

Una vieja discusión de décadas en nuestro país: ¿estatismo o privatismo? Lo inteligente y lo razonable es que no sea ni una cosa ni la otra, es decir, como lo es en los países mas avanzados del mundo, que el Estado promueva las iniciativas privadas de interés público.
Las escuelas privadas en la Argentina reciben subsidios para el pago de salarios docentes que pueden ser del 100% del monto del salario hasta cero. De acuerdo al subsidio estatal que reciben se autoriza el valor de la cuota que pagan las familiar para la educación de los hijos. La gestión de esas escuelas es de particulares, pero el interés de su actividad es de carácter público. Por ello, la inversión estatal para sostener el funcionamiento de las misma. Villa San Alberto es una referencia estampada en viejos mapas de San Andrés de Giles. Es increíble haber llegado hasta ese paraje por casualidad, y estar muy cerca de la refundación del pueblo para transformarlo en refugio apacible de familias abrumadas por la rutina urbana. Un poco es nadar contra la corriente, porque hay una tendencia que se mantiene desde hace décadas, que marca la desaparición de parajes y poblados chicos del interior. La historia no la escriben los que se dejan llevar, la escriben los valientes.
Sería saludable que se discuta cual es el rol del estado moderno en la Argentina. Me llevan a esta reflexión: cada vez más pueblos que desaparecen, pero hay otros por nacer. Se trata de recuperar y engrosar el patrimonio, cultural, urbanístico, y social de una región.
San Alberto figura en el digesto municipal como una de las ocho localidades que integran el partido. Sin embargo nunca pasó de proyecto comunal. Solo se mantiene la escuela 23, una capilla a medio hacer y un viejo almacén de ramos generales. El mapa también define una plaza. En San Alberto ya hay 18 propietarios (algunos de Giles, otros también del Gran Buenos Aires). Las primeras casas se levantan con planes Procrear. Logramos que el municipio delimite las calles internas. Pero necesitamos la luz. Requiere una inversión importante, ese servicio público, y ni hablar que el Estado debe brindarlo. Estamos conversando con el equipo de la gobernadora María Eugenia Vidal para que los vecinos de aquí cuenten con este servicio básico. San Alberto puede morir antes de nacer por falta la infraestructura básica, sin una determinación tajante del Estado por poner de pie este lugar, va a ser muy difícil lograrlo. Por ahora Villa San Alberto es un verbo en potencial que se escribe sobre una casa de antigüedades, la capilla, la escuela y pocas casas en construcción en una de las manzanas.
Mantengo la porfía y está la fecha de fundación y los festejos patronales del santo, que se celebra cada 15 de noviembre. No resigno la ilusión de estar ese día, en la plaza del pueblo, con tijera en mano para el corte de las cintas de la inauguración de Villa San Alberto. La última palabra la tienen en La Plata, en la sede de la gobernación de la provincia.


