De lujo pero natural

Naturaleza premium es la nueva propuesta de las empresas, para posicionarse en el mercado del cuidado personal. Fórmulas orgánicas y comercio justo, algunos de sus ingredientes. El caso de LOréal.

Es una tendencia que avanza: el consumidor busca cada vez más productos saludables, naturales. Y así como la industria alimenticia fue una de las primeras en reaccionar a esta tendencia, la industria de la belleza, especialmente las marcas de productos Premium aún tiene mucho por hacer.
Sin embargo, no pasa desapercibida la tendencia Green Living, que gana adeptos especialmente en las mujeres millenials (entre los 18 y 35 años). Jugos detox, el yoga, alimentos orgánicos, los voluntariados y rutinas de belleza naturales son solo algunos de las actividades que dan forma a este nuevo estilo de vida.
Según un estudio de la consultora Nielsen, cuatro de cada 10 consumidores argentinos opta por comprar artículos de lujo, productos que muestran una calidad o un desempeño superior al promedio. Entre las categorías más consumidas en este segmento del mercado se encuentran los electrónicos personales (41%), ropa y zapatos (37%) y productos para el cuidado del cabello (32%).
"Muchas veces la alianza de lo natural con el lujo no resultaba tan exitosa ya que el producto perdía performance", cuenta Tiago Carvalho, director de la división de Productos Profesionales de L´Oreal. Sin embargo, la aparición de nuevos productos sustentables y orgánicos atiende a un fenómeno mundial: a partir de 2009 el mercado beauty con ingredientes naturales creció un 9%.
Con todo este imput detrás, el laboratorio de investigación de la firma francesa dedicó 18 meses a trabajar en una fórmula natural que no comprometiera la performance del producto.
Así nació Aura Botánica, una línea de lujo de Kérastase -que se lanzó en la Argentina en marzo- elaborada con un 96 % de componentes de origen natural, como el aceite de coco y argán orgánicos extraídos de fuentes responsables y un 97% de biodegradabilidad en todas sus fórmulas. La perfección, el 100%, de ingredientes naturales la empresa lo logró con R.A.W. la línea de cuidado del cabello de Biolgae, que se presentará en la Argentina la semana que viene. Ambas líneas no incluyen sulfatos, siliconas ni parabenos. "La propuesta no estaría completa si nos enfocamos sólo en el producto. Por eso también se pensó en la cadena de valor: el origen de la materia prima, como así también en el packaging de la línea", detalla Carvalho, quien asegura que esta propuesta no es para el perfil de consumidoras clásicas. "La idea es ampliar nuestra base de consumidores", explica el ejecutivo, quien da números que avalan la tendencia: en las primeras siete semanas de venta Aura Botánica, la línea natural logró posicionarse como la segunda más vendida entre todas las propuestas de Kérastase.
Así, los empaques fueron rediseñados para usar menos plástico -solamente en la tapa se ahorra 45 toneladas de plástico por año-. Y el envase de Bain Micellaire de esta línea es el primero de Kérastase hecho 100 por ciento de PCR (Plástico Reciclado Posconsumo). En tanto, la materia prima, el aceite de coco que se extrae en la isla de Samoa; y el argán, de los montes marroquíes, y son recogidos de manera responsable y prensados a mano por mujeres de comunidades de bajos recursos.
En Samoa llama a los altísimos cocoteros "árboles de la vida". Su fruto es una fuente de alimento vital y el aceite que se extrae de la pula se usaba para curar, proteger y suavizar la piel. No se desperdicia nada del árbol. La ONG Women in Business Developtment está trabajando para asegurar que los samoanos continúen viviendo en comunidad con este árbol. Y, para ello, provee equipamiento y conocimiento para producir aceite de coco orgánico de alta calidad a unas 100 mujeres. Y ayuda a ese país en su meta de convertirse en una "isla orgánica". El aceite de argán, por su parte, proviene de un árbol que puede sobrevivir sequías, vientos áridos y vivir hasta los 200 años. Durante siglos, este aceite fue protagonista de rituales de belleza. Hoy, empodera a la mujer con la ayuda de un proyecto comunitario; Targanine, que les asigna una parcela de tierra. Las cooperativas cuentan hasta con 50 miembros, lo que hace posible ofrecerles escolarización y guardería para sus hijos.
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