego es que al menos antes como ejemplo nos poníamos enfrente al Primer Mundo, y ahora nos flagelamos ante la supuesta superioridad de nuestros humildes vecinos limítrofes (¡que horror!)

La frustración y el cinismo en este sentido parecería ser mayor entre los millennials (un rango de edad entre 18 y 35 años aprox), algo que podría explicarse superficialmente diciendo que buena parte de ellos recién inicia o transita sus primeros pasos en el mundo laboral, la integración social, etc y, como todos nosotros, crecieron con el convencimiento utópico de que la Argentina merece ser mucho más de lo que es, siendo lo peor de todo que ¡no vieron salir campeón a la Selección Argentina! (JA).

Lo cierto es que como dice el viejo axioma de experimentadas abuelas "el pasto siempre es más verde en el jardín de al lado".

Pregunten a los brasileños como ven a su país, a los mexicanos, a los chilenos, ¡a los envidiados uruguayos! En todos lados hay problemas y nadie está contento con el país en que vive pero es SU país. Porque no hay nada como vivir en el país de uno, y más para los argentinos, que cuando consiguen irse extrañan todo el tiempo, lloran y quieren volver. "¡Afuera hay que laburar en serio viejo!" "Acá no hay milanesas" "La pizza de acá no es pizza" "Traeme yerba y dulce de leche por favor!!!" "Cómo estraño a lo' muchacho'" son algunas de las frases más comunes entre los migrantes.

Vivir afuera no es para todos, y menos para los argentinos, que les encanta viajar para volver, contar y mostrar las diapositivas del Coliseo.

Según datos actuales proporcionados por Cancillería, viven en el exterior entre 1 y 1,5 millón de compatriotas sobre un total de 44 millones de argentinos aproximadamente que habitan este bendito suelo (habilitados para votar un poco menos de 400 mil).

De hecho, según la ONU la Argentina es uno de los países con menor cantidad de expatriados del mundo. Y de acuerdo también a la ONU, en base a datos de 2018, viven en la Argentina un poco más de 2 millones de extranjeros.

Entonces, si este es un país de m... ¿porque apenas un poco más de un millón viven afuera y más de dos millones lo eligieron como destino?.

Porque es mentira esa verdad, y si no hablen con los más chicos, que todavía están contentos a pesar de escuchar la permanente cantinela de los adultos contra su país, con los turistas, con los inmigrantes, o con los músicos que vienen a presentarse a este lejano rincón donde los espera el famoso "mejor público del mundo".

Así lo pudo comprobar hace pocos días en La Trastienda el exquisito Robert Glasper, quien ofreció con su trío una psicodélica mezcla de improvisaciones de música negra entre jazz y hip hop, que tuvo una emotiva apoteosis cuando al finalizar un tema la gente coreó "Robeeerto, Robeeerto" y el artista, asombrado, se unió con sus músicos al festejo.

Pasa siempre, en cada uno de los cientos de conciertos internacionales que llegan hasta estas tierras (como a muy pocos lugares de la región), donde tenemos la oportunidad de ver a los artistas más disimiles del mundo, populares o no, viejos o nuevos, los espectadores interactúan generando un espectáculo aparte, diferente.

Pasa con AC/DC, los Rolling Stones, Jamiroquai, el Lollapalooza, Patti Smith, Sabina, Luis Miguel, Daniel Baremboim, Caetano, Silvio Rodríguez y No Te Va a Gustar, todos se llevan el mejor recuerdo y la gran ovación de su carrera, y la mayoría vuelve, como no.

Esta es la patria de Charly García, Spinetta, Cerati, Lebón, Piazzolla, Gardel, Troilo, Atahualpa, Mercedes, Lalo Schiffrin y el gato Barbieri ¿cómo podría ser un país de mierda?

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