Nuevas normas internacionales: el Banco Central definió la hoja de ruta

En enero de este año entraron en vigencia para la banca argentina las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF). Especialmente el modelo de previsionamiento como parte de la "NIIF 9: Instrumentos Financieros" representa un desafío considerable, por lo que el BCRA inicialmente optó por aplazar su aplicación a una futura fecha. Ahora la institución confirmó a través del comunicado A 6430 del pasado 12 de enero, 2020 como fecha de lanzamiento, aunque información cualitativa y números comparativos tendrán que presentarse a partir de este año.

De esta forma queda despejada la última incertidumbre con respecto a la implementación completa de la NIIF 9 para entidades financieras. Anteriormente, en diciembre de 2017 la Comisión Nacional de Valores (CNV) ya había exceptuado mediante la Resolución General Nº 714 la aplicación del nuevo modelo para las sociedades emisoras de tarjetas de crédito, indicando un régimen en línea con lo que publicaría el Banco Central.

El modelo de previsionamiento de pérdidas esperadas bajo NIIF 9 representa un gran desafío comparado al simple modelo actualmente en vigencia. Su aplicación requiere una amplia información detallada sobre el comportamiento histórico de los deudores, también en función de diferentes ciclos macroeconómicos como base del cálculo.

Con respecto a enfoques tradicionales de pérdida incurrida como requería la Norma Internacional de Contabilidad predecesora NIC 39, el nuevo modelo apunta a provocar ajustes considerables en los resultados. Según un análisis de impacto realizado en noviembre de 2016 por la Autoridad Bancaria Europea o EBA (European Banking Authority), las provisiones por incobrabilidad de la banca europea aumentaron en un 18% en promedio y en hasta 30% para entidades individuales. Para el caso de la Banca Argentina, el impacto podría incluso ser mayor.

Los dos años concedidos por el BCRA pueden parecer un tiempo prudencial para actualizar el procedimiento, pero la banca nacional no debería relajarse. El nuevo modelo de deterioro es especialmente exigente desde el punto de vista cuantitativo, porque se requiere calcular el previsionamiento como las pérdidas esperadas por posibles incumplimientos de forma continua durante toda la vida del instrumento como la multiplicación de la probabilidad de incumplimiento (PD, por sus siglas en inglés), la exposición en el momento del incumplimiento (EAD), así como la pérdida dada el incumplimiento (LGD).

Consideremos como ejemplo una cartera de tarjetas de crédito para demostrar la exigencia del cálculo. La PD exige una estimación de la vida de estos productos, en un principio sin vencimiento contractual, incluyendo las expectativas macroeconómicas futuras de entidad. La EAD debe incluir la exposición fuera de balance, por lo que se requiere estimar el uso de las líneas de crédito en cada momento. Esto suele exponer a la entidad a un riesgo adverso importante (riesgo wrong way), porque la probabilidad de utilizar el límite va en línea con la situación crediticia deteriorada del deudor. La LGD, por su lado, requiere simular el valor futuro del colateral relacionado con el que el banco intenta reducir su exposición. Si para un inmueble el cálculo suele resultar sencillo, la estimación de futuros valores para colaterales en forma de una cartera de títulos de deuda se vuelve más difícil y requiere estimaciones mediante procesos estocásticos de la evolución de tipos de interés. Esto muestra la complejidad que puede surgir sobre todo desde el lado cuantitativo. Sin embargo, el desafío suele comenzar un paso anterior con el levantamiento de los datos necesarios para poder realizar tal cálculo probabilístico.

Asimismo, no todo es sufrimiento. Un análisis estadístico tan exhaustivo ofrece al mismo tiempo información valiosa sobre el comportamiento de los deudores que puede ayudar en la optimización del desarrollo comercial y una estimación integral de la rentabilidad del negocio. Dado que NIIF 9 requiere un reconocimiento de deterioro en el momento inicial para cualquier activo financiero, nuevos clientes provocan de inmediato un gasto contable en el momento de subscripción. Si la entidad define las carteras crediticias sujetas a deterioro según las líneas de productos, lo que suele ser habitual al menos para la banca minorista, nuestro cliente provocará una pérdida en línea con la calidad crediticia promedia para este producto. Por lo tanto, el cálculo de deterioro puede aportar información sobre qué productos se deberían promover en campañas de mercado y pone en cuestión estrategias agresivas de otorgar tarjetas de crédito, sobre todo de alta gama, para aumentar el negocio, porque las mismas provocarán un pérdida contable instantánea independientemente de su uso.

En resumen, el nuevo modelo de previsionamiento bajo NIIF 9 conlleva un esfuerzo considerable para cualquier entidad que requiere una estrecha coordinación entre importantes áreas de la organización como son tecnología, riesgos y contabilidad, entre otras, con la complejidad habitual y la inquietud organizacional que provocan proyectos de estas características. Queda por destacar la importancia de iniciar los preparativos lo antes posible para identificar los datos y fuentes de información necesarias para afrontar los siguientes pasos en el desarrollo de una solución de cálculos robusta. Para una implementación exitosa no solo es necesario contar con asistencia normativa sino sobre todo buscar acompañamiento en todo el proceso para cumplir con los importantes requerimientos cuantitativos.

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