El sector de eterno potencial, con desafíos urgentes
- Un escenario complejo: el impacto del valor elevado de la moneda
- La paradoja del riesgo país y la inversión extranjera
- La desregulación estatal que sigue siendo una promesa
- Infraestructura y conectividad: el gran ausente
- Propuestas para el futuro
- Conclusión: un sector con un eterno potencial, pero con desafíos urgentes
El turismo argentino, reconocido mundialmente por su riqueza natural, cultural y paisajística, ha sido un imán para viajeros internacionales, destacándose como uno de los principales destinos en Sudamérica. Sin embargo, 2025 marca un período bisagra y de grandes desafíos para esta industria que enfrenta un entorno económico y político redefinido por las políticas del gobierno de Javier Milei.
Un escenario complejo: el impacto del valor elevado de la moneda
A pesar de los cambios estructurales evidentes y necesarios de este gobierno, el turismo argentino se encuentra hoy en un escenario adverso. Uno de los principales problemas radica en el alto valor de la moneda local, que ha encarecido significativamente los precios para turistas nacionales y extranjeros.
Destinos icónicos como Villa La Angostura, El Calafate o Iguazú, que solían atraer visitantes europeos, estadounidenses y de países limítrofes, ahora enfrentan una fuerte disminución en el flujo de turistas extranjeros, quienes optan por otros destinos en la región, como Brasil, Chile y Perú no solo por lo tangible, lo económico; sino también por el valor agregado percibido de destinos que invierten muchísimo desde lo comercial en comparación a nuestro país donde la inversión estatal es casi nula.
La paradoja del riesgo país y la inversión extranjera
Según un reciente análisis del Financial Times, el riesgo país de Argentina ha disminuido drásticamente, alcanzando niveles mínimos desde 2018. Este logro refleja una mayor confianza de los mercados internacionales en la economía argentina, gracias a la política económica ortodoxa del presidente Milei.
Sin embargo, mientras que esta estabilidad puede atraer inversiones extranjeras en sectores clave como la infraestructura turística, la apreciación de la moneda local ha generado un efecto adverso: Argentina se ha vuelto menos competitiva como destino turístico internacional. Este dilema pone en evidencia la necesidad de un enfoque más equilibrado que no comprometa la capacidad del país para seguir siendo un destino accesible y atractivo.
La desregulación estatal que sigue siendo una promesa
Por otro lado, uno de los ejes centrales del discurso del Presidente Milei -la desregulación estatal- aún no se ha traducido en medidas efectivas hacia el turismo. Normas obsoletas, procesos administrativos engorrosos, instituciones que no tienen ninguna intención en aggiornarse al siglo XXI y la falta de incentivos para las inversiones locales e internacionales siguen asfixiando al sector.
Empresas turísticas, hoteles y operadores de experiencias en todo el país enfrentan no solo las dificultades de un mercado reducido, sino también las trabas burocráticas que obstaculizan su crecimiento.
Infraestructura y conectividad: el gran ausente
A esto se suma la falta de inversión en infraestructura turística básica. La conectividad aérea sigue siendo insuficiente, con vuelos limitados y precios prohibitivos inclusive para los extranjeros, mientras que el estado de las rutas nacionales y provinciales deja mucho que desear. Esta situación no solo afecta la experiencia del visitante, sino que también incrementa los costos operativos de las empresas turísticas.
El desafío de los destinos premium
Desde mi posición he podido observar de cerca estas tensiones y también la falta de aceptación de que, mientras nuestros destinos mantienen su atractivo por su belleza natural, su oferta de lujo y buenos estándares de servicio, no somos únicos en el mundo.
Al mismo tiempo las dificultades económicas han impactado tanto en la cantidad como en la calidad del turismo recibido. El desafío de sostener estándares internacionales con recursos limitados es cada vez más evidente.
Propuestas para el futuro
El turismo en Argentina necesita un replanteo estratégico que contemple tanto la realidad económica como las oportunidades del sector. Esto incluye:
Estabilizar el valor de la moneda para recuperar competitividad internacional.
Implementar una desregulación real que elimine barreras burocráticas y fomente la inversión.
Apostar por inversión privada para mejorar la infraestructura y que esta permita una experiencia de calidad para los turistas.
Coordinar políticas entre el sector público para desarrollar una visión integral del turismo.
Conclusión: un sector con un eterno potencial, pero con desafíos urgentes
La frase eterna: "El turismo argentino tiene un potencial inmenso" debe terminarse.
Si bien las circunstancias actuales no permiten explotar la industria al máximo, entiendo que el camino planteado por el Presidente Milei es el correcto. El 2025 debe ser el año en que el sector encuentre soluciones sostenibles, combinando estabilidad económica, incentivos al desarrollo y políticas estatales coherentes y a largo plazo con esta misma desregulación que se plantea en otros sectores del gobierno.
Solo así podremos garantizar que distintos destinos icónicos de nuestra geografía sigan brillando en el escenario internacional.