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'Six feet under': la zona roja que amenaza el futuro de la Argentina

'Six feet under' (seis pies bajo tierra) no solo es el título de una galardonada serie de HBO en la que dos décadas atrás su creador, Alan Ball, intentó transmitir como la sociedad lidia con la muerte 

Es allí, a seis pies o, lo que es lo mismo, casi dos metros bajo la superficie, donde la fuente de vida del "granero del mundo" se evapora. La mancha roja que revela la falta de agua para los cultivos por la grave sequía se expande sin pausa desde hace tres años y proyecta, al menos, otros dos de complicaciones severas para un país cuya economía se asienta hoy en la actividad agropecuaria.

Medio país con sequía: los dólares que se pierden, cultivos en riesgo y la duda a futuro

Por caso, las consultoras privadas calculan que hasta uno de cada tres dólares que producen las exportaciones de soja, maíz y trigo podrían faltar este 2023, luego de un año que fue histórico en liquidación de ventas al exterior gracias a que la suba del precio internacional de los commodities, impulsada por la guerra en Ucrania, contribuyó a superar lo que ya había sido una fuerte caída del 12% interanual en las cantidades embarcadas, la menor cifra en toneladas desde 2018.

Fuente: Martín Polo (twitter: @mapolo1978)

Pero es difícil proyectar que la evolución de los precios de los granos compense este año aún menores cantidades de exportación, sobre todo en un escenario que plantea recesión mundial. De allí que la caída de la producción agropecuaria puede tener consecuencias muy graves para la economía, tanto por su impacto en materia recaudatoria y de acumulación de reservas, como por las consecuencias inflacionarias y de caída de la actividad en pueblos y ciudades del interior que viven de lo que produce el campo.

"La situación es desesperante", alertan los productores que ya padecen la tercera sequía consecutiva y ven como el mapa de agua útil en la capa arable cae a cero en el norte y la mayor parte de la zona núcleo. Los escasos milímetros que cayeron a principios de año se evaporaron rápidamente y las lagunas desaparecen una tras otra. Se necesitan lluvias intensas y persistentes para superar la tremenda escasez hídrica. No hay reservas de agua y quien no puede paliar la situación con tanques cisterna, ve morir al ganado y a sus cultivos.

La liquidación de hacienda se aceleró por esta razón, lo que aumentó la oferta de carne y provocó una caída de precios que ayudaron a bajar la inflación por debajo del 5% mensual. El kilo de novillo en pie vale hoy $ 300, lo mismo que en abril pasado. Pero el stock ganadero se reduce y recuperarlo llevará no menos de dos años, por lo que a corto plazo aumentarán los precios de la carne y la leche.

Además, por la sequía y heladas se perdió la mayor parte del trigo, el maíz temprano que se empieza a cosechar a fin de febrero quedó muy deteriorado y la soja recién se terminó de sembrar la semana pasada, un mes más tarde de lo normal, lo que implica un pérdida de 25 kilos por día de rendimiento, desde el 15 de diciembre.

El combo es muy complicado, más allá de los paliativos que el Gobierno y provincias intentan aplicar con el fideicomiso del trigo, la asistencia a tamberos, condonación de deudas o baja de impuestos. La emergencia agropecuaria en un país como la Argentina es la emergencia de su propia economía.

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