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Si el riesgo país está definido por la percepción de las chances de impago implícitas en el precio de los bonos y la aprehensión de los inversores a los niveles de las reservas, mantenidas con el respirador de colocaciones de nueva deuda, existe una compensación por el lado de la política y el posicionamiento estratégico de la Argentina para la administración Trump.

El riesgo país de la Argentina se resiste a bajar de 714 puntos debido tanto al contexto global como a cierta desconfianza con la situación de las reservas, según el conjunto de los analistas.

Si bien el Gobierno no esperaba una recalificación, la decisión del MSCI de no abordar siquiera la situación de "standalone" de la Argentina trajo decepción en un mercado que está esperando ávido al "real money" que se quemó con leche en la administración Macri y que mira de lejos el desembarco en la Argentina.

Por eso antes que en Nueva York, en Washington DC comienzan a aparecer intereses en financiar inversiones con participación norteamericana en la Argentina. No solo se trata de afinidad de Donald Trump con los libertarios de Milei. Antes bien, de acuerdo con fuentes al tanto de las conversaciones, el nuevo mapa geopolítico está haciendo su trabajo que podría derivar en el financiamiento a las inversiones de los EE.UU. en el país.

La reticencia de inversores en aterrizar en la Argentina se nota tanto en las cifras de inversión extranjera directa como en el valor de los activos en la Bolsa y en los datos mismos de la actividad.

Sin embargo, para agencias de los EE.UU. el papel de la administración de Javier Milei en la región es estratégico y sería un punto de apoyo para frenar la influencia de China en la región y asegurarse la provisión de materiales estratégicos, en el que la energía no es el menor.

El peso de la política

El EFF del Fondo Monetario Internacional por u$s 20.000 millones fue un primer indicador en ese sentido, sobre todo el upfront de u$s 12.000 millones que permitió encarar la apertura del cepo cambiario para los inversores minoristas. La mirada hacia otro lado del FMI con los incumplimientos de metas en un año electoral, también.

En la realidad geopolítica de los EE.UU., el alineamiento del gobierno argentino con la estrategia norteamericana y la perspectiva de continuidad del programa libertario están abriendo más puertas en Washington, en agencias de cooperación bilateral y en organismos multilaterales, que billeteras de los fondos de inversión. El dinero profesional tiene su foco puesto en las rémoras del cepo cambiario y las trabas al movimiento del capital.

Mientras tanto, en concreto, el Eximbank de los EE.UU. está evaluando rehabilitar las líneas de financiamiento a empresas norteamericanas proveedoras de proyectos de inversión en la Argentina. La agencia se ocupa de garantizar créditos y financiar a proveedores norteamericanos pero hace años que había sacado del radar -y del apoyo de sus proyectos- a la Argentina.

El Eximbank, una agencia federal de los EE.UU. levantó anclas de la Argentina en 2001 con la crisis de la convertibilidad. Con el gobierno de Mauricio Macri, regresó al país en 2016. Nuevamente cortó lazos con la Argentina con el advenimiento del gobierno de Unión por la Patria.

La energía atómica para abastecer a la industria de la IA es una prioridad de defensa para los EE.UU.
La energía atómica para abastecer a la industria de la IA es una prioridad de defensa para los EE.UU.

De acuerdo con las fuentes, la agenda de la defensa ocupa el centro, con la provisión de energía para el desarrollo de inteligencia artificial (IA) y de metales raros, cuya producción a nivel global está dominada por China.

En el caso de la IA, las monumentales dosis de energía necesarias para abastecer y refrigerar servidores y procesadores hace de ese sector un vector estratégico para los EE.UU. De alguna manera, es el programa que lleva adelante Demian Reidel, Jefe del Consejo de Asesores del Presidente y titular del Consejo Nuclear Argentino, quien se propone darle impulso a la energía atómica para abastecer a la industria de IA en el país.

Al igual que con las tierras raras, en EE.UU. están dispuestos a financiar a proveedores que participen en grandes proyectos de minería y energía en el país.

No solo se trata del Eximbank. También habría interés de la DFC, siglas en inglés de la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional de EE.UU., heredera de la OPIC. También otras agencias multilaterales estarían dispuestas a avalar inversiones como parte de políticas estratégicas, que, dadas las dudas que mantienen aún lejos a los financistas, podrían acercar fondos a la Argentina más rápido que Wall Street.