Para analistas, la suba del dólar en el mundo no dura más allá del tercer trimestre

Los factores que explican la reciente apreciación son más coyunturales que estructurales, por lo que debería ser interpretada como una corrección dentro del movimiento de depreciación que arrancó a fines de 2016. Los déficits gemelos de EE.UU., el principal lastre que tira para abajo la recuperación

Como hacía mucho tiempo que no sucedía en la Argentina y en buena parte del mundo, la apreciación del dólar se convirtió en una de las principales noticias de las últimas semanas. Para los argentinos, esto no tiene nada demasiado de novedoso, en un país donde la moneda perdió hace rato su función de reserva de valor. Pero afortunadamente, todavía estamos lejos de la época en que uno se iba de viaje y, al llamar para ver cómo estaban las cosas, lo primero que preguntaba era a cuánto había cerrado el dólar.

Más allá de esto, hay una verdadera preocupación en otros países emergentes y desarrollados por saber hasta dónde puede llegar esta escalada del dólar, sobre todo por lo que sucedió con la divisa durante todo el año pasado. Si se toma el índice dólar ("dollar index"), que mide su evolución contra una canasta compuesta por seis de las principales monedas del mundo, de enero de 2017 a principios de abril de 2018, éste cayó alrededor de un 15%. Luego, en la segunda mitad del mes pasado, el mismo indicador pegó un salto cercano al 3,5%, lo que puso a todos en alerta ante la posibilidad de un cambio de tendencia significativo.

¿Cuán fuerte puede llegar a ser la actual suba del dólar? Para los analistas, los factores que la explican a nivel internacional son más coyunturales que estructurales, por lo que debería ser interpretada como una corrección dentro del movimiento de depreciación que vive la divisa estadounidense desde fines de 2016.

Vale recordar que, en ese momento, el dólar había tocado su pico máximo de los últimos 14 años, hecho que coincidió con la llegada de Donald Trump a la presidencia de EE.UU. De todos modos, el mensaje del actual presidente durante la campaña había sido muy claro con respecto al tipo de cambio: "Es muy difícil competir cuando se tiene un dólar fuerte mientras otros países están devaluando su moneda", fue uno de sus numerosos tweets sobre el tema.

Factores coyunturales

Es así que a nadie le sorprendió que la divisa se depreciara fuertemente durante el año pasado, puesto que uno de los objetivos de la política económica del gobierno de Trump era recuperar parte de esa competitividad perdida. De hecho, los especialistas consideran que este ciclo de depreciación debería seguir en los próximos meses.

Para Jaco Rouw, analista de NN Investment Partners, "este movimiento de apreciación del dólar coincidió con una nueva fase de suba de los rendimientos de los bonos estadounidenses, al traspasar la línea del 3% a 10 años. Por eso la explicación del rebote debería ser que las tasas más elevadas en EE.UU. están sosteniendo al dólar. Pero hay varios puntos oscuros dentro de este relato".

A lo que se refiere el experto es lo que se viene dando como factor desencadenante externo de la reciente disparada del dólar en la Argentina y en toda la región: desde enero de 2014 que la tasa del Bono del Tesoro a 10 años no alcanzaba la barrera psicológica del 3%, lo que provoca una huida de fondos hacia este tipo de colocaciones. Es lo que se conoce en la jerga financiera como el "flight to quality": cuando se incrementa la tasa de los activos menos riesgosos, también crece su atractivo, en detrimento de alternativas de inversión menos seguras, generalmente de emergentes.

El problema de los déficits

En la visión de Marc Franklin, especialista de Conning, "lo que viene ocurriendo fue una divergencia creciente en la suba de la tasa de inflación de EE.UU. contra la de la zona euro y Japón. Pero a medida que entremos en el segundo semestre de este año, tanto la inflación de la eurozona como la de Japón van a empezar a recuperar terreno, siempre asumiendo que los precios del petróleo se mantengan sin grandes cambios". Eso significa que el Banco Central Europeo y su par japonés deberían aumentar sus tasas de interés de referencia más pronto que tarde. Para Franklin, el mayor impedimento estructural para que la actual apreciación del dólar se mantenga más allá del tercer trimestre se encuentra en los déficits gemelos (fiscal y en cuenta corriente) que arrastra la economía estadounidense. "El aumento del déficit fiscal se vuelve incontrolable; los mercados se preocupan por su tamaño y por un posible incremento del déficit en cuenta corriente", agregó.

Entre los demás factores que los analistas evalúan para sostener la opinión de que el ciclo bajista del dólar debería seguir durante 2018 se encuentran la decisión del presidente Trump de aplicar aranceles a las importaciones de diversos productos, lo mismo que la reforma fiscal aprobada a fines de 2017. Nadie duda de que el déficit fiscal se va a profundizar con esta medida, lo que inevitablemente lastra el tipo de cambio.

¿Cuán grande sería la depreciación del dólar durante los próximos meses? De acuerdo con una encuesta realizada por Reuters entre diversos operadores de los mercados cambiarios, la mediana de sus previsiones sobre la cotización del dólar para dentro de un año sería de u$s 1,28 por euro, cuando hoy se ubica en u$s 1,19.

En la visión de Scott Minerd, de Guggenheim Partners, "existe una razón que explica por qué EE.UU. tiene un déficit comercial estructural [incluido dentro del déficit en cuenta corriente, N.del R.]. Se debe a que el mundo quiere mantener al dólar como moneda de reserva. Si insistimos con no tener más desequilibrio comercial, entonces estamos afirmando que no queremos seguir siendo una moneda de reserva". Esto hace que EE.UU. tenga que tomar deuda para financiar sus déficits y, en una situación como la actual, en la que éstos empiezan a volverse incontrolables, inevitablemente termina afectando al tipo de cambio.

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