

Dejando valoraciones de lado, la muerte de Julio Humberto Grondona representa la salida del dirigente más relevante de la historia del fútbol argentino y, quizás, el personaje más influyente que ha tenido ese deporte en nuestro país después de Diego Maradona.
A “Don Julio” no le hizo falta jugar en la Selección para adquirir ese rótulo. Treinta y cinco años como presidente de la AFA, cargo en el que se mantuvo inalterable desde que lo designara el gobierno militar y en el que todavía le quedaba un año de mandato, le sobraron para estar a la altura del rango de cualquier ministro nacional. Difícilmente exista un argentino que nunca haya oído hablar de él.
Socio estratégico del kirchnerismo en el último lustro, a partir de la creación del Fútbol para Todos, Grondona había avisado que no se iba a presentar en las elecciones de la entidad, previstas para octubre del año que viene. En su lugar quedará transitoriamente Luis Segura, presidente de Argentinos Juniors e implicado en una polémica por la presunta venta ilegal de entradas en el reciente Mundial de Brasil.
Sin embargo, la sucesión genera un abanico grande de candidatos, con perfiles muy diferentes. Segura o José Luis Meiszner, el ex presidente de Quilmes, forman parte del “grondonismo” más puro de AFA, aunque también su hijo “Julito”, presidente de Arsenal, podría ser apoyado por quienes creen que el reemplazante debe portar el mismo apellido.
Todas esas candidaturas generarían rechazo de un sector de AFA, el que discute a Grondona. En cambio, hay un nombre que tendría consenso de ambas partes y por el que el propio “Don Julio” sentía mucho respeto. Se trata de Alejandro Marón, joven presidente del ordenado Lanús, y con pasado como directivo de FIFA, entidad de la que Grondona era vicepresidente.
Pero también hay candidatos “ilustres”. Uno es Aníbal Fernández, senador y presidente de Quilmes, que siempre coqueteó con la posibilidad de llegar a la AFA con el kirchnerismo en el poder y que, además, ya maneja la Confederación Argentina de Hockey sobre Césped.
Otro, quizás a más largo plazo, es Marcelo Tinelli, vicepresidente de San Lorenzo y por quien Grondona tenía un profundo afecto. El conductor televisivo, mediante Twitter, se mostró conmovido por el fallecimiento de quien definió como “una persona muy querida”. Su llegada, hoy, sería impensada teniendo en cuenta el público enfrentamiento que mantiene con el Gobierno después de su frustrada llegada al programa estatal Fútbol para Todos.
El último sería un batacazo, ya que no posee experiencia como dirigente pero sí una gran ascendencia sobre los futbolistas y un gran respeto interno en la AFA. Se trata de Juan Sebastián Verón, quien estaría dispuesto a aceptar encabezar una lista si se trabaja en la reestructuración total del fútbol argentino. El tiempo dirá.


