ENFOQUE

Paro docente: otra vez los chicos pierden

Una vez más, Ctera convoca a una medida de fuerza ante la falta de acuerdo salarial en varias provincias, que afecta a las escuelas públicas. Es decir que, como viene sucediendo todos los años, nuestros hijos no empezarán sus clases en tiempo y forma.

De por sí el calendario escolar argentino se ubica en menos de 720 horas de clases, quedando por debajo de la media de la OCDE, y muy por detrás de los principales países del mundo. A este hecho además debemos restarle los días de clases que se pierden debido a reclamos salariales como el que vivimos todos los años una y otra vez. Bregar sindicalmente por buenas condiciones salariales es lógico y legítimo, pero hay que tener mucho cuidado y cautela para no negar horas de clases a los chicos de las escuelas públicas, cuando al mismo tiempo las escuelas privadas reciben a sus alumnos. Un día menos de clases es un conocimiento menos que aprenden. La igualdad de oportunidades que requiere una sociedad justa necesita paridad en el acceso a una buena educación.

Los sindicatos deberían buscar formas de reclamo que no vulneren el mínimo obligatorio de 180 días de clases afectando a los más vulnerables. Ninguna causa justifica violar la ley: las clases deben comenzar en tiempo y forma, no debemos dejar que el árbol del reclamo salarial tape al bosque de la educación, que es el motor de todo país desarrollado, justo socialmente y rico.

Considerar únicamente el aumento salarial docente no va a generar ningún beneficio a la educación del país si no se lo enmarca dentro de un paquete de reformas mucho más amplias. Además, a esta actitud se le suma el escenario que se repite constantemente en el Conurbano bonaerense, a días del comienzo de clases: el vandalismo en las escuelas públicas donde son incendiadas, saqueadas, destrozadas, pintarrajeadas y robadas. Causa mucha tristeza ver estos actos de clara intencionalidad política, cómo afectan y ponen piedras en el camino al futuro de nuestros hijos.

A pesar de la importancia que tiene la educación en el desarrollo de un país, al final del día debemos estar pensando si lograremos que nuestros niños, que son el futuro, puedan tener según lo establecido en la Ley 25.864, el mínimo obligatorio de 180 días de clases.

El desarrollo y riqueza de un país se encuentra íntimamente vinculado con el nivel educativo de sus jóvenes. La Argentina no es un país rico, hemos sido educados en esa mentira y si bien es un país con muchos recursos naturales hoy la riqueza ya no está ahí. La realidad es que lamentablemente nuestra Argentina es, hace muchos años ya, un país subdesarrollado y con un alto porcentaje de pobreza. Y esta realidad de la Argentina está relacionada a la caída del nivel educativo.

No podemos conseguir un sostenido y prolongado crecimiento económico ni social sin inversión en la educación. La educación inclusiva y de calidad no solo ayuda a combatir la pobreza sino a potenciar el crecimiento de un país.

No dejemos a los chicos sin clases. Nuestro futuro como país depende de ello!

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