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Plan de beneficios: entre maximizar el efecto político y limitar el costo fiscal

La seguidilla de anuncios que ha hecho Sergio Massa para contrarrestar los efectos de la inflación en los ingresos, empezando por la elevación del piso de Ganancias para los asalariados y terminando por el último refuerzo concedido a los jubilados, abren una lógica incertidumbre en el mercado financiero sobre el impacto que estas medidas pueden tener en el IPC del último trimestre y en el tipo de cambio. En una segunda línea, aparece en los analistas una preocupación igual de entendible: que tan relevante es el desvío fiscal que provocarán las medidas frente al objetivo de lograr un déficit fiscal de 1,9% del PBI.

Para Massa, la prioridad es que este esfuerzo fiscal sea percibido por los votantes como lo que es: la decisión política de un Estado que busca cubrir a un sector de la población frente a una coyuntura desfavorable. Quiere remarcar que ninguno de los otros candidatos estaría dispuesto a asumir un costo de esta naturaleza, y por eso ayer remarcó que no piensan cerrar el PAMI o retornas al sistema de AFJP. La oposición prefiere concentrarse en sus propios argumentos: la crisis es producto de un gobierno que no tuvo un plan ni tiene una estrategia efectiva para resolverla.

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El costo real de las medidas para el Fisco se verá en etapas, cuando se cierre la recaudación impositiva de setiembre y la ejecución del gasto primario del mes. "Lo vamos a ir viendo", admiten en el equipo económico. Los funcionarios plantean que las medidas no son un salto al vacío en materia fiscal, porque tienen un balance distinto al que juzgan los que no tienen la foto del día a día del Tesoro. La contabilidad pública es más elástica de lo que parece. Y aquí no hablamos de "creatividad" sino de recursos.

A fin de julio, antes de que el FMI aprobara la recalibración del acuerdo, el Gobierno dispuso la aplicación del impuesto PAIS a las importaciones y el encarecimiento del dólar ahorro, entre otras medidas. Después de las PASO aplicó una devaluación del peso de casi 20%. El impacto de esta movida se vio en la recaudación de agosto creció 134% anual. De todo el conjunto de impuestos, PAIS se destacó con un crecimiento de 505%, con un incremento nominal de un mes a otro de $ 146.000 millones. Para tener una noción, el refuerzo de 15.000 anunciado ayer para 3 millones de jubilados tendrá un costo hasta fin de año de $ 135.000 millones. Las retenciones, por su parte, crecieron 73%, sin contar que la instrumentación del dólar soja 4 aceleró la venta de oleaginosas y dólares al BCRA, con su consiguiente ingreso al fisco (dato que se verá a pleno este mes). La devolución del IVA, que ya se aplicaba a jubilados y beneficiarios de la AUH, solo era usada por el 20%. Será mejor contar los pesos antes de sobrerreaccionar.


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