Inversión y educación adolescente: un final deseado para las pornofinanzas
La autorización de la Comisión Nacional de Valores (CNV) para que los adolescentes puedan invertir en una serie de instrumentos financieros con autorización expresa de sus mayores responsables, despertó por igual entusiasmo en gran parte del sistema financiero y dudas en muchos otros sectores, en general alejado del mundo formalizado de las finanzas.
Es comprensible: la medida se conoció en paralelo al brote de ludopatía que viene corroyendo a centenares de familias, dejando chicos "insolventes", atrapados en redes de fraudes, en cadenas de falsas lealtades o imposibilitados de gestionar situaciones a las que ingresaron como una transgresión. También coincidió con un nuevo "esquema Ponzi" de escala, enclavado en la localidad de San Pedro.
La visita a Milei de Jordan Belfort, el verdadero Lobo de Wall Street, no contribuye a mitigar el paradigma de las finanzas como timba descontrolada.
En la Argentina, a nivel masivo, la inversión financiera por momentos fue vista como una "timba". Una parte del público se vinculó con el mercado, en forma minoritaria pero estridente, en modo perverso. La difusión de modelos "exitosos" pero ilegales terminó por vestir con pátina de gesta triunfante a delincuentes que violaron reglas del mercado. No ayudan visitas al presidente Javier Milei como la de Jordan Belfort, el verdadero "Lobo de Wall Street", quien pasó por la cárcel por estafas, lavado de dinero y manipular el mercado, como reflejó la película de Leonardo Di Caprio.
Una legión de jóvenes vienen aprendiendo rápido, pero por canales informales a operar en el mercado. Absorben tanto bondades como vicios del mercado. Si el sistema financiero y educativo no se ocupan, sí hay un riesgo. Como el de las generaciones en contextos sociales retrógrados que aprendieron cómo es el sexo consumiendo pornografía: un mundo de fantasía sin basamento en la realidad, con ilusiones irreales.
El futuro llegó hace rato
Salvando el paralelismo, ahora, educación mediante, tal vez tengan chances de evitar la dicotomía única de dólares o ladrillos para proteger sus patrimonios.
Una encuesta de Zuban Córdoba de julio pasado preguntó a su base muestral qué haría con $ 100 millones en un contexto de incertidumbre.
El 26,7%, la mayoría, marcó que invertiría en ladrillos, seguidos por 22,1% en dólares.
Sólo el 11% eligió acciones en la Bolsa. El 10% lo pondría en un comercio.
Entre los de 30 y 60 años, el 30% o más prefería la solidez de los ladrillos. Entre los más jóvenes, de 16 a 30 años, apenas 14,8% elije un inmueble.
Los dólares son, en promedio, la primera opción para el 25% de la franja de 31 y 60 años. Pero entre los de 16 a 30 años, solo elije verde el 13,7%.
Apenas el 6,5% de mayores de 30 años se animan a la Bolsa, pero la proporción crece a casi 25% ¡entre los de 16 a 30 años!.
Esa misma franja, 10% confiaría sus ahorros a criptos, pero solo 2% entre los que tienen 45 a 60 años se le anima. Entre los de 30 y 45, ninguno.
Para que la pornografía financiera no sea su modelo de gestión de los patrimonios y sus ahorros. Como la que mueve al juego. La que lleva a creer en los esquemas Ponzi como salvación.
Finalmente, en la opción "emprendedora", la que tiene que ver con la construcción económica, y acaso dar una alternativa de empleo, los más jóvenes de la encuesta, 16% eligió ese destino, contra un promedio de 8% entre los mayores.
Se ve entonces que el futuro llegó hace rato: hay una responsabilidad del mundo adulto con la formación de los más chicos.
Para que la pornografía financiera no sea su modelo de gestión de los patrimonios y sus ahorros. Como la que mueve al juego. La que lleva a creer en los esquemas Ponzi como salvación.
Sergio Perotti
Excelente nota, para compartir en los cursos de educación financiera. Cortita y al pie. Felicitaciones al autor!!!
Fernando Loisso
Que nota basura. Comparar la ludopatia con poder operar en la Bolsa, es no entender que son los mercados o confundir mas a la sociedad. Ud, no merece escribir en un medio.