El poderoso Hugo Moyano está seguro de que la capacidad de movilización que demuestre este miércoles mejorará su protección política. Para el sindicalista, acostumbrado a los códigos tradicionales de la política (para ser precisos, del peronismo), mostrar capacidad para controlar la calle y afectar la vida cotidiana de las personas es un reaseguro frente a cualquier embestida gubernamental.

Es probable que gracias a la participación de varias organizaciones sociales y de intendentes opositores del Gran Buenos Aires, la marcha que todos estos sectores protagonizarán dentro de 48 horas logre un pico evidente de masividad. Será el logro de un aparato de movilización que no necesita herramientas de persuasión sofisticadas.

Los camioneros tienen en claro que se mueven en defensa del particular modus operandi de su jefe, con el que se transformaron en uno de los gremios que más beneficios acumuló en los últimos años. Según un estudio citado por el economista Federico Muñoz, los trabajadores del sector transporte automotor de cargas tenían en 2003 un salario promedio que equivalía a 83% del promedio de los asalariados formales.

En 2010, la proporción saltó a 124%, una situación que no se dio en ningún otro sector de la economía. La razón que permitió esta mejora relativa es que el costo logístico entre 2003 y 2015 trepó 1358%, mientras que la inflación acumulada en ese período (no la del Indec, claro) fue de 864%.

El factor más débil de la marcha de Moyano es su discurso. El resto de los gremios no desconoce los números que Camioneros busca defender. Por eso se fracturó la CGT. Si las críticas son solo políticas, el Gobierno las puede rebatir en el mismo plano. Y tiene a su favor que la nueva economía le está restando peso al poder de coerción de los choferes de Moyano. El efectivo ya no depende de que haya dinero en los cajeros, y la basura puede esperar en los contenedores, por mencionar un par de ejemplos.

Las lecturas de lo que pase el miércoles no serán tan lineales como espera Moyano: el país funcionará igual. Que su poder se desvanezca hoy su peor pesadilla.