PUNTO DE VISTA

Universidades: profesionales cultos destinados al desempleo

Nuestro sistema educativo primario y secundario, los contenidos de los programas y la forma y modalidad de la enseñanza son de principios del siglo pasado y no responden a las demandas y requerimientos modernos. Con unas pocas excepciones, la universidad está también inmersa en la cátedra, en las clases de exposición magistrales, y sigue siendo una herramienta de trabajo la tiza y el pizarrón verde o negro y, de vez en cuando, una presentación con trasparencias.

En Stanford University comprobé que cada aula es un taller de estudio, de investigación, de desarrollo y de iniciativa e innovación al servicio de los profesionales del futuro. El trabajo en equipos colaborativos, los esquemas de desing thinking (nuevos enfoques de análisis y práctica de la gestión), los proyectos creativos, la búsqueda de nuevos horizontes, el mindset (cambio de mentalidad con nuevos paradigmas), la práctica del mindfulness (meditación trascendental para el estado de conciencia total), la visión estratégica de largo plazo (longview) fuera de la caja (out of the box) y otras herramientas forman parte de la capacitación y de la educación de avanzada.

La necesidad de enseñar negociación, resolución de conflictos, estrategia y tácticas la obtención específica de resultados, son importantes como las bases y fundamentos técnicos y científicos de cada profesión. Dotar a nuestros profesionales de habilidades, competencias y herramientas esenciales para resistir y superar las contrariedades, prevenirlos y equiparlos para enfrentar las tecnologías exponenciales no es un desafío de los países líderes, es también un deber de la nación para poder generar ciudadanos empleables bajo políticas de diversidad y de inclusión.

En Katar, tratando de escalar un nuevo nivel, se integró una unidad diversitaria o multiuniversitaria con la universidad local junto a las estrellas y las investigaciones de otras ocho universidades de prestigio y reconocimiento global.

En la carrera de derecho no se ha incluido todavía el derecho informático, y solo se incluyeron algunos capítulos en las ramas jurídicas tradicionales, pero no se ha pensado en la incorporación de nuevas materias ligadas a la realidad en la que deberán actuar.

Ya existe un sistema y una computadora que puede reemplazar a los profesionales. La computadora Watson es un sistema informático de inteligencia artificial que es capaz de responder a preguntas formuladas en lenguaje natural, desarrollado por la empresa estadounidense IBM. Forma parte del proyecto del equipo de investigación DeepQA, liderado por el investigador principal David Ferrucci. Lleva su nombre en honor del fundador y primer presidente de IBM, Thomas J. Watson.

Watson responde a las preguntas gracias a una base de datos almacenada localmente, y ya está en condiciones de responder al 95% de las preguntas que deben contestar los contadores, y desde hace dos años, también puede hacer lo propio con las preguntas que deben responder los abogados. La información contenida en esa base de datos proviene de multitud de fuentes, incluyendo enciclopedias, diccionarios, tesauros, artículos de noticias y obras literarias, al igual que bases de datos externos, taxonomías y ontologías, específicamente DBpedia, WordNet y, obviamente, los contenidos técnicos de cada arte, oficio o profesión con sus bibliotecas, catálogos y archivos.

Con estos antecedentes, cómo deberíamos configurar una nueva carrera para nuestros profesionales para que estén preparados para el futuro que es HOY.

Tenemos solo unos pocos paliativos. Por lo pronto los posgrados están acoplando las carencias de las carreras de grado suplementando lo que debería adquirirse dentro de nuestro sistema. En cualquier caso, esta solución es selectiva y alcanza en forma anómala a un porcentaje muy reducido de los profesionales. Otro tanto ocurre con la universidad interna de las empresas o con la capacitación excepcional que brindan algunas compañías a sus ejecutivos.

En un escenario como el que presenta hoy nuestro país, la deuda externa, el superávit fiscal, la falta de crédito, el caos de la economía, en rigor, ninguno de nuestros dramas es tan grave y letal como lo que estamos padeciendo con el retraso inexorable de todo nuestro futuro si no afrontamos seriamente y en forma decisiva la modernización y reformulación del sistema educativo en todos sus planos.

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