Milton Friedman: el exterminador de keynesianos

El próximo 31 de julio, al igual que todos los años, los libertarios del mundo festejamos el día de la Libertad. La fecha en cuestión tiene su sustento en el día de nacimiento de quien fuera el economista más influyente en la segunda parte del Siglo XX: Milton Friedman, un individuo cuyo trabajo en el campo científico y en la promoción de las ideas de la libertad ha sido fantástico.

De hecho, sus desarrollos teóricos no sólo son relevantes y trascendentes sino que por sobre todas las cosas actuales (en especial para el caso argentino). A su vez, la producción del Padre del Monetarismo podría agruparse en tres campos: (i) académico, (ii) divulgación y (iii) conferencias.
Si bien cada uno de los campos de actuación ameritaría mares de tinta, me concentraré en los aportes académicos más relevantes a la luz del debate con los keynesianos.

En este sentido, el primer gran aporte deviene de La teoría de la función de consumo, en la que presenta la hipótesis del ingreso permanente. Acorde a esta teoría, el individuo, para decidir que es lo que consumirá toma el ingreso permanente. A su vez, el ingreso transitorio es la diferencia entre el ingreso corriente y el ingreso permanente, y es lo que el individuo ahorra. Cuando el ingreso transitorio es positivo la gente ahorra; cuando el ingreso transitorio es negativo, la gente des-ahorra. De este modo, los cambios en el consumo ante cambios en el ingreso corriente son insignificantes, la propensión marginal al consumo cae y el multiplicador se desvanece. Friedman: 1 - keynesianos: 0.

Al tiempo que la evidencia empírica le daba la espalda a la función de consumo keynesiana, en los EE.UU. se había comenzado a acelerar la tasa de inflación. Ante dicha situación, los precios fijos del sistema ideado por Keynes no brindaban solución. Para dar respuesta a ello, el Friedman recupera la Teoría Cuantitativa del Dinero y la interpreta como una función de demanda de dinero. Así, validar la estabilidad de dicha función implica que los aumentos en la cantidad de dinero, en el largo plazo (momento en el cual todos los ajustes toman lugar) se traducen en mayores precios. De este modo, no sólo explicaba la creciente inflación, sino que probaba la falsedad de la trampa de la liquidez, al tiempo que la política monetaria recuperaba su poder de fuego. Friedman: 2 -keynesianos: 0.

El tercer gran hito académico viene dado por la publicación de La Historia Monetaria de los EEUU (1867-1960), escrito junto a Anna J. Schwartz. La obra no sólo es uno de los textos más influyentes de la teoría monetaria, sino que a la luz del debate con los keynesianos, el capítulo 7 sobre La Gran Contracción de 1929-1933 es una paliza obscena. En el mismo, no sólo se prueba la potencia de la política monetaria, sino que además pulveriza la idea de los precios fijos y desnuda el problema keynesiano de la ilusión nominal en la determinación de la inversión. Esto es, la tasa de interés nominal podía ser nula, pero dada la deflación la tasa real era enorme. De esta manera, quedaba demostrado que tanto las rigideces de precios y salarios a la baja, como la peregrina idea de los empresarios guiados por los espíritus animales carecían de sustento empírico. Friedman: 4 - keynesianos: 0.

Finalmente, Milton Friedman le propinó el golpe de gracia a los keynesianos al destruir la idea de que existía un trade-off permanente entre inflación y desempleo (Curva de Phillips). Si bien de inicio tomaba la Curva de Phillips, a esta le sumaba expectativas de inflación adaptativas. De esta manera, ante un aumento en la tasa de crecimiento en la cantidad de dinero se generaba una reducción transitoria en el desempleo. Sin embargo, dicho resultado surgía de los errores de pronóstico de los agentes. Por lo tanto, una vez que los agentes incorporaban la información, el desempleo volvía a su tasa natural, aunque la tasa de inflación quedaba en un nivel más alto. Friedman: 5 - keynesianos: 0.
 

Milton Friedman partió en 2006. Su vida académica estuvo signada por desenmascarar el fraude intelectual ideado por John M. Keynes y sus seguidores (quienes dedicaron su vida al culto de la religión del Estado). Sin embargo, durante la última gran crisis, las ideas del inglés retomaron impulso. Afortunadamente para el bienestar de la humanidad, Ben Bernanke, desde la FED e inspirado por el capítulo 7 de La Historia Monetaria aportó la contrastación empírica que puso cifras definitivas al debate. Friedman (post mortem): 6 -keynesianos: 0.
¡Viva la Libertad!

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