OPINIÓN

No dejemos solo al pueblo de Formosa

Los acontecimientos de Formosa no sorprenden, indignan. Son de vieja data -Insfrán gobierna con mano de hierro desde hace 26 años- aunque como todo régimen en descomposición, muestra sus garras como nunca.

Dos reflexiones íntimamente vinculadas entre sí y escritas en caliente, cuando aún el humo de los perdigones -porque no fueron balas de goma- demora en disiparse, puede servir para trazar el único camino posible: exigir la renuncia de Gildo Insfran. Su negativa debe dejar en manos del Gobierno Federal la intervención a la provincia.

La primera reflexión es que el férreo apoyo del Gobierno Nacional al gobernador, que demuestra que el peronismo siempre es uno solo y echa por tierra el discurso de los Derechos Humanos, sólo cederá si la presión social de todo el país va en aumento.

La segunda reflexión es que aún cuando hoy la instantaneidad de las redes sociales permiten denunciar en tiempo real los acontecimientos, bastará que los medios cambien de tema para que la presión se desvanezca.

Es ahí cuando un partido nacional como la Unión Cívica Radical tiene mucho para hacer. El radicalismo formoseño ha estado y sigue estando en la primera línea de la lucha contra el régimen. Es conocido que Celeste Ruiz Díaz, quien empezó su militancia en la Franja Morada y la Juventud Radical y que ahora honra a nuestro partido como Concejal de la ciudad de Formosa, sufrió la cárcel por reclamar el fin de una cuarentena propia de un régimen feudal. Ayer estuvo otra vez en la calle y lo seguirá estando.

Instamos a todos los organismos de Derechos Humanos del país a tomar posición en favor del pueblo formoseño. En paralelo toda la dirigencia nacional de la oposición debe movilizarse a Formosa para visibilizar la lucha, y acompañar a quienes como Celeste le ponen el cuerpo a la libertad. ¡No la podemos dejar sola!

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