Carlos Margariños y Darío Werthein: "Macri y su equipo están trabajando para generar un cambio cultural"

Son amigos con perfiles muy distintos: uno es político y el otro, empresario. Pese a esto, escribieron Llegar al futuro, que "reconcilia las visiones aparentemente opuestas del sector privado y el público". 

Llegar al futuro es el resultado de un sinfín de cafés y sobremesas entre dos amigos, Carlos Magariños y Darío Werthein, en donde las clásicas preguntas sobre la Argentina y su potencial surgían una y otra vez. Finalmente, esas charlas tomaron forma de libro.

Los autores se conocen de la UBA y, si bien tomaron caminos bien distintos -Magariños es el embajador argentino en Brasil y Werthein, accionista del grupo que lleva su apellido-, se animaron a encarar este proyecto juntos, en el que se propusieron revisar "la lógica de funcionamiento de los centros de decisión del país y el mundo" e intentan develar cómo el conocimiento y la economía de la innovación pueden dar vuelta a la Argentina.

En una entrevista con 3Días, hablan sobre desempleo, educación, el rol del empresariado y del Gobierno, y afirman que, "si no cambiamos algunas reglas básicas de convivencia, el país no tiene ningún futuro".

- ¿Cómo ven el presente del país? ¿Cuáles son los problemas que deberían resolverse con mayor urgencia?
DW: La Argentina es un país que podría y debería estar mucho mejor. Pero una de las invitaciones de este libro es a salir de esa eterna paradoja nacional: la idea del país que tiene todo para salir adelante pero que nunca sale. Es una tradición histórica de recordar melancólicamente épocas mejores. Nuestra propuesta es refrescar el debate. No trabajar en las viejas dicotomías Estado o mercado, modelo exportador o mercado interno, agro o industria. Creemos que es necesario pensar al margen de los modelos, estimular la originalidad y la experimentación. La Argentina sólo saldrá de su larga crisis con políticas innovadoras y apostando al conocimiento.

- ¿Cómo ayudarían la tecnología y el conocimiento a revertir el desempleo?
CM: Las posibilidades de crecimiento que tiene un país dependen casi por completo de su capacidad de aumentar la productividad. Y este incremento proviene de la capacidad de innovación tecnológica. La productividad sólo puede multiplicarse mediante nuevos métodos técnicos o herramientas transformadoras. Eso es imposible hoy sin conocimiento, sin educación. Los países que apostaron a la educación, ganaron. En el libro contamos los modelos de Corea, Finlandia o Israel, que demuestran que allí donde la promoción del conocimiento se transformó en una política de Estado, se generaron economías fuertes y de pleno empleo.

- ¿Cuáles son los motivos del déficit que tenemos en calidad educativa y las razones por las que más de la mitad de los adolescentes no accede a los saberes mínimos para una inserción social plena?
CM: La deserción escolar es un problema gravísimo. En un mundo globalizado, donde las habilidades para generar una economía competitiva son cada vez más exigentes, la mitad de los argentinos no termina el secundario. Es decir, la mitad de los argentinos enfrentará el futuro apenas contando con un título primario. Y los motivos son simples: desde hace mucho tiempo no nos ocupábamos del problema educacional como era debido.
DW: Nos preocupa la falta de un debate serio. Hace mucho que no se discute seriamente sobre la educación. Y la clase media optó por mandar a sus hijos a escuelas privadas y perdió, en consecuencia, el interés por lo que sucede en las escuelas del Estado. Creo que el Gobierno ya vio esta realidad y por primera vez siento que se pueden generar las condiciones para devolverle al país la educación que necesita.

- Además del salario docente o el ausentismo, ¿qué otras cuestiones deberían estar en el debate sobre la educación hoy?
DW: Como dice Narodowski, no tiene sentido seguir entrenando a los jóvenes en aptitudes que no vamos necesitar. Entonces, antes de definir cuál será el sistema educativo apropiado, habría que debatir cuál es el sistema productivo que el país necesita para enfrentar los retos del futuro.

- ¿Creen que el Gobierno está yendo en la dirección correcta?
DW: Creo que está haciendo una gestión comprometida. Me gusta eso: el compromiso, la dedicación, el esfuerzo. Siento que Macri y su equipo están trabajando para generar un cambio cultural profundo. Podemos discutir si su propuesta es o no la correcta, pero lo están encarando con seriedad y sinceridad, con el convencimiento de que si no cambiamos algunas reglas básicas de convivencia, el país no tiene ningún futuro.
CM: Formo parte de este Gobierno, representado al país ante Brasil, que es nuestro principal socio y nuestro principal mercado. Por lo que veo en mi trabajo, no tengo dudas de que vamos en el camino adecuado para generar la base necesaria para generar desarrollo y empleo.

- ¿Qué le recomendarían?
DW: Invertir más en educación, investigación, desarrollo tecnológico, creatividad. No hay grandes secretos en los países que dieron el salto: apostaron a la educación, a mejores escuelas y universidades. Generaron incentivos para las carreras tecnológicas, las ingenierías y los oficios técnicos. Y les enseñaron a los jóvenes a pensar distinto, romper moldes, experimentar y buscar la originalidad. Japón y Corea del Sur otorgan cerca del 3,5% de su PBI a investigación y desarrollo. Los países europeos invierten, en promedio, el 4%. Para la Argentina, que invierte el 0,6%, esas cifras podrían ser una referencia.

- Y el empresariado argentino, ¿qué aporte puede hacer frente a este panorama?
CM: Es fundamental que sea capaz de impulsar una fuerte cultura emprendedora. La generación de nuevos proyectos en una sociedad se traduce en un efecto multiplicador en la economía a través de la creación de nuevos empleos, el desarrollo social y la innovación tecnológica. O sea, para lograr desarrollo económico a largo plazo es necesario contar con empresarios emprendedores que generen trabajo y valor agregado mediante la creación de nuevos productos, nuevos servicios, nuevos procesos de producción.

- ¿Cómo describen ese futuro?
DW: Estamos frente a otra oportunidad. Hay variables globales que vuelven a favorecernos. Pero no es suficiente. En la última década, disfrutamos el célebre "viento de cola" y aún así Argentina no despegó. El desarrollo de los países no puede ser explicado sólo por sus condiciones geofísicas, sus recursos naturales o su infraestructura. La creatividad, la iniciativa, el conocimiento y la actitud hacen la diferencia y marcan el rumbo del futuro. Y, por supuesto, la fortaleza y el desarrollo de sus instituciones, entendidas como leyes, reglas y convenciones sociales que regulen positivamente la convivencia social y política de manera constructiva para afianzar el desarrollo económico.

De a dos

Llegar al futuro es un libro escrito por dos amigos, Darío Werthein y Carlos Magariños, en donde le dan forma a "todos esos temas que nos ocupan y nos preocupan desde hace tanto tiempo", según cuenta Werthein.

El proyecto empezó casi como un "juego" en el que los autores armaron un listado de "esas preguntas ya casi clásicas sobre la Argentina", a las que después intentaron buscarle respuestas nuevas, así como también, explorar nuevos razonamientos a esos interrogantes. Aún así, los autores aclaran que, a lo largo del texto, no pretendieron tener "todas las respuestas", sino más bien, hacerse las preguntas "adecuadas". Para escribir Llegar al futuro, los amigos se reunieron con especialistas, teóricos y líderes políticos, empresariales o sociales, una vez por semana.

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