Un semillero polero:de la Argentina al mundo

El talento local vislumbra a nivel internacional no solo por nombres como La Dolfina o La Ellerstina. Desde veterinarios, petiseros hasta jugadores de 15 años hacen de embajadores del nivel local.

Es mundialmente reconocido que en la Argentina se desarrolla el mejor polo. de ahí no puede sorprender que a la hora de exportar todo lo que acompaña al polo, el país pioque en punta. Ya sean los jugadores como los petiseros, pilotos, criadores, caballos, domadores y amansadores.

 

Dentro del universo de jugadores se encuentran: los que mayor experiencia poseen, pero, también, los más jóvenes arrancan. Así, jugadores con futuro se integran en clubes con renombre y en ellos comienzan a pulir sus habilidades. mientras, otros van a probar suerte al extranjero.

Primeros pasosEn la Argentina, los que se quedan tienen fecha de torneo, durante todo el año. Por ejemplo, desde la Asociación Argentina de polo se organizó el pasado abril, de este año, el tradicional Torneo Nacional de Menores, auspiciado por Thai Polo. Un torneo que tuvo 25 formaciones que se dividieron en 4 categorías (mayores, menores, minis y minis-minis). En ese mes, también estuvo presente el torneo VIII de Menores por la Copa Valentín Caset, que se desarrolló a cargo de Santa María de Lobos Polo Ranch, en la ciudad de Lobos. Por su parte, el 22 y 23 de julio se llevó a cabo la XII versión del tradicional Torneo de Menores por la Copa Osvaldo "Quico" Zubia-Thai Polo, que organizó el Trenque Lauquen Polo Club. Participaron 18 equipos divididos en la categoría de potrillos, potrillitos, minis y minis-minis.

 

El torneo que mas destaca es la Copa Potrillos por ser considerado el más importante de chicos a nivel mundial. Es el Palermo de los pequeños. Es organizado por el Club de Polo Los Indios, entre ellos el jugador Eduardo "Ruso" Heguy como principal realizador. El torneo se lleva a cabo en diciembre, una vez termino el Abierto Argentino de Polo. El predio es la sede que tiene la AAP, en Pilar, Alfredo Lalor, donde se juega en 8 canchas. Este año estuvieron presente 61 equipos (55 formales y los demás en petisos); seis de ellos femeninos, integrados por equipos de jugadores que arrancan a los tres años y que pueden jugar hasta los 14 años de edad.

Al igual que el Abierto cuentan con la participación de sponsors que colaboran y entregan premios y donaciones, como es el caso de Rio Uruguay Seguros, Jeep, Etiqueta Negra y Guapaletas, entre otras. Este año, fue la 56º edición del certamen, que tuvo la participación del equipo completo de los flamantes campeones de Palermo, La Dolfina, donde Adolfito, su capitán participó enancado a una petisa con Salvador Condomí Alcorta el pequeño polista no vidente.

Martina Riviello Plaut, encargada de la organización comenta a El Cronista lo importante que es desarrollar y acompañar a los mas chicos: "Este es el torneo mas importante, donde ellos son los protagonistas, entre ellos, seguramente, están los que llegarán a ser grandes jugadores".

En el exterior, con sangre argentinaAhora bien, el mayor trabajo realizado se ve cuando todos estas pequeñas fichas en formación se encuentran viajando por el mundo, llevando a cada rincón un poco de la escencia local. Es el caso de Santiago Matías Galland, entre muchos, que comenzó a jugar a los 10 años y a viajar al extranjero a los 15 años. Entre otros, a los Estados Unidos, Inglaterra, Portugal, Suiza. Actualmente tiene 25 años y hace seis que trabaja en Tailandia, con la organización King Power, con la que hace temporada en Malasia, Soto Grande, Francia y otros países dependiendo la agenda. "Acá, el polo está, de a apoco, creciendo. El tema es que por un par de razones, como el clima,no hay cría de caballos, es todo un poco mas artificial", comenta el joven, nacido en Chivilcoy, provincia de Buenos Aires. En relación a los caballos destaca: "Todos los caballos son jugadores y vienen desde la Argentina. La adaptación no es fácil, porque hace mucho calor y es húmedo. Hay algunos animales que necesitan hasta la segunda temporada para andar mejor". Pero así como a los caballos, les sucede a los humanos. "Luego de un tiempo se comienza a extrañar. Pero, bueno, pasa con todo", sostiene.

 

Países como Dubái, Tailandia, Malasia, además de ser grandes interesados en desarrollar el deporte, poseen lugares de gran tecnología y desarrollo y son ellos también, los que requieren de argentinos para trabajar en este ámbito. Es por eso, en el exterior, donde se da el juego "pro-am", lo que quiere decir que un amateur puede competir contra un profesional. En la Argentina eso no es posible.

No todos viajan como jugadores. Existen los "pilotos", que son aquellos que van a montar caballos para algunos patrones y por otro lado los petiseros jóvenes que van a trabajar con los caballos y encargarse de todo lo que a ellos los rodea. Ya sea variar, domar, taquear o hacer las camas de los mismos. Otros son los veterinarios especializados en caballos. En la mayoría de los casos, es una cuestión de dinastía familiar, donde los padres y abuelos crían petisos argentinos y son los hijos los que se van al extranjero. Así Eduardo "Ruso" Heguy, jugo su primer Abierto en el año 85 sin sponsor y con apenas dos colaboradores, "Era algo familiar", comenta. Agrega además en conversación con El Cronista: "Lo que uno ve en Palermo es la alta competencia, es lo máximo a nivel mundial, y nosotros somos unos afortunados y lo tenemos acá, por eso el producto polo; es argentino".

Del 6 al 18 de octubre de 2018 se llevaran a cabo en Buenos Aires los Juegos Olímpicos de la Juventud, evento multideportivo que tendrá entre ellos al polo. En el se podrá apreciar como los jóvenes argentinos son de categoría y en ellos esta el futuro.

Facundo Martínez Oliver

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