CRONISTA POR UN D A

Éxtasis por el glamour del G20 y sobredosis de barro doméstico

Hacía demasiado tiempo que los CEOs locales no palpitaban un escenario internacional de la magnitud del G20. El encuentro los enfrentó a ellos mismos a pensar en el mediano y largo plazo, algo que todos le reclaman a la dirigencia política nacional hace décadas pero que sólo un puñado de empresas practica en su quehacer cotidiano. En el G20, sin duda todo fue win-win. Pero ahora hay que mirarse al espejo.

Son más o menos las palabras que esbozó el mismo presidente Mauricio Macri en la conferencia de ayer. Se firmaron acuerdos comerciales que comprometen unos u$s 8000 millones, de los que u$s 5000 millones serán desembolsos de China. Entre los sectores beneficiados están Vaca Muerta y el campo. Los que, hasta ahora, motorizaron la economía de la gestión Macri. Tal vez por eso, desde ayer ya se escuchaban voces temerosas de la letra chica de los acuerdos rubricados con el gobierno de Xi Jinping. Eso se discutirá esta semana misma en la mesa chica de la Unión Industrial donde tienen una agenda muy abultada para debatir este fin de año. Allí deben alinearse las posiciones para definir cómo será la sucesión del actual presidente Miguel Acevedo, cuyo mandato finaliza en abril próximo. ¿Habrá reelección?

El encuentro que nucleó a los países que concentran el 85% del PBI mundial en sus puños opacó el impacto nacional de que el CEO de Techint, Paolo Rocca, fue procesado por el juez Claudio Bonadio porque no le creyó que desconociera el pago de coimas. El directorio de Tenaris y de Ternium salió a respaldar a Rocca en su posición y en su accionar. El juez se habría dado el gusto de que el empresario se enterara de su situación procesal mediante la televisión. La noticia corrió como pólvora por todos los directorios privados locales.

En la UIA aquel martes pegó el faltazo el vicepresidente y directivo de Techint, Luis Betnaza. De algún modo en la entidad hubo alivio porque Rocca en sí mismo no es socio director de la entidad aunque nadie puede con ese dato eclipsar el peso específico de Techint como aportante, mentor e ideólogo de la central fabril. Por supuesto la mesa chica se solidarizó con Rocca desde la perspectiva de que en el fono su accionar respondió a la necesidad de preservar a una compañía en funcionamiento (en relación a la expropiación de Sidor en Venezuela y la "intermediación" de los Kirchner para cobrar la indemnización). Rocca es un peso pesado del sector privado local pero, en realidad, el gancho al hígado que disparó el juez no golpeará única ni excluyentemente a ese grupo.

Es más, probablemente Techint salgo airoso en el mediano plazo, con el consecuente pago de multas, tal como le ocurrió en Brasil por el escándalo de Odebrecht. Esta situación vuelve a subir a escena el accionar cómplice y silencioso del empresariado argentino durante los 12 años de Gobierno del matrimonio Kirchner. No todos actuaron como Rocca, no todos tuvieron la posibilidad de actuar como Rocca y, por último, no todos fueron empresarios de la talla de Rocca. Es decir, hubo empresarios que pudieron aguantar los aprietes sin coimear y quienes fueron pseudoempresarios conniventes.

En otros ámbitos empresariales como ACDE, presidida por Juan Vaquer, el Foro de Convergencia Empresarial, que coordina Miguel Blanco, IDEA, y hasta la devaluada Cámara de la Construcción creen que esta situación ayudará a separar "la paja del trigo". Incluso hay algunas constructoras, por ejemplo, pequeñas y medianas que ven en este río revuelto la oportunidad de ganar obras y licitaciones que en otros tiempos no hubieran podido ni soñar.

Del mismo modo, hay otros jugadores que creen que tienen muchas chances de acceder a financiamiento por ejemplo estadounidense, tras la visita del presidente Donald Trump, por tener la foja judicial sin manchas. Otras entidades como IDEA, que preside Javier Goñi, aceleran la puesta en marcha del tribunal de ética para el sector privado en base al código de ética que ya aprobaron este año.

En el Gobierno, celebran que este hecho genere un inevitable punto de inflexión dentro del sector privado. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, siempre calificó de "prebendarios" a los dirigentes empresariales enquistados en sus poltronas y a muchas compañías (incluso líderes), también. Por eso viene trabajando con jóvenes dirigentes, creó por ejemplo, el J6 con quienes se reunió en reiteradas oportunidades y promueve un recambio empresarial de fondo. El presidente Mauricio Macri, tildado por muchos como un Primer Mandatario del establishment, lo deja hacer en este sentido.

Probablemente, Macri post G20 no volverá ser el mismo pero, sin duda, tiene muchos frentes domésticos para atender con urgencia. Por ejemplo, la inflación, la campaña 2019 y la CGT. Son tres nubarrones que asoman de inmediato en el fango de la política doméstica. En pocos días se conocerá la medición de inflación de noviembre y la suerte está totalmente echada. Eso podría servir de excusa ideal para reactivar la conflictividad gremial que está agazapada. Los docentes bonaerenses y los trabajadores aeronáuticos ya dieron el puntapié inicial.

Con los 40 ítems de las sesiones extraordinarias, el Gobierno se esforzó por devolver los favores recibidos durante la aprobación del Presupuesto 2019. Es un listado de temas que buscó evitar conflictos justamente para esquivar el adelantamiento de la campaña para este fin de año. Sin embargo, la inflación en las góndolas y las mediciones oficiales que se conocerán en pocos días amenaza con barrer de un plumazo el meticuloso esfuerzo de redacción parlamentaria del oficialismo y con convertir a este diciembre, que recién comienza, en otro caliente mes de fin de año de la República Argentina.

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