Los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, la nueva guía para los negocios

El año 2015 será recordado por la triada de hitos que profundizaron la agenda del desarrollo de nuestro planeta: la Encíclica Laudato Si del Papa Francisco, el Acuerdo de París sobre cambio climático (aún pese a la reciente decisión del Presidente de Estados Unidos de retirar a su país del Tratado) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030 aprobados por la Asamblea General de Naciones Unidas. Enormes logros diplomáticos para un nuevo marco global prescriptivo en pos de combatir otra triada, la más perversa: pobreza/desigualdad, cambio climático y deterioro ambiental del planeta.

Son los ODS la propuesta más abarcadora y legitimada entre los países, con sus 17 objetivos y sus 169 metas, que marcarán el ritmo de las discusiones políticas entre los países y al interior de cada Estado. Ahora bien, ¿cómo podemos interpretar esta agenda compleja en el plano empresarial?

En primer lugar, es necesario hacer el ejercicio estratégico de entender los ODS y cada una de sus metas, para así, reconocer cómo se relacionan con los procesos, productos y servicios de cada empresa. Lo que pareciera una simple tarea se convierte en un desafío complejo. Los ODS presentan un camino lleno de intersecciones diversas entre sus objetivos y hacia el interior de cada una de sus metas.

Grupos empresariales nacionales como Arcor e INSUD ya están abordando el tema. La multinacional argentina de alimentos lo plasmó en su reciente y novedoso reporte de sustentabilidad 2016 con el detalle de sus aportes en 46 de las 169 metas de los 17 ODS. Grupo INSUD, conglomerado global con negocios biotecnológicos, farmacéuticos, agroforestales, culturales, de la naturaleza y de diseño, gestiona una agenda de sustentabilidad compleja. Entre algunas de sus contribuciones se destaca el brindar soluciones que mejoran la salud, inclusive las enfermedades “olvidadas que afectan a millones de personas, adoptar prácticas agrícolas y forestales sustentables y preservar la biodiversidad de nuestro país; así como la construcción de alianzas para el desarrollo a partir del destacado rol que asumen sus fundadores, Hugo Sigman y Silvia Gold, en ámbitos de diálogo globales.

El desafío por delante, común a todo el sector empresarial, es uno de los desafíos de la gestión sustentable: la definición de métricas de valor para el negocio. Cómo hacer tangible lo intangible, cómo mostrar los verdaderos impactos de una organización en términos económicos, financieros, sociales, humanos, ambientales y de innovación, siempre en diálogo con los grupos de interés.

Integrar la sustentabilidad al negocio, esa es la premisa. No solo la agenda de los ODS lo requiere, también la licencia social para operar, el prestigio, los ahorros, hasta los requerimientos de los inversionistas, más allá de una motivación intrínseca que es mejorar la calidad de vida en las comunidades.

Los ODS contienen inmensos ideales convenidos por toda la humanidad; el desafío es que puedan convertirse en acciones transformadoras. Son grandes aspiraciones que interpelan a las empresas y las obligarán a que tomen sus decisiones entre los intrincados caminos de los negocios, el poder, el dinero, la naturaleza, la dignidad, el respeto, la vocación y la lucha. Y solo serán elecciones con “Sentido si colocan como criterio central el valor de la persona humana y el cuidado del planeta.
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