Intercambio de información financiera con EE.UU. en la era Trump: ¿mejor o peor?
Quienes crean que el socialismo destruye todo lo que toca, casi con seguridad tienen sobradas razones para lanzar esa afirmación. En efecto, quedó demostrado que los gobiernos "socialistas" de la primera potencia económica y militar del mundo, han sido indulgentes en el tratamiento de la confidencialidad de datos e información privada de ciudadanos e inversores, y la firma de los tan discutidos "Tratados FATCA" por parte de los gobiernos Demócratas -a pesar de todas las advertencias de los especialistas, ha sido la muestra más palmaria de ello.
Para los lectores que deseen profundizar este concepto, los invitamos a repasar nuestros artículos previos titulados "Intercambio de Información Financiera con EE.UU - Una Ilusión Óptica", "Intercambio de Información Financiera con EE.UU - El Problema detrás del Problema", "Intercambio de Información Financiera con EE.UU - El Fisco argentino ¿de Victimario a posible Víctima?" e "Intercambio de Información Financiera con EE.UU - La Hora de la Verdad".
El triunfo de Donald Trump implica un cambio radical en cuestiones internas, tales como inmigración, política de género, aborto, seguridad social e impuestos. En tanto, en materia de política exterior, casi nadie duda que el enemigo comercial será China (aguardaremos expectantes ver hasta donde tensa la cuerda con los aranceles), que la OTAN no sería su paradigna de seguridad, y que la Unión Europea -en términos estrictamente comerciales- no goza de su simpatía.
Es decir, si estos parámetros se cumplen, el flamante presidente de los Estados Unidos hará lo que cualquiera con su visión del mundo haría:
- fuerte reducción de impuestos y gasto público (al menos el interno); recordemos que una de sus grandes preocupaciones radica en que el próximo año expiran los beneficios fiscales otorgados durante su presidencia anterior y es vital para la estrategia de Trump que los mismos se mantengan vigentes;
- seducción a multinacionales para retomar la mano de obra local, y
- cierre de "fronteras legales"; es decir, protección a ultranza de la información privada de inversores extranjeros en tanto se adapten al formato legal y fiscal de su país. Y en este sentido, los Tratados FATCA podrían convertirse en meros papeles decorativos para aquellos inversores que cuenten con estructuras de planificación (legal y fiscal) "sólidas".
Muy por el contrario, como ya hemos comentado y advertido en sendas conferencias y artículos periodísticos, existen inversores con importantes fallas de diseño en sus estrategias de planificación sucesoria y fiscal, y es oportuno insistir en este aspecto: Trump y su política de incentivo a las inversiones extranjeras no arraglarán tales deficiencias.
Al igual que sucede en Argentina con el presidente Javier Milei, el nuevo líder del gigante del norte pondrá su foco solamente en aspectos macro. Todos los aspectos micro seguirán siendo responsabilidad de cada persona.
Están avisados.
Compartí tus comentarios