CRONISTA POR UN D A

La democracia liberal en la picota

Las democracias liberales, la división de los poderes, los principios de libertad de pensamiento y de expresión pasan en el mundo por una crisis severa y en algunos casos irreversibles. Así, países democráticos, como lo soñó el liberalismo en el siglo XIX, quedan pocos.

Hay antecedentes de quiebre de las instituciones históricamente más cercanos. La Primera Guerra Mundial con sus atrocidades y sus 10 millones de soldados caídos en combate, la desaparición del Imperio Austrohúngaro y la del Imperio Otomano junto con el Reino de los Zares representaron cortes abruptos de las bases de la democracia.

No en vano después de aquella matanza inútil y caprichosa por parte de los reyes y la aristocracia, llevada adelante por generales "sonámbulos" como lo definió un especialista. Emerge el fascismo en Italia, con tal fuerza que copa el poder en 1922. El ideario de Benito Mussolini se expande a países vecinos, promueve la creación de partidos similares al de él, llega a Latinoamérica a caballo de los pensadores nacionalistas. El fascismo prende en la Argentina con rapidez. Quedará minimizado después de la Segunda Guerra Mundial.

En Alemania, las reparaciones de guerra a los vencedores seca el dinero del Estado y motoriza el odio. La República de Weimar, centro de expresiones artísticas ( música, teatro, cine) y arquitectónicas revolucionarias es una llama que se apaga con la crisis de 1929/1930 que asoló el mundo occidental. Casi de inmediato, en 1933, Hitler, jefe del movimiento nazi, llega a la cima del poder absoluto y alarma a las pocas democracias existentes.

En Rusia, el idealismo revolucionario se traslada a una guerra civil que dura cuatro años y arrasa con los pocos alimentos existentes. Después de la muerte de Lenin,tras dos ataques cerebrales , las intrigas de Stalin logran entronizarlo como un Dios indiscutible. Los que no lo alaban son asesinados o enviados al Gulag, donde los va matando el frío siberiano, la ceguera nocturna, la falta de medicamentos, el maltrato.

Después de 1945 y la entrega de 50.000 millones de dólares de entonces a cargo del general Marshall a la Europa Occidental , la culpa por las matanzas, la destrucción de las ciudades, el fin de los totalitarismos permite un retorno a la democracia liberal. Claro que el dinero que manejó Marshall tenía otro objetivo y muy especial: ganar la simpatía de los países hambrientos frente al surgimiento de la guerra fría, las manifestaciones de elogios a Stalin y la urgencia por recrear todo lo que había sido agujereado por los bombarderos aliados en el continente y en Gran Bretaña por los alemanes.

La creación del Mercado Común Europeo, con su sede en Bruselas también tuvo como premisa enterrar las armas, acabar con los conflictos. El comercio dentro del viejo continente estrecharía los contactos, todo se haría más fluído, más pacífico y racional.

Europa pasó después de varias décadas por dos momentos que desencadenaron problemas. Primero fue la creación del Euro como símbolo de unidad, el equilibrio financiero, la defensa de las instituciones democráticas. Después de ello vino la incorporación de los ex-países comunistas en la mayoría de los casos dominados, pese a la caída del Muro por autócratas que alimentaron la corrupción. Todas las naciones fueron obligadas a rendir cuentas a Bruselas . Por ese compromiso inamovible después del acuerdo de Maastrich, muchos jefes de Estado mintieron exponiéndose a graves consecuencias.

La severa crisis del 2008 llevó a la quiebra o al límite antes de cruzar el abismo a todos aquellos que habían mentido, en general los países que daban al Mediterráneo. Es en ese momento en el cual aparece, junto a la desesperación de las poblaciones, el odio a los políticos, la falta de respeto a las democracias y un rencor contra el liberalismo. Fue el alimento para que ganaran espacio los populismos, tanto de derecha como de izquierda. Aunque con un fenómeno anexo muy particular. Comienza la entrada de los inmigrantes (2 millones sólo en Alemania), el ciudadano medio tiene temor a perder su empleo, a rodearse de gente extraña. Emerge la violencia, la intolerancia, la búsqueda de un líder que represente al pueblo, que hable por el pueblo y que termine a lo samurai con la corrupción que trae el cambio.

Fueron las capas sociales intermedias la base de populismos opuestos al sistema. Italia se transformó en un laboratorio que experimentaba las razones de ser de las nuevas tendencias políticas. El Movimiento 5 Estrellas, creado por el cómico Beppe Grillo pegó un giro notable: primero fue anticapitalista, con bastante dosis de izquierdismo, con rechazo de la política conocida hasta entonces y una pugna contra las restricciones impuestas por Bruselas y el Mercado Común. Hoy Grillo y su movida es decididamente xenófoba y anti extranjero, aliado a la ultraderecha lombarda neo-fascista, que esta conducida por Matteo Salvini, a quien llaman "un pequeño Mussolini".

En Francia, el movimiento Francia Insumisa que venía poniendo en práctica un leguaje populista de izquierdas, similar incluso a Podemos de España, se ha transformado en xenófobo y antiinmigrantes. Lo sorprendente es que la ultraderecha ha asomado con decisión en los países nórdicos, conocidos como el refugio de la social democracia y los gobiernos preocupados por la gente. están presentes también en Holanda y Austria. En todos los mencionados el antisemitismo está sobre la mesa.

La ultra derechista Marine Le Pen se viene reuniendo con Matteo Salvini, preparando los argumentos políticos necesarios para ganar en las próximas elecciones parlamentarias europeas. Salvini ha declarado : "Nuestros enemigos están en el búnker de Bruselas, Han traído precariedad y pobreza y se aferran a las poltronas. Estamos tratando de devolver prosperidad a 500 millones de europeos. Apartaremos a los socialistas y democráticos del poder y volverá al centro de la escena el debate sobre el empleo y el control férreo de las fronteras".

Cruzando el Atlántico aparece Donald Trump, con un lenguaje populista, rechazado por todo el este y el extremo oeste del país, pese a que las condiciones económicas han mejorado por las decisiones emprendidas en su momento por Obama. Dos diarios importantes como The New York Times y Financial Times indican que Trump pertenece y gobierna para el sector más adinerado de los Estados Unidos. Su preocupación por los humildes es fingida porque la concentración de la riqueza queda cada día más en el 2% o 3% de los más ricos mientras los otros van navegando en el 97% por ciento restante.

En el Este, en las regiones ex-comunistas se ha multiplicado el racismo y el odio a los subsaharianos y sirios. Como ya dijimos son autocracias basadas en la corrupción y aliadas con los "oligarcas", directivos de empresa, al mejor estilo de la Rusia de Putin, el inamovible, que suele proteger y animar a todas las manifestaciones de ultraderecha en el Oeste del continente.

Por todo ello no puede asombrar la inminente llegada al Planalto de Jair Bolsonaro, un diputado desapercibido durante 26 años que se presentó en la vereda de enfrente del PT de Lula, que fue fuente de actos de corrupción inauditos, incluyendo a directivos de grandes empresas estatales, financistas, parlamentarios y dirigentes de otros países de América Latina. El "caso Oderbrech" mostró el mecanismo de la ilegalidad y el soborno. Obtuvo una mayoría absoluta en la primera vuelta, los mercados lo recibieron con euforia, se disparó la Bolsa de San Pablo y la euforia en Wall Street. Bolsonaro es un hombre peligroso. Representa la ideología de las Fuerzas Armadas que quieren que se las escuche, ha elogiado la dictadura militar, odia a los homosexuales, a los negros y subestima a las mujeres.

¿Cómo fue posible su triunfo? Los sondeos de opinión confirman que la sociedad brasileña como la de muchos países europeos quiere un líder fuerte que "ponga orden" ante el desquicio que dejó la administración del PT. Así las cosas, Bolsonaro es acariciado por los reclamos de una sociedad hastiada y saqueada. Algo muy peligroso.

El populismo de derechas o de izquierdas, el rechazo a los principios democráticos es el signo inquietante de estos días tan vertiginosos.

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