La Florida se reconstruye rápidamente tras el paso del huracán Irma

Irma atravesó la península y ahora queda el desafío de volver a ponerla de pie. Los trabajos van más rápido que en ocasiones anteriores por las previsiones

En las calles, un ejército de trabajadores y agentes del orden liberan las trazas y restablecen luz y agua en los hogares. Son cerca de 30.000 los trabajadores de la compañía Florida Power and Light (FPL) que se movilizan en toda la península. Más de 6,5 millones de clientes, casi dos tercios de los floridanos, no tenían electricidad hasta lunes al mediodía. La cifra bajó a 3,2 millones el martes, y a menos de un millón el miércoles.

Las estadísticas señalan que se está restableciendo la electricidad cinco veces más rápido que con relación al huracán Wilma de 2010. Esto se debe a que el gobierno planificó la logística una semana antes de la llegada del fenómeno climatológico. Por ejemplo, centenares de camiones de la compañía de electricidad fueron trasladados desde estados vecinos a la espera de asistir a los damnificados.

Ya finalizó el toque de queda. En Miami Beach el último arrancó anteanoche a las 23.00 y culminó ayer por la mañana a las 7.00. Esta medida tuvo por finalidad evitar posibles saqueos aunque los mismos hayan sido escasos y esporádicos. Sus responsables ya fueron identificados y se encuentran en prisión no excarcelable.

Cinco barcos de guerra de la marina de Estados Unidos en la costa de Florida trabajan con las autoridades del estado en las operaciones de ayuda. Uno de ellos es el portaviones USS Abraham Lincoln, anclado frente a Key West.

Mientras tanto, los supermercados se reabastecen de provisiones. Sus góndolas de productos no perecederos fueron liquidadas antes del huracán, y ahora les toca tirar toda la mercadería fresca. La falta de luz cortó la cadena de frío de las heladeras. En los supermercados, da pena ver la fila de changuitos con carne, frutas, verduras, y lácteos que van en fila al basurero.

La mayoría de los restaurantes y negocios permanecían cerrados hasta ayer. La cadena de comida rápida McDonalds fue la primera en abrir, en un primer momento solo con el formato "automac". Las colas para comprar una hamburguesa alcanzaban varios autos.

En los cayos, al sur de Miami, donde el huracán desplegó mayor violencia, la Guardia Nacional y funcionarios de transporte del estado ya lograron limpiar seis de los 42 puentes de la zona. No obstante, la US1, principal ruta de acceso, permanece aún cerrada. Todavía no hay agua, electricidad combustible ni servicios de telefonía celular en los cayos.

Las clases, suspendidas el jueves 7, reiniciarán el próximo lunes. Ello es así porque muchos colegios fueron utilizados como refugio para los evacuados. Las autoridades se encuentran planificando el nuevo calendario escolar para recuperar estas siete jornadas perdidas.

La circulación por la vía pública es otro problema a resolver. Señales caídas y semáforos sin funcionar complican sobre manera el tránsito. La primera solución fue cambiar la circulación habitual. Quien llega por ejemplo a un cruce de avenidas debe doblar a la derecha, luego hacer un giro en U y volver a doblar a la derecha para seguir por la senda que venía. Todo está marcado con conos y De esa forma ninguno de los cuatro lados se cruza. En otros cruces, se montaron semáforos provisorios y movibles sobre ruedas.

Parece increíble que en tan poco tiempo la vida esté regresando prácticamente a la normalidad en La Florida. En esto mucho tienen que ver los miles y miles de voluntarios que suman su trabajo al de las autoridades. En Estados Unidos el voluntariado se inculca desde niños. En los colegios, las horas de voluntariado suman tanto o más que las buenas notas y preparan a los ciudadanos para los desafíos que les toca vivir en el futuro.

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