Y... ¿para qué sirve tanto emprendedorismo?

Mucho se habla sobre el emprendedorismo. Pero la inquietud fundamental quizas radique en la pregunta más esencial sobre el fenómeno: ¿Por qué es importante en nuestra cultura? Una primera aproximación al tema, fundada en múltiples estudios, sugiere que un ecosistema emprendedor robusto es vital en las sociedades modernas ya que facilita la creación y éxito de nuevos procesos productivos y multiplica la innovación para resolver los desafíos que plantea el desarrollo en sentido amplio, otorgando resiliencia y sostenibilidad a una economía.

El objeto de estudio de las ciencias de la administración (management sciences) son las organizaciones, y es muy frecuente hablar de ellas como si fueran 'organismos'. Por cierto, comparten una raíz etimológica común, con origen en el griego 'organum' que significa instrumento. Mientras que la organización es un instrumento para el logro de una misión, los organismos son un sistema de instrumentos u órganos que forman un ser vivo

El reto de transfomar la empresa al ritmo de los cambios del entorno

Desde el sentido común, claro está, las organizaciones están formadas por personas, con lo cual el uso de la metáfora "biológica" puede ser entendible. Más aún, de un tiempo a esta parte se ha generalizado el concepto de "ecosistemas emprendedores", para hacer referencia al entorno o entramado de relaciones donde convergen los actores involucrados en los procesos de emprendimiento, facilitando el surgimiento de empresas y proyectos empresariales.

Esta noción tiene origen en numerosos estudios que reconocen la importancia de la actividad emprendedora para el desarrollo y bienestar de los países. Al estudiar el fenómeno de la creación de nuevas empresas, el foco de estudio pasó a ser el proceso emprendedor, es decir, el proceso por el cuál pasan los emprendedores para crear una empresa. Así, el interés de estudio pasó de los emprendedores a visiones más holísticas, generando marcos conceptuales más bien sistémicos.

En un trabajo titulado Los linajes de los enfoques sobre ecosistemas emprendedores, se señala que tradicionalmente los estudios económicos han subestimado la importancia del rol del emprendedor en el sistema económico, de la misma forma que los estudios sobre emprendorismo han subestimado el rol de los sistemas al momento de explicar el desempeño emprendedor. 

Para corregir estas dos falencias, los autores proponen, precisamente, la aplicación de la metodología de "ecosistemas emprendedores". Al respecto, reconocen dos vertientes importantes: una que se enfoca en el desarrollo regional y otra en la estrategia. Ambas tienen origen en el pensamiento de sistemas ecológicos y se focalizan en la importancia de la interdependencia de los actores dentro de una comunidad para la creación de valor. La primera de ellas ha dado origen a términos como distritos industriales, clusters y sistemas de innovación regionales. Por su parte, la literatura sobre estrategia propone la noción de ecosistemas de negocios en los cuáles la creación de valor depende de la complementación entre diferentes actores.

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Cualquiera sea el enfoque, hoy se reconoce que un ecosistema emprendedor es aquel donde existe una alta tasa de start-ups, colaboración público-privada, flujos de capital de riesgo (venture capital) y acceso a talento especializado. Si una empresa se encuentra en un nivel micro, el ecosistema se encuentra en un nivel 'meso', un punto intermedio entre lo local y lo nacional. 

Sin embargo, no hay que dejar de notar que las condiciones nacionales o macro (economía estable, calidad institucional, desarrollo humano) inciden sobre la actividad emprendedora, de la misma forma que esta también influye sobre el desempeño económico de una nación

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