ADEMAS DEL CLIMA BENIGNO, OTRO ALIVIO PARA LAS CUENTAS

Bolivia envía más gas y confían en que no faltará para la industria

Las compras de gas a Bolivia y Chile y de GNL a través de puertos configuran un escenario de comodidad, tras la preocupación de las autoridades

La preocupación de las autoridades energéticas por el posible incumplimiento de Bolivia del contrato para enviar gas barato a la Argentina mutó en un alivio momentáneo. Desde mediados de mayo, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) empezó a inyectar más gas de lo que estaba previsto y, junto con las importaciones de Gas Natural Licuado (GNL) a través de barcos y la compra relativamente cara del hidrocarburo a Chile, configuraron un escenario de virtual abundancia en este mes.

De momento, la industria confía en que hay una situación muy cómoda respecto al abastecimiento de gas, ya que entra el combustible barato desde Bolivia mediante los gasoductos del norte, Chile envía un promedio de tres millones de metros cúbicos por día y las importaciones de GNL ya están previstas hasta fines de agosto para que no se saturen los puertos de Escobar y Bahía Blanca. De no haber imprevistos, hay confianza en que en este invierno no faltará gas para las industrias.

Pese a que en los primeros tres meses del año Bolivia exportó a Argentina casi dos millones de metros cúbicos/día más en promedio del volumen contractual, fuentes del sector dicen que solamente "están cumpliendo". "El excedente actual compensa lo que no cumplen en otras ocasiones, sería una puesta al día", explican. Es que, más allá de que los ejecutivos bolivianos alertaron que por problemas en la producción podría haber faltante, apenas hubo un desajuste entre mediados de abril y mayo, cuando enviaron 1,5 millones en promedio menos que lo contratado.

Ante la incertidumbre, Energía decidió, como en 2016, volver a importar gas de Chile, lo que incluso le valió una denuncia al ministro Juan José Aranguren por parte del senador Fernando Solanas por comprarlo 128% más caro.

El gas de Bolivia en este invierno le cuesta al Estado u$s 317 millones (u$s 4,94 por millón de BTU -MmBTU-), mientras que comprárselo a Chile insume u$s 82 millones (u$s 8,07 por MmBTU), un 63% más en términos comparativos. La razón que esgrime Enarsa es que la importación de Chile reemplaza u$s 41 millones en gasoil, combustible que se utiliza para generar energía eléctrica.

Al otro lado de la Cordillera, en tanto, la sensación es de orgullo. Según contaron a este diario algunos referentes del sector, para los chilenos es "extraordinario" exportarle gas a Argentina, cuando históricamente fue al revés. De todas maneras, el hidrocarburo que envían no lo producen allá, sino que es el GNL importado que llega a través del Océano Pacífico, luego lo regasifican (lo cambian de estado líquido a gaseoso en los puertos) y lo inyectan en los gasoductos. O sea, Argentina paga caro por no tener capacidad para importar en sus gasoductos y en sus puertos.

Con la momentánea tranquilidad, nadie se atreve a descorchar. Ayudaron las moderadas temperaturas de los últimos días, pero todos creen que, de no haber temperaturas más frías que el año pasado en los próximos dos meses, Argentina tendrá con qué pasar el invierno.

 

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