"No me preocuparía por no lograr la meta de inflación un año"

El presidente del Banco Central de Paraguay, Carlos Fernández Valdovinos,  dice que el caso argentino es como el chileno, porque parte de tasas muy altas de inflación al momento de implementar metas de inflación. 

El presidente del Banco Central de Paraguay, Carlos Fernández Valdovinos, participó la semana pasada de las Jornadas Monetarias del Banco Central de la República Argentina (BCRA). El banquero fue uno de los invitados de su par local, Federico Sturzenegger, con la esperanza de que la experiencia de un país limítrofe en materia de metas de inflación le ayudara a convencer al auditorio local de que su proyecto es aplicable, y no defraudó a su anfitrión. Pero, además, se hizo tiempo para lanzar advertencias respecto de la necesidad de que el programa de reducción de déficit sea sostenido en el tiempo.

¿Cómo evaluás el primer año de las metas de inflación Argentina, donde los precios desaceleran pero no alcanzan la meta?

No hay que desesperarse. Hubo dos tipos de países, aquellos que tuvieron una inflación bien baja y empezaron a implementar las metas de inflación, que es el caso de Paraguay. Nosotros las lanzamos en 2011 cuando ya la inflación estaba razonablemente bien de un sólo dígito. Ya veníamos con metas de agregados monetarios, después un poquito testeando un híbrido entre ambas cosas, pero ya la inflación estaba bastante más domada, entonces es uno de los caso en los que uno implementa metas de inflación simplemente para ir perfeccionando lo que está. Pero también existieron otros países como la Argentina, que es el caso típico de Chile. Chile empieza a implementar metas de inflación cuando ya la inflación estaba elevada, en doble dígito, y no siempre es fácil. Yo miro el caso Chileno y nadie puede decir que no ha sido un éxito a pesar de que se haya desviado de sus metas al principio. No me preocuparía por no alcanzar la meta un año. Ahora hay que trabajar sobre todo el set de políticas macro, porque la política monetaria no puede toda sola. Necesitamos ayuda de otras políticas.

Este año el BCRA se comprometió a transferir 150.000 millones al fisco. ¿Eso hace más difícil la implementación de metas?

Yo creo que se puede siempre que haya una meta clara acerca de cómo eliminar el déficit fiscal. Paraguay tiene una ley de responsabilidad fiscal en donde tiene un déficit acotado por ley de hasta 1,5% del PBI. Aquí el déficit fiscal es bastante mayor, pero si existe un plan que va hacia allá no está mal haber implementado ahora las metas. Ahora hay que ser consistentes. Porque si no se hace muy difícil o muy costoso, en términos de a cuánto tiene que estar la tasa de interés.

Lo hace más costoso, pero no imposible.

Lo hace bastante más difícil. Yo creo que todas las políticas macroeconómicas están coordinadas o tienen un efecto una sobre la otra. Entonces tenemos que tener una consistencia, o una coherencia, entre unas y otras para tener éxito. Yo creo que existen varios casos en países de la región en los que, por ejemplo, hubo una cierta dominancia fiscal en el sentido de que el fisco estaba desordenado no sólo por un déficit fiscal sino, por ejemplo en el caso de Brasil, era claro que la política de préstamo de los bancos estatales conspiraba contra el éxito de la meta de inflación y terminaron con una inflación muy por encima de la meta.

Los precios además se mueven por aumentos de tarifas reguladas.

Hay que tener un plan para eso, pero no hablo de un plan muy de largo plazo. No podemos hablar de una política de ajuste que te lleva 20 o 30 años, hay algo que tenemos que ir haciendo de a poco pero no tan lento. Pero yo creo que si se tiene un plan consistente, y espero que ustedes lo tengan, se puede hacer todo junto.

¿Es posible lograr que la gente deje de pensar en el dólar?

Lleva su tiempo para que la gente se olvide, inclusive todavía continúan los periodistas todavía preguntándome si subió 20 puntos el dólar, que no es nada. Pero últimamente ya no me preguntan porque saben que les voy a decir, ¿y qué es eso? Lo importante es explicar qué es lo que está pasando. Nosotros tuvimos una depreciación muy importante en 2015, como el resto de las economías latinoamericanas, depreciamos un 28%. Ahora la gran diferencia ahí fue que fuimos exitosos en explicar que fue por causas externas. Cayó la soja 40% básicamente, entonces era un ajuste de precios relativos el que se había dado. Lo importante es que a esa caída de la soja no se le adicionen los factores domésticos que hagan que esa depreciación no sea del 28% o del 48% o del 60% como fue en algunos países de la región en los que a las condiciones externas desfavorables se sumaron condiciones internas. En Paraguay la gente entendió que justamente el fisco estaba bien, el sistema financiero estaba bien, la política monetaria estaba bien, entonces era lo mínimo que podíamos devaluar dada la caída en los precios de las materias primas. Y bueno, eso no repercutió en efectos de segunda ronda en la inflación.

Y si tuvieras que señalar un riesgo para los regímenes de metas, ¿cuál sería?

La inflación de un dígito se puede alcanzar si uno tiene un plan y es consistente a lo largo de todos los gobiernos. Si no exista ese desvío tan típico de los países latinoamericanos de cambiar todo lo que hizo el anterior gobierno. Ese es el mayor peligro que veo. No podemos esperar tener resultados en uno, dos o tres años. A Paraguay le costó 10 años, hasta un gobierno de izquierda como el de Fernando Lugo continuó el rumbo en ese sentido, y recién ahora empezamos a recoger los frutos de tener una economía razonablemente ordenada.

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