Nostalgia tanguera por la fama y el 'deme dos'

El dólar cerca de $ 60 hundió la ilusión de hacer compras en EE.UU. a los pocos argentinos que se animan a viajar al Norte.

En el icónico Algonquin Hotel, en el 59 West de la 44th Street a unos 200 metros de Times Square, un turista se acomoda en el lobby a leer el Financial Times. Despliega la página 3 de la sección Internacionales, en la que el título principal habla de Argentina y una nueva crisis económica que intenta limitarse. Es un joven emprendedor de Columbus, Ohio, que está en Nueva York por unos días con su esposa. Le pregunto por qué le interesa la Argentina y me aclara que no está leyendo ese artículo sino el de al lado, que habla sobre la guerra comercial entre China y Estados Unidos. Unos días después, veo a otro hombre leyendo el Wall Street Journal.

El título principal del suplemento Business & Finance describe la situación de los fondos de inversión que apostaron por la Argentina. El hombre es irlandés y está en el bar del hotel por una reunión con un neoyorkino con quien espera cerrar un negocio vinculado al mercado automotor. "Estoy leyendo que GM acordará con Google tener sus mapas en los autos de la marca", me aclara mostrándome un pequeño recuadro junto a la nota de Argentina. Otra decepción para la soberbia criolla.

La verdad es que en este hotel donde hay huéspedes de todas partes del mundo no solo no se habla de la Argentina sino que además no hay otros argentinos alojados (la noche cuesta por encima de los $ 30.000, claro). De hecho, a pocos argentinos pude reconocer por las calles de Manhattan durante una semana: una familia con acento porteño cruzando el puente de Brooklyn y dos amigas comprando un smartphone en un Best Buy cercano al Bryant Park, fueron algunos de los pocos entre miles de turistas europeos y asiáticos. Con el dólar en torno a los $ 60, los tours de compras ya no son lo más conveniente para los argentinos en esta maravillosa ciudad que aunque promete planes para todos los presupuestos, poco ofrece para los bolsillos devaluados.

Un hotel en la gran manzana supera los u$s 300 la noche con creces. Solo un hostel puede conseguirse más barato pero aún por encima de los u$s 150 con baño compartido. Una cena en un restaurante del Midtown como el Carmine's se paga alrededor de u$s 60 por persona y un almuerzo en un local del Distrito Financiero como el Trinity Place (instalado en la histórica bóveda de un banco de Wall Street construida en 1904, cercano al World Trade Center) arriba de u$s 50. Curiosamente, en ese restaurante la copa de vino más caro que se sirve es argentino, un Alfredo Roca 2016 Pinot Noir a u$s 13 la copa.

Un almuerzo rápido en una hamburguesería típica como la de la cadena Five Guys demanda más de u$s 15 y un combo en un Burger King cuesta entre u$s 8 y u$s 12. Lo más barato: un hot dog simple en un puesto callejero del Times Square se paga u$s 4 y un agua mineral u$s 3.

Comprar souvenirs para llevar de recuerdo a la familia tampoco ya es digno del 'deme dos' de los 90'. Nada sofisticadas miniaturas de plástico de la Estatua de la Libertad, monederos pequeños, llaveros o lapiceras cuestan u$s 4,99 cada uno o en la calle se pueden conseguir a cinco por u$s 20. Aunque baratos en comparación con un shopping argentino, tampoco están regaladas como en otros tiempos las prendas de H&M, Forever 21 y GAP, donde los jeans de oferta se consiguen a u$s 25 o los sweaters y buzos a u$s 35 y u$s 40. Las típicas 'panties' de Victoria's Secret se promocionan a 5 por u$s 30.

La electrónica tiene grandes diferencias con los precios argentinos. Un iPhone Xs de 256 GB que en Buenos Aires se vende a $ 184.000, en un Apple Store de Manhattan cuesta u$s 1150, es decir que no llega a $ 70.000, menos de la mitad.

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