

Una verdadera ola violeta. A contramano de lo que se esperaba, el resultado electoral para el gobierno de Javier Milei fue inmejorable.
Arriba de los 40 puntos, ganando la provincia de Buenos Aires (tras perder por 14 en septiembre), hundiendo a los gobernadores y dejándole en claro a Donald Trump que el país le estaba dando una nueva oportunidad. Para mejor, la gran ganadora en la interna del poder fue Karina Milei.
La estrategia electoral dio sus frutos. Quizás por eso fue la primera en hablar. A las 19:13 salió a la vereda del búnker libertario para adelantar que estaban "muy felices". No salió sola. A su izquierda estuvo Martín Menem. De esta manera "Moisés" (así define el presidente a su hermana), dejó en claro que nadie podrá sacarle la centralidad de las decisiones junto a su hermano.
"Nos viene bien para poder generar los consensos necesarios para las reformas". La frase la soltó en un móvil radial el jefe de gabinete Guillermo Francos ya con el resultado puesto. Más allá de los cambios que puedan realizarse de algunos ministros ahora el Gobierno llega al nuevo Congreso con otra foto. "Quiero agradecer al jefe de gabinete", dijo Milei en su discurso. Fue al primer funcionario que saludó. Luego se encargó de mencionar a cada uno para, quizás, confirmarlos en sus cargos.
En el escenario lo escuchaban Santiago Caputo y Karina Milei, enfrentados por el rumbo del gobierno. Cada uno estaba en una punta, como si se tratara de un cuadrilátero. El contundente triunfo a nivel país le dan poder para sentarse con los gobernadores y lograr su aval para reformas en la Cámara de Diputados.
Mientras gana poder en esa negociación, lo pierden los integrantes de Provincias Unidas. ¿Cuántos cambios hará Milei ahora con este triunfo? Si mantiene el esquema de poder igual que hasta ahora la interna no se detendrá. Pero con un partido ganado, es más fácil recalibrar. "Bilardista", dice cada vez que puede.

Más allá de la euforia -lógica- por el triunfo. ¿Cómo queda ese nuevo Congreso? El peronismo tendrá 99 diputados. El Gobierno tendrá 82. Más atrás el PRO con 23 legisladores y luego Encuentro Federal. Eso significa que el Gobierno está obligado a negociar para avanzar con las reformas que propone sobre lo laboral, lo impositivo y lo previsional. El pésimo resultado de los gobernadores abroquelados en Provincias Unidas le dan por un lado una fuerza insospechada hasta hoy.
Por otro lado, que esa tercera vía se achicara así le quitó fuerza a un interlocutor válido. "Queríamos a los gobernadores perdiendo, pero no de esta manera", se sinceró un ministro ante este cronista luego de escuchar a Milei en el escenario. "Provincias hundidas", decían en el búnker libertario. El comentario, con maldad, tiene un argumento. Maximiliano Pullaro salió tercero en Santa Fe. Lo mismo para Ignacio Torres en Chubut. En Córdoba, Juan Schiaretti recibió un palazo.
¿Y que quedó del peronismo? "Cristina tenía razón", lanzó Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes casi disfrutando el magro resultado en provincia de Buenos Aires. La Cámpora se lanzó sin esperar al cierre contra el gobernador Axel Kicillof. Lo concreto es que algunas cosas van emergiendo a la superficie. Y conviven múltiples razones para entender lo sucedido. En primer lugar, el "aparato" se guardó. Un dato: un fiscal sale 90 mil pesos. En La Matanza se necesitan, mínimo, 4 mil fiscales. Son 360 millones de pesos. ¿Quién paga? Los intendentes jugaron su elección importante en septiembre. Es decir, lograron resguardar los Concejos Deliberantes. Esta vez no salieron a movilizar la elección. "Se fueron todos de vacaciones", se lamentaba un funcionario bonaerense.
Desde el kicillofismo creen que ellos ganaron. Septiembre fue un éxito. El Congreso es otro cantar. La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner salió al balcón por unos minutos. "No tienen con quien perder", insistía el sociólogo Pablo Semán. Tenía razón.



