El territorio inexplorado de las tasas bajas: los riesgos de la política de la Fed

La deuda soberana global alcanzó un récord. La valuación de los activos financieros tuvo una suba sin precedentes y las familias estadounidenses ya tienen más acciones y otras inversiones similares que en las burbujas subprime y  puntocom.

Desde noviembre del 2008 la tasa de interés del mayor Banco central del mundo, la Reserva Federal de EE.UU., está por debajo del 1%. Hace tanto tiempo, que nos acostumbramos a pensar que es normal. Pero no lo es. En el pasado solo en un par de oportunidades se dieron estas tasas y por un período de sólo algunos meses: en la post guerra, durante la guerra de Corea y la de Vietnam. Lo cierto es que rendimientos tan bajos, por un tiempo tan largo, son territorio inexplorado. Si bien las tasas bajas han permitido evitar una depresión económica tras la crisis subprime, también ha permitido que creciera el endeudamiento de los países y la valuación de los activos financieros a niveles nunca visto. Todo ello hace pensar que la suba de tasas que viene haciendo la FED seguirá siendo muy lenta y deberá hacerse con mucho cuidado.

En una crisis como la subprime, las bajas tasas de interés estimulan el crédito en un ambiente en el que los préstamos tienden a contraerse por la suba de la incobrabilidad. Sin embargo, al mantener la tasa de interés tan baja, con políticas fiscales expansivas los Estados comenzaron a tomar mucha deuda muy barata. Así es como la deuda pública de los países desarrollados ha subido notoriamente. En el 2001, la deuda promedio de las principales economías del mundo era de casi 60% del PIB y llegó casi un 95% en el 2016.

Es cierto que en los últimos años los países desarrollados estuvieron realizando un ajuste fiscal para reducir la velocidad a la que crece la deuda, pero en su lugar, aparecieron los países emergentes como tomadores de deuda. Desde el 2012 las economías en desarrollo comenzaron a mostrar mayores déficits fiscales. De hecho en el 2012 el déficit fiscal promedio de los países emergentes era del 1% del PIB, en 2016 llegó al 4%, todo financiado con deuda.

Evolución de la Deuda Pública como porcentaje del PBI

Ese no es el único peligro. Las bajas tasas tienden a generar burbujas financieras. Esto se debe a que en estas condiciones resulta muy rentable tomar deuda y comprar activos de riesgo que en general rinden más. Cuando la tasa es muy baja, hay más activos que cumplen esa condición. Ello estimula las compras “apalancadas de activos, lo que lleva a un aumento de los precios de las acciones y de cualquier otro activo financiero. 

Activos financieros de los hogares en relación al PBI (EE.UU)

El proceso de tener tasas tan bajas por tanto tiempo ha hecho que el valor total de los activos financieros en manos de las familias ha llegado a 4 veces el PIB, muy por encima de las 3,6 veces alcanzado en las dos burbujas anteriores: la punto-com y la subprime. O sea, hoy las acciones y otros activos financieros valen más de lo que costaban cuando estallaron las últimas burbujas financieras, con un crecimiento económico mucho menor. Por otra parte, el valor de los títulos de deuda privada en circulación a nivel mundial también es récord y llega al 29% del PIB mundial, muy por encima del rango histórico de 15%-20% que se observó hasta el 2008.

Sin duda, las bajísimas tasas de interés sostenidas por un período prolongado han llevado a una fuerte expansión del endeudamiento de los Estados a nivel mundial, un crecimiento de os déficits fiscales en las economías emergentes y una expansión de la valuación de los activos financieros sin precedentes. En estos momentos, la Reserva Federal ha comenzado nuevamente un proceso de suba de tasas de interés, que en estas condiciones puede provocar dificultades financieras. Debido a este riesgo es que esperamos que el alza sea lenta y gradual. Igualmente, ello no garantiza que entidades o estados puedan sufrir ante este proceso que se ha iniciado el año pasado.

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