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Entre las disposiciones más relevantes se encuentra la creación del Sistema de Finanzas Abiertas, regulado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA). Esta iniciativa permite que las personas autoricen, de forma segura y controlada, el acceso a su información financiera por parte de entidades autorizadas del ecosistema.
Este cambio normativo no es menor: se trata de una transformación profunda en cómo los datos financieros se gestionan, se comparten y se utilizan. Lejos de ser una cuestión meramente técnica, las finanzas abiertas ofrecen una oportunidad concreta para resolver dos desafíos estructurales del sistema financiero local: mejorar la atención al cliente y prevenir los fraudes, contribuyendo además a fortalecer la salud financiera de las personas y la inclusión.


Personalización con impacto tangible
Hoy, cuando una persona quiere solicitar un crédito, contratar un seguro o invertir, suele enfrentar trámites repetitivos, largos tiempos de espera y decisiones que muchas veces no se basan en su perfil real. Esto ocurre porque las entidades operan con información fragmentada, incompleta o desactualizada.
Con la implementación del sistema de finanzas abiertas, se habilita un ecosistema en el cual los usuarios pueden permitir el acceso a su historial de ingresos, pagos, deudas y otros datos relevantes. Esta trazabilidad permite ofrecer productos personalizados, respuestas más ágiles y una experiencia de usuario centrada en sus necesidades reales. Ya no será necesario explicar una y otra vez el mismo recorrido financiero, porque estará disponible -de forma segura- en un entorno regulado y compartido.
Este cambio reduce la fricción en la relación entre las personas y las instituciones, optimiza procesos internos y mejora la calidad del servicio financiero ofrecido. También simplifica la experiencia de quien está dando sus primeros pasos en la vida financiera, lo cual tiene un efecto directo sobre su salud financiera a largo plazo.

Un sistema más seguro y menos vulnerable
Además de optimizar la atención, el nuevo esquema aporta una solución concreta a uno de los problemas que más crecen: el fraude financiero. La dispersión de datos y la falta de coordinación entre entidades generan puntos ciegos que los estafadores aprovechan para suplantar identidades, crear cuentas falsas o solicitar préstamos en nombre de otros.
Con un sistema de finanzas abiertas, cada operación queda respaldada por una identidad financiera consolidada y verificable. La interoperabilidad entre instituciones permite detectar irregularidades de manera anticipada, establecer alertas tempranas y reducir los fraudes que afectan tanto a usuarios como a las propias entidades.
La posibilidad de rastrear el origen y la coherencia de la información financiera fortalece la confianza del sistema y mejora los mecanismos de control. Esto impacta directamente en la sensación de seguridad de los usuarios, que es también un componente fundamental de la salud financiera.

Condiciones clave para que funcione
Para que el Sistema de Finanzas Abiertas cumpla con su potencial transformador, es necesario avanzar en tres direcciones fundamentales:
- Consentimiento informado y cultura digital: las personas deben comprender claramente qué datos comparten, con quién y con qué propósito. La transparencia y la educación financiera serán factores centrales para construir confianza.
- Interoperabilidad técnica y seguridad de la información: las APIs que permiten el intercambio de datos deben cumplir estándares elevados de calidad, trazabilidad y protección de la privacidad. Sin seguridad, no hay inclusión posible.
- Gobernanza y regulación eficaz: el rol del BCRA como articulador del sistema será clave para establecer reglas claras, garantizar igualdad de condiciones y fomentar la colaboración entre bancos, fintechs y otros actores del ecosistema.
Educar para transformar
El acceso a datos no garantiza, por sí solo, un uso inteligente del dinero. Para que las finanzas abiertas se traduzcan en mejores decisiones económicas, es imprescindible educar financieramente a los usuarios. Enseñar cómo leer, interpretar y usar la propia información económica no solo mejora la experiencia: simplifica el aprendizaje financiero, empodera a las personas y les permite tomar decisiones más saludables y sostenibles.
El Decreto 353/2025 abre la puerta a una nueva etapa del sistema financiero argentino. Las finanzas abiertas permiten construir una relación más fluida, segura y justa entre las personas y las instituciones. Mejorar la atención al cliente, prevenir los fraudes y promover la salud financiera son objetivos complementarios que pueden alcanzarse con una estrategia centrada en el usuario y basada en el conocimiento. ´
Esa es la verdadera transformación que hoy puede comenzar a tomar forma.



