La mayor holgura fiscal también crea alivio a la caja de las provincias

Si hay un indicio de normalización de la economía que no puede ser discutido, es el que provee la recaudación impositiva. Porque en un país que tiene una presión tributaria récord y más de 30% de la actividad productiva se desarrolla de manera informal, que los ingresos tributarios suban casi diez puntos porcentuales por encima de la tasa anualizada de inflación, es un registro claro de que hay una mejora sensible.

La comparación con el 2016 ayuda, es cierto, porque establece una base de comparación baja. Sin embargo, los datos de la AFIP recortan una foto nítida que favorece a la administración de Mauricio Macri, pero también a las provincias que gobierna tanto Cambiemos como el peronismo: los fondos que se reparten entre los distritos crecieron 40,2% en un año (variación superior al promedio) contra 31% que va a la Nación. Y la mayor cantidad de reintegros de IVA pagados tiene un efecto positivo directo en las economías regionales.

La AFIP hizo modificaciones en el calendario impositivo que empujaron los ingresos de Ganancias y también explicó que hay un cambio en la base de comparación del IVA. También hubo un pago extraordinario de $ 3000 millones de una empresa, y bajos ingresos por retenciones porque hay una retención de soja causada por los precios internacionales y la quietud del dólar.

Pero en la Argentina todavía es más barato financiarse con el no pago de impuestos que en el sistema financiero. Por eso cuando el fisco cobra, es porque las empresas y los contribuyentes tienen la liquidez necesaria como para estar al día y evitar todas las complicaciones legales de una denuncia de evasión.

Para el Gobierno un escenario de ingresos fiscales en alza puede transformarse en una oportunidad invalorable para discutir la compleja agenda de cambios tributarios que tiene por delante. La invitación a los gobernadores para una cumbre en Olivos después de las elecciones ya está en marcha.

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