Guerra de robots: una compañía norteamericana desafió a duelo a una japonesa
La firma oriental ya aceptó el reto y la pelea tendría lugar recién el año que viene. Los detalles de las máquinas que pelearían.
Hollywood transformó a robots gigantes en protagonistas de las películas de acción y ciencia ficción. Ahora, dos compañías de distintas nacionalidades quieren demostrar que las peleas entre máquinas de gran tamaño también pueden tener lugar fuera de la pantalla. El emprendimiento norteamericano MegaBots, Inc desafió a la firma japonesa Suidobashi Heavy Industry a un duelo de robots.
Todo comenzó por un grupo de 20 científicos, ingenieros y diseñadores, entre otros profesionales, que compartían un mismo sueño: crear una liga de lucha de robots gigantes y convertir a esta práctica en “el deporte del futuro”. Como su proyecto en Kickstarter no funcionó, la compañía decidió pedir ayuda a la empresa de software Autodesk para fabricar un prototipo de máquina.
La creación de MegaBots tiene casi 5 metros de alto, pesa más de 5.400 kilos y puede disparar desde bolas de pintura de más de un kilo hasta remeras enrrolladas. Por el momento, el robot se desplaza a través de bandas cubiertas por caucho para neumáticos, pero la compañía está trabajando para hacerlo caminar en dos piernas. La cabina del conductor se encuentra como una de las mejoras a realizar ya que se debe asegurar la salud de la persona que maneje al robot ante la posibilidad de participar de un posible duelo.
El caso de la firma oriental es muy distinto al de MegaBots. Suidobashi tiene un largo historial en el rubro. La compañía desarrolló en 2012 a los famosos Kuratas: robots de casi 4 metros de alto y con más de 4.500 kilos, que cuentan con una ametralladora integrada a su brazo.
Kogoro Kurata, el artista que creó al robot emblema de Suidobashi, aceptó el reto de los norteamericanos, pero les puso una condición: si la pelea tiene lugar, ambos usarán armas y no pintura para combatir. El encuentro tendría lugar recién el año que viene. La fecha exacta, la locación, y si el duelo podrá ser presenciado o no, todavía son un misterio.
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