Inflación de abril: un dato con dos caras

La inflación de abril resultó elevada según todos los estándares. Según la medición que hacemos en OJF, la inflación mensual fue 7,3%, la más alta observada desde abril de 2002, cuando superó el 10%. Sin embargo, esta cifra negativa, encierra también un dato positivo que es la reducción de la inflación subyacente o la inflación núcleo.

Esta medición de la inflación u otras similares suelen ser usadas por los bancos centrales como un indicador de la tendencia que muestran los precios. En abril, la inflación subyacente fue del 1%, muy por debajo de los que se venía observando en los últimos meses y es un primer indicio de la desaceleración de los precios.
Pero, ¿qué es la inflación subyacente?

La inflación subyacente es una medida que el viejo INDEC publicó por primera vez en noviembre de 2004, con el horrible nombre de IPC Resto. La idea básica era crear un indicador similar el CPI core (IPC núcleo, en español) de Estados Unidos u otros indicadores similares que existen en Europa. El objetivo de este índice es estimar la inflación sacándole los componentes más volátiles, que generalmente son aquellos bienes que tienen fuerte estacionalidad o aquellos servicios que están regulados. Entre diciembre y marzo, la inflación subyacente promedio mensual fue de 3,8%, por lo tanto, la caída a 1% en abril resulta un muy buen dato, especialmente para la política monetaria.

Los banqueros centrales tienen cierta predilección por esta medición porque se lo ve como un mejor indicador de la tendencia de los precios. Dado que la política monetaria tiene rezagos y, por lo tanto, hay un tiempo de varios meses entre que el Banco Central ejecuta una decisión y, ésta impacta en la economía, resulta muy importante para la autoridad monetaria identificar las tendencias cuanto antes. Por ello las inflaciones subyacentes o núcleo son muy mencionadas por los bancos centrales en sus comunicados, sobre expectativas inflacionarias.

Sin embargo, este indicador no es tan útil para seguir el impacto de los precios sobre el nivel de vida. Porque, claramente, la electricidad, el gas, las verduras, las frutas y otros productos regulados y estacionales son muy importantes en la canasta de consumo.

Por ello, es necesario entender que el dato de inflación de abril, revela dos cosas distintas y opuestas dependiendo de qué se quiera ver. Por un lado, la inflación total, fue elevada debido al aumento de las tarifas, lo cual tiene un impacto no sólo para el consumidor, sino también para todos aquellos sectores que venden bienes de consumo o proveen servicios al consumidor, sobre todo en GBA. Este proceso seguramente reconfigurará a mediano plazo la canasta de los consumidores, que estarán mucho más exigentes a la hora de aceptar aumentos de precios.

Pero también desde el punto de vista monetario, la baja de la inflación subyacente es un fuerte primer indicio de desaceleración en los precios. De hecho, es el dato más bajo observado desde mayo del 2013. Para mayo esperamos una inflación más baja. En GBA el aumento del subte, de los combustibles y cierto arrastre estadístico en materia de colectivos, pondrían un piso a la inflación cercano de entre 0,8% y 1%. Aun así, esperamos que cierre en el orden del 3% mensual.

Una cifra así, confirmaría una desaceleración de la inflación subyacente y daría espacio para una reducción mayor de las tasas de interés.

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