Estrategias para recuperar al consumidor: ¿suficientes para un cambio en su conducta?

En su último informe de avance del nivel de actividad, el INDEC mostraba que el consumo privado había aumentado 1% en el primer trimestre de 2017 con respecto al mismo trimestre del año anterior. Para el Ministerio de Hacienda, esta tendencia se habría mantenido en el segundo trimestre y el consumo privado habría mostrado una recuperación de 4,8% en mayo y de 4,4% en junio. El Ministerio monitorea la evolución del consumo a través de 7 indicadores, de los cuales 6 mostraron signos de recuperación: patentamiento de autos y motos; ocupación hotelera en viajeros residentes hospedados; cantidad de litros de nafta y gasoil vendidos; y recaudación de impuestos ligados al consumo. Sin embargo, esta recuperación aún no ha llegado a todos los sectores ligados al consumo. Dos indicadores que todavía continúan en terreno negativo son las ventas en supermercados y las ventas minoristas.

Según la encuesta de supermercados del INDEC, las ventas en supermercados a precios constantes cayeron 1% en abril, 2,5% en mayo, y 1,2% en junio, en términos interanuales. Por su parte, para la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas minoristas a nivel nacional cayeron 1,6% en julio y acumulan 19 meses de caídas, problema que se agrava en las provincias de frontera. Según la CAME, esta caída es mayor en las provincias de frontera, ya que se ven afectadas por el continuo cruce de compradores locales a las localidades fronterizas. Mientras que las ventas minoristas a nivel nacional cayeron 7% el año pasado y lo hicieron 2,9%, en promedio, entre enero y julio de este año; en Mendoza las ventas minoristas cayeron 8% y 4,1%, respectivamente, según datos de la Federación Económica de Mendoza (FEM).

Esto se repite con los compradores misioneros y formoseños en Paraguay, o sanjuaninos y neuquinos que se dirigen a Chile y jujeños que cruzan a Bolivia y Chile. En muchos casos, la cercanía reduce los costos de comprar en los países vecinos y esto explica, en parte, la mayor caída en el comercio local que enfrentan muchas de estas provincias. Un informe del Departamento de Estudios de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile (CNC), señala que los argentinos aumentaron su gasto con tarjeta 38,2% en el segundo trimestre de este año, en términos interanuales y que concentran el 35,3% de las compras con tarjeta bancaria extranjera en el país vecino.

Esta situación por la que atraviesa el comercio ha motivado la implementación de nuevas estrategias por parte de gobiernos provinciales, supermercados y bancos para tratar de recuperar o retener a los consumidores. A nivel gobierno, se puso en marcha el plan “12 cuotas todos los rubros, todos los días en ciudades de frontera, con la finalidad de evitar las fugas de comercio a países vecinos. Por su parte, los supermercados han lanzado promociones para hacer frente al cambio de hábito del consumidor, quien ha trasladado sus compras al canal mayorista, a los mercados de concentración y a los locales de proximidad.

Dos grandes cadenas han reaccionado con estrategias agresivas. Una de ellas lanzó hace unos días un nuevo sistema que reemplaza al sistema de descuentos. Esta cadena se comprometió a tener los precios más bajos de la zona de 400 productos con alta incidencia en la compra habitual de las familias. Otra cadena anunció que congelará por 6 meses (hasta enero de 2018) los precios de 1.300 productos, que representan el 80% de los artículos que forman parte de la canasta básica alimentaria. Asimismo, algunos supermercados han adherido a una promoción del Banco Provincia para que las familias compren en supermercados con 50% de descuento, con un tope máximo de reintegro de hasta $ 1.500 por titular de cuenta.

La recuperación del poder adquisitivo de los salarios en los últimos meses, producto de un sostenido proceso de desinflación, refuerza las estrategias agresivas para retener o recuperar al consumidor. Sin embargo, aún existen factores que actúan en la dirección contraria. Uno de estos factores es la dinámica del tipo de cambio que todavía no logra disociarse de los precios. La semana pasada, los supermercados se quejaban porque sus proveedores les habían enviado las listas de precios con aumentos por la suba del dólar y que a ellos no les quedaba otro camino que trasladarlos a los precios de venta al público. Otro factor es la elevada presión fiscal que incentiva a comprar en países vecinos, desalentando así el consumo interno. Por lo tanto, habrá que esperar para ver si estas estrategias por sí solas son suficientes para volver a generar un cambio en la conducta del consumidor.

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