

Argentina es percibido como el país de mayor polarización en el mundo, según el Edelman Trust Barometer 2023 - el estudio anual que mide la confianza en distintas instituciones como ONGs, las empresa, los medios y los gobiernos.
En un contexto como este, las voces de los lideres sociales pierden credibilidad e influencia, la polarización causa desconfianza y el tejido social se debilita. Sin embargo, vemos que existen oportunidades para cambiar este escenario: en este contexto se destaca el rol de las ONGs y las empresas como las instituciones en las que los argentinos tienen más confianza.
Un dato muy curioso del estudio es que la polarización se ha vuelto un común denominador en muchos países, no solo en América Latina. Estados Unidos, España, Sudáfrica, Suecia, Japón, y la lista continúa. Cuando preguntamos a las personas "¿qué tan dividido crees que está tu país en temas sociales?", la mayoría respondió que está muy dividido y que el tejido social se vuelve cada vez más débil. El barómetro examina cuatro factores que contribuyen a explicar el fenómeno de la desconfianza: preocupaciones económicas, desequilibrio institucional, polarización y la lucha por la verdad.

En un contexto tan complejo, ¿en qué confían los argentinos? El estudio revela que el 73% de los argentinos encuentra en su empleador los más altos niveles de confianza, por encima de las ONGs, los medios y el gobierno. Teniendo esto en cuenta, las empresas se encuentran en un lugar de gran oportunidad para tomar acción y contribuir en la reconstrucción de la confianza, trabajando de manera colaborativa con los gobiernos, ONGs y todo el ecosistema.
Pero... ¿qué se espera específicamente de las empresas? Principalmente, que actúen a favor del bienestar social y que tomemos posturas sobre los desafíos que enfrentan las personas en sus vidas diarias, como el acceso a la salud, el cambio climático y la desigualdad económica. En momentos como estos, en donde prima la vulnerabilidad, pronunciarse ya no es suficiente. Las empresas deben convertir sus propósitos en acción y convertirse en verdaderos agentes de cambio.
Otro punto del estudio pone especial atención en el rol de los CEOs. Siendo líderes con poder de decisión e influencia, juegan un papel fundamental en el fortalecimiento del tejido social. En Argentina, se espera que quienes lideran tomen posturas sobre el trato a los equipos de trabajo, la discriminación laboral y las brechas económicas.
El estudio revela que el 73% de los argentinos encuentra en su empleador los más altos niveles de confianza, por encima de las ONGs, los medios y el gobierno.
Y en este desafío, la colaboración surge como único camino: el estudio revela que empresas y gobiernos tienen cinco veces más posibilidades de ser exitosas cuando trabajan de manera conjunta. Desde los diferentes sectores e industrias se debe accionar con una mentalidad que busque reducir las brechas que hoy nos separan y generar un impacto positivo.
Hoy trabajar por la confianza no es solo una declaración: es el único camino para conectarse con las audiencias. Los consumidores exigen que las marcas alcen la voz y el juego del silencio ya no es más una opción. La presión de los empleados y consumidores para que las empresas reflejen sus valores y trabajen en pos de generar un impacto social positivo es muy alta: en promedio, el 69% de los colaboradores a nivel global considera que estos temas son factores decisivos al considerar una oportunidad laboral y el 63% de los consumidores compra o aboga por marcas de acuerdo con sus creencias y valores.
Más que nunca las empresas tienen la oportunidad - y la responsabilidad- de jugar un papel activo en la reconstrucción de la confianza. Como primer paso, compartiendo información verificable, confiable y basada en datos; participando en debates públicos y alzando la voz en los temas relevantes. Pero principalmente, convirtiendo los propósitos en acción: creando redes y un ecosistema que trabaje para impactar de manera positiva en las comunidades en las que operan.


