Lebac, la Hidra que deberá matar Macri

El problema no es el vencimiento de los $ 687.000 millones de Lebac. Muy probablemente se renueve más del 85% de ese monto, como viene ocurriendo en las últimas licitaciones. La mayoría en el plazo más breve, de 28 días. Esto implica que cada mes el Banco Central (BCRA) tiene que hacer un esfuerzo mayor para retener casi la mitad del stock, que asciende $ 1.270.335 billones. Este es el verdadero problema.

La última vez, en abril, el BCRA pagó 26,3% anual. Ahora, con tasas de 45% anual en el mercado secundario, el costo será mayor.

Con estos niveles de rendimientos, que se mantienen elevados desde fin de 2015, el stock de Lebac tuvo un crecimiento exponencial. De 120% en el primer año, de 71% en el segundo. Se cuadruplicó en 29 meses. (El gráfico adjunto del economista Amílcar Collante es elocuente).

En cada vencimiento, como se renueva solo una parte, el BCRA reduce parcialmente la circulación, pero por los intereses, el stock se sigue espiralizando. Por un lado, recorta $ 80.000 millones, pero al mismo tiempo agrega $ 240.000 millones.

Como la mitológica Hidra de Lerna, a la que se le corta una cabeza y le crecen otras tres. Es muy probable que una de las primeras recomendaciones que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le efectuará al gobierno de Mauricio Macri sea equivalente al segundo trabajo encomendado a Hércules: matar a la Hidra de las Lebac.

El año pasado, el monstruo creció el equivalente a u$s 27.000 millones. Prácticamente la contracara del financiamiento externo que ingresó al país. Hoy, las Lebac estarían generando una obligación adicional en pesos, equivalente a u$s 20.000 millones anuales. Casi el monto de la asistencia que se le está pidiendo al Fondo.

La cifra representa 4 puntos del PBI al déficit público total, por el costado cuasi-fiscal. Algo que el FMI conoce muy bien, desde los stand-by que otorgó en los años 80, cuando la Argentina pactaba un déficit primario en la carta de intención, que sorteaba a través del artilugio del endeudamiento paralelo del BCRA, que se destinaba al Tesoro Nacional.

No es un secreto que en las rondas de consultas informales con algunos economistas y ex funcionarios, las autoridades exploraron la posibilidad de efectuar un canje de las Lebac. Entre las recomendaciones que recibieron, sobresalen dos: que necesariamente debería ser voluntario y que el instrumento alternativo fuera preferentemente en dólares y a 10 años de plazo.

La versión generó revuelo no solo en el mercado local, sino también en el exterior, donde se abrió un debate, acerca de si tal operativo sería considerado o no como un default. Esto se reflejó en la cotización de los seguros de default soberanos de Argentina: los Credit Default Swaps (CDS) de la deuda a 5 años treparon 31,3% en el último mes y en la semana pasada este derivado encabezó la lista de las mayores alzas, superando a los del Líbano, México y Brasil.

El capítulo Lebac no será el único, pero sí quizás el primero de una serie de recomendaciones del FMI que, a grandes rasgos, apuntarán a acelerar la dinámica del gradualismo para bajar el déficit total.

Matar la Hidra de las Lebac quizás sea el próximo trabajo que el gobierno de Macri deberá encarar, como parte de la receta para sofocar el principio de incendio cambiario.

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