El primer año del presidente de EE.UU. en números

Los temores que despertó Trump no se hicieron realidad en los mercados

Pese al enojo y a las turbulencias, la bolsa de valores estadounidense transitó lo que podría ser el año más tranquilo de la historia

Transcurrió un año desde que Donald Trump sorprendió al mundo ganando las elecciones presidenciales de Estados Unidos. La noticia provocó una impresionante liquidación en los mercados asiáticos, y luego un rebote aún más impresionante. Las acciones norteamericanas subieron, mientras que los mercados emergentes se tambalearon. De inmediato surgió la convicción de que la presidencia de Trump sería un punto de inflexión para la economía mundial y para los mercados de capitales, y muchos temían que fuera negativo.

El economista Paul Krugman, que tiene en su haber un premio Nobel, inmediatamente predijo que los mercados "nunca se recuperarán", por lo que desde entonces pide disculpas. Los resultados fueron un poco diferentes.

En primer lugar, después de la reacción inicial a que el resultado electoral significaba "Estados Unidos primero" y que otros países especialmente los mercados emergentes se verían perjudicados con la llegada de Trump, el resto del mundo impulsado por los mercados emergentes tuvo un desempeño mejor pese a que el S&P 500 registró una serie de máximos históricos.

El peor desempeño de las acciones norteamericanas se debió mayormente al dólar, que se fortaleció después de las elecciones pero luego inició un significativo debilitamiento debido en gran parte al crecimiento europeo sorprendentemente sólido que ayudó al euro.

Quizás irónicamente, el rublo ruso fue de las monedas grandes la que más se apreció contra el dólar desde la victoria electoral de Trump. La lira de Turquía es lejos la más débil.

Gran atención se centró en México, que tiene una exposición única a la economía norteamericana y con grandes posibilidades de verse perjudicado por las políticas migratorias de Trump. Después de un derrumbe inicial, el peso mexicano comenzó una fuerte recuperación, pero ha tambaleado otra vez en las últimas semanas en medio de los rumores de que el acuerdo comercial Nafta corre serio peligro.

Pese al enojo y a las turbulencias que rodearon a Trump durante todo el año, el mercado de acciones norteamericano transitó lo que podría ser el año más tranquilo de la historia. En términos de movimientos diarios promedio del S&P 500, 2017 podría superar a 1964 (otro año político turbulento) como el más calmo incluso para los papeles estadounidenses. El conocido índice Vix de volatilidad del mercado, que se creó en 1990, registró su mínimo récord en septiembre. La práctica de "vender volatilidad" se hizo altamente popular y sumamente rentable. Quien se posicionó corto en el principal índice Vix el día de las elecciones a esta altura triplicó su dinero.

Como los mercados se mantuvieron tranquilos, los consumidores se mostraron aún más contentos. La medición de confianza económica que habitualmente hace Gallup alcanzó su nivel más alto en más de una década inmediatamente después de las elecciones, y desde entonces se mantuvo en niveles no vistos desde la crisis. El enojo entre los opositores liberales de Trump queda más que compensado con el entusiasmo de sus seguidores.

Lo mismo ocurre con las empresas. Los índices ISM de gerentes de compras, que son muy influyentes en los mercados, habían señalado una posible recesión a principios de 2016, antes de que quedara claro que China estaba adoptando nuevamente una política económica expansiva. Durante 2017, los números de ISM en los sectores manufacturero y de servicios tocaron máximos récord en más de una década, desde bastante tiempo antes de la crisis; otra vez la recuperación de la confianza es palpable.

Sin embargo, en los temas centrales de la economía los efectos de Trump son menos evidentes. La tasa de desempleo siguió el descenso constante iniciado durante el primer mandato del presidente Barack Obama. Mientras tanto, la inflación subió inicialmente, lo que sugería que el crecimiento estaba por resurgir, antes de caer de nuevo durante el verano boreal. La inflación ahora está repuntando otra vez, pero sigue el misterio de cómo se mantiene tan baja la desocupación sin provocar una mayor inflación. La tendencia clara de los años de Obama sigue intacta y sin interrupciones.

Mientras tanto, la mayor decepción económica para la administración Trump es el constante desempeño anémico de los salarios. Después de estancarse después de la crisis, parecía que finalmente había alcanzado una tendencia alcista en el último año de la presidencia de Obama. Pero pese al ajuste del mercado laboral, el crecimiento salarial se desaceleró otra vez bajo el mandato de Trump. Ese sigue siendo un problema económico fundamental para su administración y para el nuevo liderazgo de la Reserva Federal.

En los temas que se identifican con el presidente, el mercado transmite señales contradictorias. En cuanto a los impuestos, muchos bancos ahora siguen la trayectoria del desempeño de las acciones que pagan la mayor alícuota del impuesto, y la lógica indica que deberían ser los que más beneficien de una rebaja impositiva. Esas acciones se están quedando atrás y el mercado sigue sin estar convencido de que se vaya a haber recortes tributarios significativos.

Sin embargo, en cuanto al tema de la inmigración mexicana hay evidencias de que la retórica de Trump ya está cambiando el comportamiento. Los arrestos en la frontera disminuyeron abruptamente (si bien empezaron a incrementarse un poco en los últimos meses). Eso implica que mucha menos gente está intentando ingresar al país. Mientras tanto, las remesas hacia México aumentaron fuertemente. Antes eso se debía a que los trabajadores migrantes mexicanos temían perder el empleo e implica que muchos podrían tener planes de dejar el país.

En lo que se refiere a la polémica postura que tiene Trump en cuanto al carbón y el cambio climático, las acciones de carbón subieron desde las elecciones, si bien todavía no tanto como el mercado. Mientras, la decisión de retirarse del acuerdo climático de París no impidió que las acciones de energía limpia siguieran subiendo mucho más rápido.

 

Traducción: Mariana Inés Oriolo

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