La debilidad del peso es el problema

El contexto financiero global, el escenario de inflación local y la incertidumbre política, han debilitado enormemente la moneda local y eso se traduce en volatilidad del dólar. Las perspectivas de la oferta de dólares para los próximos meses están lejos de ser malas.

La cosecha agrícola que es la principal fuente de divisas de la Argentina viene mejor de lo esperado y el Tesoro ha anunciado que necesita vender unos US$60 millones diarios desde abril hasta fin de año para hacerse de los pesos que necesita para pagar gastos y amortizaciones de la deuda en pesos. Aún asi, ante las perspectivas de una mayor oferta de divisas el mercado parece no contenerse.

La explicación está un poco en los mercados globales y un poco en la propia debilidad de la moneda local.

La falta de resultados en la lucha contra la inflación, la corrida cambiaria del año pasado, la baja de los ingresos y la aceleración de la inflación en los últimos meses, lleva a que la demanda de pesos sea baja y más bien transaccional.

Por ello, si bien el dólar sube en toda América latina, el peso argentino es el que más sufre la devaluación porque en materia monetaria Argentina es el país más débil por su elevada inflación.

Por lo tanto, el dólar tiene que subir más que en otro país para compensar el efecto inflacionario.

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