Aguinis: "Hoy Cristina sacaría menos votos que en octubre, se va achicando"

Para el intelectual, hay un cambio de tendencia política y sostiene que la opinión pública tiende a alejarse de quien resulta perdedor. Destaca que Macri obtuvo más votos peronistas que Alfonsín en el 83 y el 85 y que de a poco dejará atrás el "estigma" de que gobierna para los ricos. Augura un nuevo bipartidismo con Cambiemos liderando lo nuevo y un peronismo "conservador".

Médico, escritor, psicoanalista, a Marcos Aguinis no le tembló la voz la década pasada para erigirse en uno de los intelectuales más críticos del kirchnerismo. Hoy, ya más sereno, muestra con convicción y entusiasmo su apoyo a la gestión de Mauricio Macri, afirma que la Argentina está frente a un "cambio cultural profundo" y celebra que "después de muchísimo tiempo, los argentinos volvamos a tener un gobierno que muestra decencia". En un café de Palermo Chico, donde reside, Aguinis conversó esta semana con 3Días.

¿Cómo leyó el resultado de las urnas?

-El triunfo de Cambiemos en todo el país es producto de los cambios que se vinieron dando, no solo en lo económico, sino que se está produciendo una situación de naturaleza más amplia y cultural por la cual los argentinos perciben que estamos con un gobierno que muestra decencia. Hasta ahora no apareció ningún caso de corrupción, y los pocos que se han querido señalar, no tuvieron éxito. Da la sensación de que los argentinos estamos viviendo, después de muchos años, desde Yrigoyen o Alfonsín, una Presidencia honesta.

Finalmente las expectativas de una mejora económica terminaron orientando el voto, no tanto la mejora en sí que aún no todos sienten. ¿Desmiente el resultado electoral la teoría de que sólo votamos con el bolsillo?

-Efectivamente. No se vota sólo con el bolsillo, el bolsillo es un factor muy determinante, pero hay otros elementos que se tienen en cuenta. Incluso gente de barrios pobres manifiesta que está más conforme con este tipo de gobierno, por ejemplo, cuando repudian la inseguridad, el narcotráfico, la gran cantidad de hechos vinculados con la inmoralidad, que en la Argentina parecía una moneda corriente. Y creo que la Argentina se cansó. En un sentido, sigue teniendo vigencia lo que yo escribí hace muchos años en mi primer libro sobre El atroz encanto de ser argentinos: hablaba sobre la viveza criolla, algo que estaba tan arraigado en la Argentina que dimos lugar a figuras tan importantes como Avivato, (el personaje de la historieta de Lino Palacio), que reflejaba algo que parecía absolutamente natural y hasta elogiable. Si no eras vivo, eras zonzo, o sea, "sé vivo". Y esa viveza de poca monta llegó a convertirse en los grandes trucos de la más mega corrupción. La mega corrupción se convirtió en la nueva versión de la viveza criolla, donde empezaron a participar todos los estamentos de la sociedad. Creo que la Argentina ha empezado a darse cuenta que ese camino es enfermo, nos hace daño, y está empezando a darse ese cambio, que es cultural y profundo.

¿Cree que Cambiemos vino también a cambiar esa cultura política argentina tan antagónica? ¿Podrá por fin cerrar la grieta?

-Desde el inicio el Gobierno ha querido dar vuelta la página, pero no ha tenido éxito. El discurso de Macri revela con vigor ese deseo de terminar con la grieta, el enfrentamiento y hacer una convocatoria nacional detrás de objetivos comunes que no descartan las diferencias, pero sí ponernos de acuerdo en las principales materias, como las verdaderas democracias.

¿Y qué va a pasar con el peronismo? Pese a las crisis, siempre se las ingenió para resurgir. ¿Podrá armarse detrás de un nuevo liderazgo?

-El peronismo ha tenido múltiples expresiones. Cuando Perón cayó en el 55, parecía un gobierno dictatorial, de derecha, perseguidor, pero poco después Perón empezó a aparecer como un líder de izquierda, con John William Cooke, que era completamente sorprendente, porque el peronismo durante un tiempo persiguió a la izquierda. Y así fue cambiando a lo largo del tiempo. Perón tenía la característica de fluctuar de un lado al otro manteniendo su liderazgo, con mucha habilidad. Esa característica sigue existiendo en el peronismo, no nos olvidemos que cuando Perón regresó, los peronistas se mataron a tiros, había un antagonismo feroz entre ellos.

Y hoy están nuevamente divididos.

-Sí, y esa división tendrá que aclararse hacia donde se orienta, qué peronismo va a predominar. Yo creo que va a tratar de predominar el democrático y republicano, porque es la única opción que tiene para seguir aspirando al poder. Es obvio que la Argentina ya tiene otras características, y las definiciones tradicionales que se hacen de derecha e izquierda lleva a pensar que el peronismo, por la necesidad que tiene de recuperar el espacio perdido, se va a convertir en la tendencia conservadora.

Se refiere a un nuevo bipartidismo con el peronismo de un lado y Cambiemos del otro, y el radicalismo diluido dentro de Cambiemos...

-Pero va a ser otra la caracterización. Hasta ahora se hablaba del peronismo como del progresismo, y ahora el peronismo va a significar los conservadores, porque van a querer conservar lo que había antes, el pasado. Y Cambiemos, va a ser la tendencia que busca una cosa novedosa, diferente.

Primero tiene que resolver el PJ qué hace con CFK, que sacó más de 3 millones de votos...

-Cristina sacó esa cantidad de votos el 22 de octubre. Ya no sacaría es cantidad...

Pero la elección fue hace apenas 10 días.

-No importa, en Argentina hay cambios rápidos, posiblemente sacaría muchos menos, porque el argentino se deja contagiar con facilidad, empieza a sentir que la tendencia va a para aquel lado y muchos de los que votan no piensan en profundidad, se dejan arrastrar. Entonces, es muy probable que Cristina sacaría menos votos ahora si hubiera elecciones. Ella se está achicando. Cuando vean que es la líder de sólo seis o siete senadores... es como que la gente se aleja de quien es perdedor y se acerca a quien es ganador. Y el peronismo tratará de reestructurarse en torno a Pichetto y a otras tendencias más republicanas.

Cambiemos arrastra el estereotipo de "gobierno de ricos y socialmente insensible". ¿Cree que a partir de esta elección empezó a sacarse de encima ese estigma?

-Creo que sí, Macri ha tenido más votos peronistas ahora que Alfonsín en el 83 y el 85. Incluso, Macri en un comienzo se veía a sí mismo más ubicado en el peronismo, pero paulatinamente fue modificando su posición, el peronismo tampoco lo interpretó debidamente y él es un hombre, como bien dijo Pablo Gerchunoff, de centro popular. No es correcto decir centro derecha, y él no está para apoyar a los ricos, las críticas que le ha hecho al empresariado en el discurso del lunes, las ha hecho desde el lugar que él conoce muy bien, porque fue empresario, conoce la psicología del empresariado y les ha dado muy duro. Es un presidente que está pensando en ser un gran estadista y beneficiar a la Argentina toda. Ese estigma va a ir desapareciendo.

¿La detención de De Vido marca una bisagra en el funcionamiento de la Justicia?

-Ha sido un gran avance. Y también la renuncia de Gils Carbó. Se ha producido en pocos días algo así como cuando se hablaba de la revolución rusa: los 10 días que cambiaron el mundo. Aquí hemos pasado los 10 días que cambiaron a la Argentina, después de la elección. Han metido preso a De Vido, ha renunciado Gils Carbó, los jueces están apurándose porque saben que están con la lupa encima y quieren hacer buena letra. Da la sensación de que por ahora se está yendo en un buen camino.

Desde su óptica de psicoanalista, ¿qué nos pasa a los argentinos que frente a una pericia de la que participaron 55 peritos que concluyeron que Maldonado se ahogó, muchos siguen creyendo que lo asesinaron?

-La sociedad argentina necesita hacer cambios culturales muy profundos. Está estancada en algunos conceptos. No puede pasar de lo emotivo o hipnótico a lo absolutamente racional y objetivo. Los argentinos hemos aplaudido la guerra de Malvinas, a Galtieri, cuando se hablaba de los desaparecidos y que había gente que la tiraban de los helicópteros decíamos "no es cierto". Y gran parte apoyaba a los militares. Hay un problema cultural que nos mantiene alejados de la observación objetiva, del análisis racional. Y con esto pasa lo mismo. Aquí se metió la idea de que a Maldonado lo asesinaron. Se quería colocar un desaparecido, un muerto, no lo hubo, pusieron el desaparecido, le dieron manija al asunto, la gente se enamoró de esa idea y le cuesta desprenderse.

Dixit

"La mega corrupción se convirtió en la nueva versión de la viveza criolla. Creo que la Argentina ha empezado a darse cuenta que ese camino nos hace daño"

"El peronismo, por la necesidad que tiene de recuperar el espacio perdido, se va a convertir en la tendencia conservadora"

"Macri no está para apoyar a los ricos. Conoce muy bien la psicología de los empresarios, porque él lo fue, y les ha dado muy duro (en el discurso del lunes)"

"Hay un problema cultural que nos mantiene alejados de la observación objetiva, del análisis racional. Es lo que pasa con el caso Maldonado"

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