Opinión

El mercado de las incertezas

Seguramente una nube de palabras que recoja las expectativas de los principales actores sobre el escenario argentino para los próximos meses pondría en el primer lugar la palabra incertidumbre. Sentimos que hace ya muchos años somos líderes en esta materia, que tiene como contracara una capacidad extraordinaria para gestionar y tomar decisiones sin un mínimo de previsibilidad.

Pero, aunque pensemos que somos los campeones mundiales de la improvisación, la falta de certezas no es un fenómeno local. Nadie predijo la caída del muro de Berlín, ni el Covid y ningún referente internacional tomó en serio las amenazas de Putin contra Ucrania.

Son varios los elementos que están detrás de la escena, moviéndose e iterando entre sí. Veamos esto un poco más en detalle. En primer lugar, la incertidumbre es la resultante de la interacción entre una oferta insatisfecha y una demanda de certidumbre. Sí, de nuevo oferta y demanda.

Suba de la pobreza: el Gobierno quedó golpeado y sin respuestas

Europa avanza en una ley para "domar" la inteligencia artificial: los objetivos y los límites que enfrenta

La avidez por mayores certezas es incansable, es un gran motor de desarrollo de tecnología y capacidades de la sociedad, aunque se descuenta que no se logrará la predicción perfecta. Conocer el futuro tal cual será no es un objetivo, sino más precisamente intentar reducir los intervalos de ocurrencia, aproximarnos lo suficiente para tomar las decisiones correctas.

Lo extraordinario de nuestro país proviene de la escasez en la oferta de certezas. Es acá donde se queman los papeles. Fundamentalmente por la tensión de una agenda irresuelta: inflación récord, escasez de dólares, cepo, brecha, restricciones y reglas de juego inconsistentes. Todos esos desaciertos que conviven con un mundo nuevo, con otro orden, que se plantea nuevos desafíos y que, también gracias a la tecnología, modificó las culturas y las conductas. Este contraste radical se traduce indefectiblemente en significativos niveles de inestabilidad. Es decir, lidiamos con una volatilidad del siglo pasado mientras el futuro se impone en cada una de nuestras decisiones.

¿Cómo se puede comenzar a disipar la incertidumbre? La disputa electoral es el epicentro y el ordenador, ahí veremos el despliegue de los argumentos económicos: las ideas antiinflacionarias que se ocupan de lo urgente y las medidas fundamentales que posibilitan una dinámica de crecimiento y desarrollo sostenido.

Seguramente no alcance con el despliegue de la disputa electoral. La ecuación del desarrollo sostenido está en movimiento a toda velocidad y determina un nuevo paradigma que modifica los grandes conceptos políticos, culturales, económicos y al mismo tiempo, la generación de nuevos modelos de negocios con otros fundamentos.

LAS INCERTEZAS CRIOLLAS

Incerteza 1: ¿La sociedad tiene conciencia de que con estabilizar no alcanza y que la agenda de la nueva economía ya está en curso? Dicho de otro modo, ¿evitaremos reeditar la trampa de pensar en lo urgente y postergar lo importante?

Será necesario dimensionar lo distintivo de este momento, donde la ventana de oportunidad para que cambiemos el mindset se presenta notoriamente. La comprensión de cuales serán los drivers que marcarán una salida positiva, es el primer paso.

"Hay cambios que nos preocupan porque llegan antes de que podamos ocuparnos de ellos", reflexiona la politóloga Julia Pomares y coincido. Ella sostiene que el cambio no va a estar dado sólo por la tecnología, sino que el cambio va a pasar fundamentalmente por quiénes son los que van a tomar las decisiones y sobre qué asuntos las vamos a poder tomar. Y señala a los gobiernos y las empresas como los principales actores en este plano de liderazgos.

Las compañías globales están desafiando la frontera de la innovación, con nuevos desarrollos tecnológicos, nuevos paradigmas de management, y un entendimiento más preciso de las audiencias. El objetivo: distancia cero entre la empresa y el cliente.

La transformación es a toda velocidad. Aquello que las propuestas de valor persiguen desde hacer varios años, customizar al máximo la experiencia de usuario sin perder escalabilidad, eficiencia y rentabilidad, encuentra en el nuevo entorno digital las posibilidades técnicas reales.

Este proceso nos lleva a repensar categorías que se vuelven obsoletas. La empresa o la industria como unidad de referencia dejan de tener relevancia. El ecosistema aparece en escena para contener una nueva estructura, un nuevo sistema de vínculos, de red, desaparecen barreras, se amplían las posibilidades. Es el ocaso de los targets: el standard abre la puerta a lo peculiar.

Incerteza 2. Electorado = cliente, audiencia, usuario, persona.

¿El veganismo, la electromovilidad, el medioambiente traccionan electoralmente? Tal vez una respuesta impulsiva diga que aún no, que Argentina está inmersa en la vieja agenda y las nuevas tendencias vienen con demoras. Pero la respuesta lejos está de ser lineal.

Son varias los ejemplos que dan cuenta de una sociedad compleja y fragmentada, donde conviven varias Argentinas, especialmente aquella que moviliza la agenda de la nueva economía y la sustentabilidad.

Decodificar esto no es tarea sencilla. Aquellos rasgos sociodemográficos que nos ayudaban a entender a la sociedad, sus demandas y sus comportamientos se están volviendo obsoletos.

El Board of Innovation nos ayuda a entender este fenómeno. Ya no podemos pensar que a igual entorno y trayectorias las personas se igualan respecto a sus opiniones, deseos, objetivos, demandas, intereses. Por el contrario, los fundamentos de las diferencias están más encriptados, están sobre las apariencias socioeconómicas.

Sin dudas, esto complejiza la tarea de los negocios y de la política, pero al mismo tiempo resignifica algunos elementos que hasta hace poco se los creía poco saludables para la dinámica colectiva.

El marketing electoral visto cómo técnicas de manipulación masiva, donde el eslogan escaso de contenidos facilitaba la conquista de resultados electorales, va mutando hacia herramientas eficientes que permitan dialogar con una multiplicidad de públicos, sobre temáticas dispares. Es como un Lollapalooza: hay varios escenarios para diversos públicos, y todos conviven en armonía. Al mismo tiempo, la sobreexposición digital y la dinámica de las redes, presiona sobre la robustez de la palabra, lo que decimos vuelve a tener peso.

Incerteza 3. ¿Podremos generar las condiciones para que emerja un liderazgo a la altura de los desafíos que enfrentamos?

Como dijimos, detrás de la innovación de las empresas líderes están las personas, sus hábitos y sus necesidades. Lo digital los conecta, y los pone en el centro como parte activa, revelando muchas de las certezas que buscamos y determinando un aprendizaje continuo y dinámico.

La política debe incorporar el entendimiento de este nuevo paradigma si pretende liderar a la sociedad hacia una etapa de prosperidad.

Son las mismas personas las protagonistas en este proceso de cambio político/electoral y en esta nueva experiencia del cliente. El viaje del consumidor da lugar a una agenda constructiva de intereses, valores, y preocupaciones que miran más allá de las definiciones de hoy para animarse a esbozar las certezas del largo plazo. Como planteamos al inicio, el liderazgo político y empresario debe asumir los desafíos de esa construcción, adueñarse de las decisiones y, sobre todo, definir sobre qué temas vamos a tomar las decisiones. Es tiempo de que nos ocupemos de los cambios.

Temas relacionados
Más noticias de Política
Noticias de tu interés

Compartí tus comentarios

¿Querés dejar tu opinión? Registrate para comentar este artículo.