Dos leyes

La sanción de las leyes de Marina Morante e Industria Naval es uno de los grandes logros de 2017. Las modificaciones realizadas en Diputados a partir del consenso entre todos los sectores involucrados produjo interesantes incorporaciones como el arancel cero a embarcaciones nuevas y de hasta 8 años de antigüedad y la baja del restrictivo decreto 1010 que ampliará la oferta de buques sobre todo para las licitaciones que convoquen YPF y Enarsa. El bono combustible es otro punto a favor e implica la posibilidad de aplicar el beneficio a la actividad que el estado quiera apoyar, a través de la reglamentación.

Los industriales navales no tributarán derechos de importación de extrazona de insumos, partes, piezas y componentes destinados a la construcción, reconstrucción, transformación y reparación en el país de buques y artefactos navales.

El régimen promocional se financiará con una asignación específica denominada Fondo para el Desarrollo de la Industria Naval Nacional (Fodinn) con desembolsos del Ministerio de la Producción. El fondo nunca podrá ser inferior a los $1.500 millones por año, actualizados con el índice de precios internos básicos al por mayor.

A juicio de Juan Speroni, secretario general del Sindicato Argentino de Obreros Navales (Saon), la Argentina necesita una ley para desarrollar empleos de calidad, optimizar los costos de la producción y el sector debe ser parte indisoluble de una matriz logística que apunte a la reconversión del transporte para que fundamentalmente genere las condiciones para abaratar los costos y generar competitividad real en la economía argentina. La industria naval representa una comunidad productiva que aporta trabajo y valor agregado a la Argentina. Nuestro objetivo es que cada vez sean más los trabajadores que ingresen a este mercado laboral clave para el desarrollo del país.

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