Es total la desorientación política del Círculo Rojo con Macri y con Cristina

La desorientación política en el Circulo Rojo de la Argentina es hoy total y absoluta. El cierre de listas para las elecciones de octubre, la reaparición de Cristina con chances, y los efectos económicos que pueden sobrevenir con el resultado de las urnas ocupa en estas horas la mayor parte de las conversaciones y análisis entre los hombres de negocios. Gran momento para periodistas, analistas y gurúes políticos de todas las clases, a quienes la gente que toma decisiones acude con desesperación. Las preguntas y temores se repiten en todos lados: ¿Puede ganar Cristina? ¿Cómo hará Macri para gobernar y mejorar la economía si el oficialismo no gana bien en octubre y la oposición se le radicaliza? ¿Hay que seguir en pesos con las Lebac y los plazo fijos, o hay que comenzar a comprar dólares?

Los mejores analistas políticos que quien escribe esta columna conoce afirman que hoy, el que diga que sabe lo que va a ocurrir, definitivamente miente. El debate y la incertidumbre también alcanza a los expertos. El único alivio es que finalmente no falta tanto para saberlo. Se votan las PASO el 14 de agosto, que como son una encuesta obligatoria, van a permitir conocer de verdad cómo está el padrón electoral. Si todo es un desastre como dice la oposición y buena parte de los medios audiovisuales, o si la gente tiene esperanza y seguirá votando por el Gobierno y supuestamente contra el pasado, rechazando el populismo y el estatismo de Cristina y su sector político cada vez más extremo.

Las teorías sobre la mesa son en algunos casos conocidas. Si la gente vota como en la primera vuelta del 2015, el Gobierno estaría segundo en Buenos Aires con Cristina ganando. Hace dos años había sido Scioli 37%, Macri 34% y Massa 22%. En el oficialismo suponen que el desprestigio de Cristina ante los escándalos de corrupción puede restarle voluntades, aunque esa agenda de la corrupción debería contrastarse con la penuria económica en los sectores de la clase media baja y baja del conurbano, la mayoría del padrón electoral donde Cristina puede hacerse fuerte.

También es cierto que la oposición a Macri en Buenos Aires, el distrito más difícil supuestamente por el conurbano, llega muy dividida. Pero también hay quienes opinan, Rosendo Fraga, que en verdad el anticristinismo es el que llega dividido en una elección parlamentaria, sin segunda vuelta, donde el que saca más votos gana. Y casi todos le asignan a Cristina un piso de 30 puntos. Incluso el principal encuestador de Macri, Durán Barba, quien tal vez exagera su optimismo electoral con Cristina para meter miedo en la clase media, y evitar que los fastidiados con Macri opten por Massa.

El ex intendente de Tigre sigue siendo hoy la obsesión de Macri, dado que el Presidente entiende que allí puede perder los votos que necesita para imponerse a su antecesora. Massa busca ese electorado desencantado del Gobierno y se presenta como la opción para castigar a Macri sin traerla de vuelta a Cristina. Massa y Stolbitzer se presentan como la oposición que garantiza la gobernabilidad y le asegura a Macri terminar el mandato. Buscan colocar a Cristina como la jefa del proyecto Helicóptero, un final de caos para la administración Macri que espanta a la mayoría del electorado.

Mientras se esperan los resultados electorales, en las empresas ruegan que la mayoría de los votantes comprenda que las penurias económicas de hoy corresponden sobre todo a las malas políticas ultra estatistas del final de la era Kirchner, el cepo cambiario y los controles de precios y mercados, que ahora Cristina viene a reivindicar. A la espera del comicio, también se habla de negocios, de la performance de los funcionarios, de celos y acusaciones cruzadas de traición entre los que siguen en las empresas y los funcionarios que del sector privado han pasado al Estado y se fanatizan contra sus ex colegas cuando la mejoría económica tarda en llegar.

Después del abuso de poder en el que incurrió el ministro Aranguren contra la petrolera PAE a la que le aplicó una insólita multa de u$s 20 millones que difícilmente se pueda sostener en sede administrativa y judicial, en otra área del Gobierno trascendió que se está amenazando con la intervención a una importantísima y emblemática empresa privada muy apreciada por sus clientes, a la que se le exige un pago multimillonario y abusivo, por una supuesta deuda que todavía no se sabe judicialmente si corresponde reclamar. Trascendió, para sumar alarma entre los empresarios, que llegaron encuestas a la jefatura de Gabinete en la que se revela el apoyo de la gente a la aplicación de multas a los supermercados. Notable, curiosa y sorpresiva pasión por las multas a los privados en la administración Macri, cuando se suponía que se trataba de seducir a los inversores.

Claro que no todas son espinas. En el mundo económico hay acuerdo en que el área de transporte que dirige el ministro Guillermo Dietrich, es de lo que mejor funciona en el gabinete de Mauricio Macri. Sobre todo las obras viales. También el sector aero comercial, donde algo se reducen los subsidios para Aerolíneas Argentinas, se intenta abrir un poco el mercado, y no se persigue a los competidores privados. Están enojadas en cambio y con razón las empresas de micros de larga distancia, que son las únicas a las que se les quitaron los subsidios en el mundo del transporte. Explican que van a la quiebra contra la competencia de los vuelos promocionados, más el perjuicio por los costos laborales no salariales que tienen que asumir, donde la mitad del precio de un pasaje se lo lleva el sindicato y el Estado con los impuestos.

Todos destacan, sin embargo, el extraordinario trabajo que está realizando Javier Iguacel en Vialidad Nacional. Una verdadera revolución, con transparencia y total y apertura en las licitaciones, record de consumo de asfalto en las rutas y cumplimiento de los plazos programados. Muy distinto al caos y desidia que sigue vigente en la gestión de las principales direcciones de validad provincial en la pampa húmeda, entidades donde por años ha regido el clientelismo político, corrupción y exceso de empleo público, con total abandono en el cuidado de los caminos rurales. Tanto que los productores en Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y otras provincias productoras, han tenido que armar consorcios privados, donde los privados terminan alquilando las maquinas de vialidad provincial para realizar los trabajos que el Estado abandona.

Iguacel, como otros 500 altos funcionarios que llegaron con Macri al Estado desde el sector privado, proviene de un Head Hunting llamado G25, que junto a la Fundación Pensar que dirigía el actual ministro Francisco Cabrera, resultaron los verdaderos responsables de la llamada ceo-cracia que gobierna. Cuentan que el G25 nació hacia 2014, cuando Mauricio Macri le encargó a Esteban Bullrich que convocara a 1500 personas del sector privado dispuestas a llegar al Gobierno en mandos altos y medios, que se destacaran por su eficiencia y por respetar valores éticos y republicanos. La red aún existe y se suman cada vez más interesados, no solo en Argentina. Hay G25 en Londres, Paris y Nueva York. Argentinos en el exterior que se movilizan en cada viaje del presidente, organizan agenda privada con inversores y demás tareas de apoyo para los funcionarios o empresarios que viajan a las principales capitales mundiales.

Pasan las semanas y no se disipa la polémica por la decisión del Gobierno de colocar un bono a 100 años para financiarse más cómodo. Ahora las observaciones críticas no llegan solamente de la dirigencia política opositora, todos repitiendo la antigüedad del relato ideologizado en contra de la deuda externa. También se suman, con otros argumentos, los hombres del mercado, en particular los que no participaron de la colocación primaria. Apuntan a que salió un poco cara la operación para la Argentina, ya que el papel se colocó a u$s 90 de paridad y a las 72 horas ya cotizaba a 93.

Desde el ministerio de Finanzas llegan respuestas para todos. Al sector político que cuestiona, sobre todo al kirchnerismo, el propio ministro les recordó estos días que durante la era Kirchner se colocaban bonos en forma bastante fraudulenta a Venezuela a 10 años y no a 100, y a una tasa de 15%, el doble de la del bono perpetuo. Y para los operadores heridos que no participaron de la colocación primaria se aclaró desde el Gobierno que la diferencia entre el precio de colocación y el valor de cotización inicial en los mercados corresponde al New Issue Premium, un reconocimiento habitual que se realiza en una emisión nueva a los que corren el riesgo de organizarla. "Lo que más le calienta al Toto es que le digan que el bono estuvo mal priceado. Ahí le tocan el honor. Es a lo que se dedicó toda su vida", comentaba un ex colega del ministro de Finanzas, muy contrariado estos días por ser blanco en la campaña electoral

Mirando el pasado reciente, la verdad es que el bono argentino a 100 años se valuó incluso mejor que el de México, al punto que el título azteca de 100 años se colocó con una sobre tasa de 100 puntos básicos sobre el valor del bono de 30 años, mientras que en el caso argentino esa sobretasa fue de 75. Como se ha venido repitiendo con la gestión económica en general desde la llegada de Mauricio Macri a Casa Rosada, la evaluación de la gestión económica en el exterior resulta mucho más alta que en el país. Nadie es profeta en su tierra, tampoco entre los hombres de mercado.

También hay novedades en el mundo de la alimentación y bebidas. Si bien el cierre de la planta de Pepsico en Vi cente López correspondía a la producción de snacks, ya había existido un antecedente para la compañía, con el cierre de la embotelladora de Pepsi en Neuquén. Malestar en el Gobierno con la decisión en plena campaña electoral y bocado de Cardenal para la oposición. Poco se comenta respecto de la grosera presión impositiva contra los consumidores de bebidas sin alcohol, una de las variables que más está afectado al mercado, que recién en mayo anotó la primera suba de volumen en meses: Apenas 1% de aumento en las ventas contra 2016, un año en que se habían derrumbado más de 10% .

El verdadero problema es que la mitad del precio de una lata o una botella de gaseosa corresponde a impuestos. Igual o peor que con las naftas. Con el agravante de que en el mercado de bebidas, como en tantos rubros de la Argentina, existen múltiples casos tipo La Salada, donde gracias a la protección política y a la grosería impositiva vigente, se permite el desarrollo exitoso y súper rentable de marcas y productos truchos o semi truchos, que se venden sin pagar todos los impuestos y obligaciones laborales vigentes, y así compiten a precios imbatibles con los que ofrecen las empresas y las marcas regulares.

 

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