¿Funciona el Teorema de Baglini cuando sobran reclamos y hay pocos recursos?

Hay una pregunta que flota en el ambiente financiero y empresario, después de que la semana pasada asomara una leve tranquilidad cambiaria y desacelerara la salida de depósitos. En ese ambiente se percibe que la tregua es frágil y puede volverse inestable, sobre todo porque hay dudas de que el Gobierno pueda sortear todos los compromisos de deuda que tiene asumidos hasta fin de año, y los que se pueden agregar como forma de contener una crisis social.

Los analistas consideran que el precio de los activos soberanos tiene incorporado no solo el reperfilamiento lanzado por el Gobierno, sino también la incertidumbre de que la situación fiscal argentina sea cada vez más débil, en vista de que Mauricio Macri sigue analizando medidas que contribuyan a paliar los efectos de la devaluación. A los $ 80.000 millones que resignará el Tesoro para engrosar un poco el ingreso de los asalariados, se le sumará un bono que podría tener un nuevo impacto fiscal, si finalmente se incluye de alguna manera a los jubilados o si se acepta que sea a cuenta de pago de impuestos o de contribuciones a la seguridad social.

La pregunta es si en este contexto delicado, los sectores políticos que se sienten representados por Alberto Fernández y Cristina Kirchner tirarán un poco más del hilo o ayudarán a contener parte de los reclamos. "¿Está funcionando el teorema de Baglini o no?", era la duda que tenía un economista escuchado en bancos o empresas. Hoy el candidato presidencial del Frente de Todos dará un gesto positivo, al reunirse en Tucumán con los directivos de la UIA, la CGT y un grupo relevante de gobernadores del noroeste. En lo que el propio albertismo considera un ensayo de un eventual pacto social, Fernández tendrá la oportunidad de hablar de consensos para aquietar las aguas. No vendría mal que su mensaje incluya a algunos núcleos más agresivos en sus reclamos, como Barrios de Pie y el CTEP. Los primeros anunciaron que volverán a acampar en la Avenida 9 de Julio, frente al Ministerio de Desarrollo Social, pero esta vez por 48 horas. Los segundos irrumpieron en varios shoppings, para protestar por la aprobación de la Ley de Emergencia Alimentaria. El objetivo es que la acción confluya sobre el Congreso, que el jueves tiene previsto hacer una sesión especial sobre este tema. El consenso político sobre la necesidad de dar una respuesta a este tema incluye a referentes del oficialismo, como los legisladores de la Coalición Cívica.

El Ejecutivo definirá hoy que postura llevará sobre este debate, pero sin dejar de mirar a los gobernadores, con quienes busca compartir el costo de esta iniciativa. La escasez de recursos hoy es tan crítica como el humor social.

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