Enfoque

Una sola batalla pero con tres posibles escenarios

Representando el 37% del padrón electoral según los datos de la última elección, la provincia de Buenos Aires es la principal vidriera política del país. Entronizando y enterrando sueños presidenciales, han sido muchas y muchos los que se ilusionaron con la banda y el bastón luego de un resonante triunfo electoral o de un largo periodo gobernándola: Antonio Cafiero, Eduardo Duhalde, Graciela Fernández Meijide, Carlos Ruckauf, Daniel Scioli, María Eugenia Vidal, Sergio Massa. Todos ellos signados por la ¨maldición¨ de la provincia que no ¨pone¨ Presidentes.

Sin embargo, más allá del éxito personal de quienes allí apuestan sus fichas, la provincia tiene relevancia en el escenario electoral en la actual coyuntura por dos razones. Es la que más bancas de diputados pone en juego en la elección y suele mostrar un comportamiento electoral que se aproxima al del conjunto del país. El partido o coalición electoral que gane en la provincia de Buenos Aires probablemente sea el que más votos obtenga en la sumatoria del total de la Argentina. Ya sea para una elección presidencial o para saber si el rumbo de un gobierno es validado en una elección de medio término, los medios de comunicación, periodistas y analistas, todos posan sus miradas sobre la provincia.

¿Qué puede ocurrir en este 2021 tan atípico? ¿ En que se diferencia de elecciones anteriores? La primera diferencia es la vuelta del peronismo al poder luego de la gestión Vidal 2015-2019. El deterioro de las condiciones económicas y sociales durante el gobierno de Mauricio Macri derivó en el naufragio electoral de Juntos por el Cambio y en el retorno del kirchnerismo a la gobernación bonaerense. Sin embargo, el peronismo en el poder se enfrenta con dos situaciones: una crisis económica sumamente compleja y la pandemia del Covid-19. Si bien la segunda ha potenciado la primera, aún esta por verse hasta donde los ciudadanos cargarán sus tintas sobre el oficialismo y hasta donde serán tolerantes y comprensivos extendiendo el crédito otorgado en 2019.

Al actual oficialismo le han resultado esquivas las elecciones de medio término (recordemos las derrotas del año 2009, 2013, 2017) pero Juntos por el Cambio se enfrenta a su primera elección luego de la salida del poder. El peronismo ha mostrado en la última elección que si va a las urnas unido su piso electoral difícilmente baje de 40%. Por otro lado, la coalición opositora ha dado muestras de su poder de fuego en el principal distrito del país obteniendo, aún perdiendo, 38% de votos en 2019. La polarización entre estas dos coaliciones además alientan el voto estratégico y dificultan la emergencia de terceras opciones. Principalmente la situación socioeconómica y la pandemia, y en menor medida la oferta electoral definitiva y el resultado que tenga lugar en las PASO, serán claves para entender el resultado final.

En el Frente de Todos no hay un "número puesto" para encabezar la boleta y la estrategia parece descansar en un viejo slogan: el candidato es el proyecto. Mientras que Juntos por el Cambio parece debatirse entre ampliar la coalición opositora o utilizar la elección de medio término para resolver la puja por el liderazgo de cara a las elecciones presidenciales.

Veamos escenarios posibles:

Su crédito ha sido renovado con éxito

El Gobierno logra imponerse en el principal distrito del país por una diferencia holgada. Apalancado en su robustez en la tercera sección electoral, supera los 40 puntos porcentuales y logra incluso aumentar algunas bancas su actual bloque en la Cámara de diputados. Los votantes del Frente de Todos 2019 deciden renovar el crédito atendiendo a la herencia recibida y la situación de pandemia.

Para que este escenario tenga lugar es necesario que el gobierne llegue de manera exitosa a completar un programa de vacunación robusto para el mes de septiembre (lo cual es probable), que la situación económica muestre una mejora sensible, con un dólar estable, con una inflación mensual por debajo de los dos puntos y cierta recuperación de la capacidad adquisitiva del salario (Incierto). La campaña del Frente de Todos es compacta y todos terminan encolumnándose detrás de una candidatura que crece a medida que transcurren las semanas, y que pasa a ser la portadora de las buenas noticias en torno a la Pandemia y la Economía.

La oferta electoral de Juntos por el cambio no logra ser lo suficientemente atractiva y tiene dificultades para conectar con los drivers de la elección. La interna, en lugar de producir una ampliación sobre el electorado, termina siendo fragmentaria (incierto). Finalmente, no aparece una oferta en el hemisferio peronista que sea competitiva y atractiva para un votante desencantado del oficialismo pero que no vota opciones por fuera del peronismo (hoy no se la observa)

Ni Ni

El Gobierno gana las elecciones en la provincia de Buenos Aires pero por un margen muy estrecho. E incluso puede quedar por debajo en el recuento general de votos del total del país. El candidato/a no logra concentrar los votos del espacio y una parte de los votantes que acompañaron al Frente de Todos en 2019 se inclina por otras opciones. El oficialismo puede ver incluso peligrar las posibilidades de constituir mayorías en la Cámara de Diputados. Pero el 2023 sigue siendo una incógnita.

El plan de vacunación avanza pero no al ritmo esperado. Las cifras de infectados y fallecidos continúan aumentando aún con la llegada de la primavera (poco probable). La situación económica, si bien tiene algunos indicadores alentadores y el dólar se mantiene estable, no logra aún impactar en el bolsillo de la gente y la inflación no logra bajar de los dos puntos mensuales (probable).

Juntos por el Cambio zanja sus diferencias internas y constituye una oferta electoral atractiva pero aún no resuelve su deuda pendiente con el electorado de la provincia de Buenos Aires, especialmente con quienes habitan en el conurbano (probable). Por el lado del peronismo surge una oferta liderada por Florencio Randazzo, pero que aún no alcanza el volumen para ocupar el espacio del votante peronista desencantado que en 2009 representó Francisco De Narváez o luego en el 2013 Sergio Massa (probable).

Su crédito ha terminado

La provincia de Buenos Aires le da la espalda al peronismo gobernante. Aunque sea por un margen pequeño, la oposición de Juntos por el Cambio gana las elecciones y lo mismo se repite en el conjunto del país. El oficialismo pierde cualquier posibilidad de constituir una mayoría en la Cámara de Diputados. Este resultado impacta en la coalición gobernante fragmentándola. Las expectativas en relación al 2023 se desplazan a la oposición y sus potenciales candidatos.

En este escenario la apuesta por "el candidato es el proyecto" fracasa. El plan de vacunación muestra signos claros de no avanzar. Argentina no logra completar las dos dosis en una parte muy relevante de su población y se consolida en un escalón muy arriba en el ranking de cantidad de fallecidos e infectados por el virus aún con la llegada de un mejor clima (poco probable). La inflación no da tregua pero además se combina con ciertos signos de inestabilidad cambiaria. Por el lado de la economía real hay poco y nada que impacte en los ciudadanos de a pie (incierto).

La oferta de Juntos por el Cambio es atractiva, se fortalece con las elecciones primarias y el electorado de la provincia privilegia el castigo al oficialismo por sobre el mal recuerdo que en ciertos sectores perdura sobre el periodo 2015-2019. Él o la triunfadora se convierte en presidenciable o firme candidato a gobernador en el próximo turno.

Todavía resta correr mucha agua bajo el puente. Pero resta preguntarse: ¿Cuál de estos escenarios acerca a la Argentina a la senda del crecimiento y desarrollo con inclusión? Probablemente nos demos cuenta a esta altura que lo electoral puede ser anecdótico y que nuestros problemas tienen sus raíces en aspectos más profundos y estructurales.

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Comentarios

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  • DD

    Dylan Dylan

    28/06/21

    No leen ninsu propio diario?? Ustedes publicaron una encuesta donde dicen que no hay polarización!!!!

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