Desafío fiscal: con gradualismo y un poco de crecimiento nominal es difícil llegar a la meta de 2018

Hay un contexto que favorece el cumplimiento fiscal del primer semestre, pero nadie se arriesga a pensar si ese escenario se repetirá en el resto del año. Los ingresos extraordinarios del blanqueo crearon un colchón que acortó la distancia con las metas. Pero al mismo tiempo, el Gobierno considera que en los primeros cinco meses tuvo un comportamiento prudente, y que si los datos de mayo parecen un poco más rojos de lo que muestra la explicación oficial, es porque la comparación anual provoca una distorsión justificada.

Los ingresos fiscales aumentaron 14,5%, por el hecho de que el Tesoro en 2016 había recibido recursos extraordinarios de las provincias, por la suspensión del decreto que le restituía la precoparticipación de Ganancias a los distritos. Sin ese efecto, el rojo hubiera ascendido a 26%.

El Palacio de Hacienda destacó que hay un sendero descendente del gasto, que subió 24%, doce puntos menos que el primer cuatrimestre. El otro factor que lleva tranquilidad al equipo de Nicolás Dujovne es que el déficit acumulado hasta ahora, de 0,9%, es una quinta parte de la meta anual, de 4,2% del PBI.

Por ahora, la fórmula utilizada para contener el rojo es la baja de los subsidios económicos. La obra pública sigue en un fuerte ritmo de ejecución, así como las transferencias de capital a las provincias. Los funcionarios consideran que ese flujo de gasto se va a aminorar en el último trimestre, una vez que el resultado de las elecciones determine si hay margen para recortar o no.

Hay un último elemento que podría ayudar a que la balanza se vuelque a favor de Hacienda. Y es que en el cierre del año anterior hubo una fuerte suba de gastos y cancelación de deuda flotante, también gracias al primer plus que generó el plan de sinceramiento. Por esa razón, la comparación interanual será más suave e incluso podría llegar a ser positiva.

La preocupación de los analistas pasa no tanto por el cierre del año, sino por el piso que deja para el 2018, ya que ahí no habrá ningún tipo de ingreso extra (con excepción del aumento de recaudación generado por la mayor base imponible blanqueada). Y más de 40% de los gastos siguen atados a la inflación del año previo, como salarios y jubilaciones. Para bajar el déficit fiscal un punto del PBI hará falta algo más que un poco de crecimiento nominal y gradualismo.

 

 

Temas relacionados
Más noticias de meta fiscal
Noticias de tu interés