"Gastar plata en el cine nacional no es una opción, es un mandato constitucional"

Fernando Juan Lima es nuevo vice del INCAA. Pero en su condición de experto en Derecho Administrativo, y con años de crítico de cine, parece estar listo para el desafío

El 3 de agosto, el juez de la Cámara de lo Contencioso Administrativo de la Ciudad de Buenos Aires y experto crítico de cine (El Amante), Fernando Enrique Juan Lima (49 años), fue designado como vicepresidente del INCAA, cargo vacante desde que en abril Ralph Haiek asumió como titular del organismo tras la salida del anterior director Alejandro Cacetta. El Cronista dialogó con el funcionario sobre los desafíos que vienen.

¿Cuál es la tarea mas importante que requiere en este momento el INCAA?
El INCAA tiene dos funciones. La más conocida tiene que ver con el fomento del cine nacional. Es una función irrenunciable, porque cada tanto se agita el fantasma de "¿porque se gasta plata en el cine nacional?". No es una opción es un mandato constitucional. Por lo cual si existe esta fantasía no corresponde porque el sistema no lo permite. Es una obligación del Estado. La otra función tiene que ver con la diversidad cultural, que es algo que uno ve que esta bastante en peligro, porque hay cierta imposición de un discurso único.

La Argentina ha sido históricamente una gran potencia del cine regional. ¿Hay posibilidad de devolver al país a esos planos?
En cuanto a producción no hay muchos países que puedan decir que hacen 170 películas por año como nosotros. En ese sentido somos una potencia, pero uno ve que algo falla cuando muchas de esas películas son vistas por tan poca gente...

Las que más se ven en el exterior son las de Ricardo Darín...
Esto es algo que tenemos que cambiar pero pasa en todo el mundo. En todo el mundo lo que se consume es cine propio del país y el cine de Hollywood. Nosotros vemos muy poco cine latinoamericano, y esto es algo que con las cooperaciones y acuerdo bilaterales hay que trabajar. La Argentina tiene todo dado para ser una potencia, al menos a nivel subcontinental sin duda. Pero si el cine tiene todo el apoyo que tiene no es tanto por el aspecto industrial sino por el aspecto cultural. Hay que saber coordinar esta naturaleza bifronte, de que el cine es industria pero también es cultura. El Instituto tiene que apoyar las dos opciones, porque no siempre el cine más taquillero es el que gana premios. Argentina tiene algo a favor, y es que la marca Cine Argentino es muy potente. Acá todavía algunos tienen prejuicios, pero en muchos lugares del mundo, se dice "vamos a ver una película argentina", algo muy común en los festivales. Determinadas películas, que uno las puede considerar de mediano a pequeño tamaño, se estrenan en Francia con mayor cantidad de copias que aquí. Cada película tiene que encontrar su público. Hay películas que son un éxito con 3 millones de espectadores y otros son un éxito con 100 mil espectadores. Y el rol del INCAA es favorecer las dos instancias al mismo tiempo. El cine es algo que atraviesa a todas las gestiones. Es una política cultural, una política de Estado que tiene que mantenerse en el tiempo, con lo cual hay que mirar a corto, mediano y largo plazo. Necesitamos de los exitazos que llevan gente a los cines, que generan ingresos de divisas para el país, que generan un sistema de estrellas que es importante, así como necesitamos de operas primas que seguramente serán el gran cine del futuro.

¿Rescatan cosas de la gestión del Gobierno anterior?
Sí, claro. El cine es uno de los pocos aspectos que desde la recuperación democrática ha tenido algo parecido a una política de Estado. Ni siquiera en los 90 se abandonó totalmente. Si tenemos la cantidad de películas, que tenemos, los grandes directores que tenemos y el estado de la industria que tenemos es porque algunas cosas bien se hicieron. Hay cosas para mejorar y hay que construir sobre lo construido. De ninguna manera hay un desprecio "in totum" de lo hecho. Hay mucho muy bueno. Entre las cosas para mejorar es que se puso mucho el acento en la producción y se descuidó distribución y exhibición. Nos faltan lugares para ver cine. Falta un circuito de exhibición independiente. Está muy bien lo que se hizo con el Gaumont, pero hay que replicarlo, hay que ampliarlo

¿Se redujo mucho el presupuesto?
No. Los números se mantienen mas o menos constantes y la intención, lejos de un ajuste, es utilizarlos de manera más transparente y eficiente.

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