LIBRO DE AUTOR - Isela Costantini

Isela Costantini: "No creo en una reforma laboral igual para todos"

La ex CEO de General Motors y Aerolíneas Argentinas acaba de publicar Un líder en vos, en el que recorre su carrera profesional. En un mano a mano con 3Días, habló sobre su paso por el sector público, se mostró optimista respecto de la llegada de inversiones y dio su visión sobre los gremios, a los que considera "parte del problema y de la solución".

La ex CEO de General Motors y de Aerolíneas Argentinas, Isela Costantini, no solo recobró protagonismo tras asumir el desafío de liderar la consolidación del holding financiero GST, sino también porque acaba de publicar un libro que encabeza los ránking de ventas: Un líder en vos. El objetivo que se planteó al escribirlo fue poner en un único documento todo lo que aprendió a lo largo de su vida profesional. Desde cómo hizo para romper el famoso "techo de cristal", hasta cómo lidió ascensos siendo tan joven y mujer, pasando por cómo enfrentó sus temores y frustraciones.

"Lo puse todo en el libro porque creo que hay muchos jóvenes y líderes que a veces se sienten victimizados y, en realidad, somos responsables de nuestro propio destino", se explaya. En un mano a mano con 3Días, la ejecutiva habló sobre su paso por Aerolíneas Argentinas, donde debió ocupar un cargo que se había caracterizado por un alto nivel de partidización, de la mano de Mariano Recalde; su relación con los sindicatos; su visión sobre la reforma laboral que se intenta impulsar desde Cambiemos. Además, se mostró positiva respecto del futuro y la llegada de inversiones a la Argentina.

¿Es lo mismo liderar una empresa privada que una pública?

-Creo que liderar una empresa del sector privado y del sector público tiene características similares, pero también tiene distancias muy grandes. Son dispares en algunos elementos. En una empresa del sector público, la principal diferencia es que una decisión tiene un impacto mucho mayor y las consecuencias son superiores a una decisión en una empresa privada. Una decisión en el sector público impacta a la comunidad, pero también a la ciudad, al país, a la relación con otro país. Impacta por qué lo hiciste políticamente: si fue a favor de una provincia o de la otra, o a favor de un gobernador o de un intendente. Hay un impacto social, psicológico y político superior a lo que es una empresa privada.

¿Volverías a trabajar en el sector público?

-Yo sé manejar empresas, creo que esa era la definición que tenía antes de entrar a Aerolíneas, y sigo creyendo que no tengo el perfil de la política. Soy muy blanco y negro, soy una ejecutora, y la política tiene sus características, que son peculiares y específicas. Mi realización y lo que realmente puedo seguir aportando es dentro de empresas.

¿Alguna vez sentiste que no estabas "preparada" para lo público?

-Creo que estar preparado para lo público es entender el impacto que una palabra, una acción, una expresión o incluso no expresarse puede generar dentro del ambiente político que uno está viviendo. Las cartas de Aerolíneas creo que fueron una experiencia increíble de aprendizaje, porque yo hacía las cartas en General Motors -como todos los líderes- y dije: "Necesitamos empezar a comunicar a los colaboradores de Aerolíneas hacia dónde vamos". Y las cartas eran también una forma de empezar a armar lo que era la cultura de la empresa. En General Motors, si desde Detroit venían y decían: "Hay que ajustar, hay que cortar gastos, hay que mejorar la rentabilidad", uno lo hacía, y se lo comunicaba a sus colaboradores y a sus equipos: "Tenemos una presión adicional: hay que bajar los costos" y se me ocurrió hacer lo mismo dentro de Aerolíneas. Un día cuando dijimos: "Nos cortan más los subsidios", pero de una forma natural, diciendo: "Nos tenemos que arremangar más, somos capaces de hacerlo, vamos todos juntos, pongan más ideas, vamos a seguir trabajando en algunas reducciones de costos". Jamás era para pensar: "Necesitamos apoyo político de los que están en contra del Gobierno porque nos quieren dejar sin plata". Y ahí dije: "Guau, las cartas tienen un impacto", porque no son leídas simplemente por colaboradores que quieren ayudar a la empresa a crecer, también son vistas desde una perspectiva política, dentro de lo que son las guerras políticas internas que existen.

Tu salida de Aerolíneas Argentina fue lamentada por los propios sindicatos -cosa que no es muy común-, y casi no tuviste paros, ¿a qué se lo atribuís?

-Tuvimos dos paros: uno que fue de pilotos y el otro de transporte, que incluyó a todos los gremios. Pero la relación existió porque yo creo que cuando uno arma un plan, especialmente cuando es un plan tan grande de transformación, que hay que llevar a una empresa a salir de la pérdida, hacerla rentable, uno tiene que definir quiénes son tus socios, y quiénes son parte de la empresa. Y uno, a veces, tiende a mirar a los colaboradores como una ecuación resultante y no mira a los demás. Pero uno tiene proveedores, distribuidores, los gremios. Ellos son parte de tu armado, de tu equipo para poder desarrollar e implementar un plan. Yo tuve siempre esa perspectiva, de que los gremios son parte del problema y la solución. Hay que sentarse a la mesa y decir: "Miren, no funciona por esto, creemos que este es el camino, ¿cómo lo ven ustedes?". Y ellos también tienen que sentirse dueños de todas las decisiones que uno está tomando, como diciendo: "Confío en vos, estoy dispuesto a ceder en este punto porque creo que realmente nos estás llevando para una empresa que pueda crecer".

¿Fue difícil presidir una empresa tan partidizada, como lo era Aerolíneas?

-Yo me imaginaba que Aerolíneas era política porque, principalmente, el presidente anterior venía del ramo político, de un brazo bastante fuerte. No creo que haya sido difícil porque, en realidad, como venía con una lectura muy del sector privado, de decir qué es lo que hay que hacer, cuál es la realidad de la empresa, dónde está parada, qué es lo que tenemos que hacer para mejorar la rentabilidad, terminé enfocándome mucho más en cómo ejecutar y transformar la empresa que en las cuestiones políticas.

Con esa partidización, ¿se pueden alcanzar los objetivos que tiene cualquier empresa?

-Creo que sí, una empresa politizada puede encontrar una forma de tener resultados, ejemplo de eso fue el primer año de gestión, que logramos empezar a llegar a los resultados que nos habíamos planteado el primer año. En cuanto a eso, no tengo duda.

¿Llegarán las inversiones a la Argentina?

-Creo que el tema de las inversiones en la Argentina es un proceso, hay que pensar que así como nosotros estamos en este proceso de transformación, desde afuera también están mirando a la Argentina, para decir: "¿Cómo funciona esto? ¿A qué velocidad va? ¿Qué garantías van a existir? El año pasado fue un año de decir: "Cómo va a reaccionar la Argentina, qué va a hacer este nuevo Gobierno que llega". Parece ser interesante la Argentina, había una dinámica o una situación donde Brasil no era más interesante para los inversores en el momento, había mucha plata disponible en el mercado internacional. Entonces, la Argentina era interesante, pero también la gran duda era: "¿Qué garantías tenemos? ¿Qué tranquilidad tenemos de que estas son reglas confiables?" Este año, creo que con las elecciones se terminó de consolidar, creo que van a venir las inversiones, obviamente, todo este proceso de reformas que genera ruidos, genera la preocupación de los inversores que están afuera. Quizás, quieran esperar un poco más, un par de meses para ver cómo se establece esto. Pero creo que las inversiones vienen, no creo que dejen de venir.

¿Hace falta una reforma laboral? De ser así, ¿Tiene que ser sector por sector?

-Creo que la Argentina está pasando por un proceso de transformación que la mayoría de los países ya lo ha empezado a vivir con la globalización y con los mercados más abiertos. Y la Argentina no se aggiornó en la medida que debería haberlo hecho hace varios años. Entonces, en vez de haber ido avanzando de a poquito, hoy nos encontramos que cuando nos comparamos con el resto del mundo, hay muchas diferencias. Y, puntualmente con Brasil, que es nuestro principal socio, pero a la vez es también un competidor, se hace muy difícil pensar en cómo atraer inversiones y cómo ser más competitivo. No creo en una reforma laboral igual para todos, creo que cada sector tiene su aspecto de competitividad, y cada aspecto donde puede ceder o no puede ceder, y debe demandar algunas cosas.

Low Cost"Creo que Aerolíneas tiene condiciones de hacerle frente a las Low Cost por dos motivos. Uno, porque tiene la capacidad, los aviones y la gente. Y segundo, porque parte de las características de las Low Cost es conseguir costos más bajos de operaciones", dice la autora de Un líder en vos, Isela Costantini. Y agrega: "No veo por qué Aerolíneas no tendría que tener los mismos beneficios que otras líneas aéreas: un costo de aeropuerto más barato, si trabajan las dos en el mismo aeropuerto o un convenio laboral más barato, si las dos trabajan con el mismo gremio. El tema aquí no creo que pase por tener la capacidad, sino por el tiempo. Cuánto tiempo Aerolíneas necesitaría para robustecerse y estar preparada para salir a competir".
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