Del 'vamos por todo' a los hiperpoderes

La discusión en los despachos es febril. Una experimentada legisladora de la oposición le pregunta a Máximo Kirchner: "¿Ustedes están locos?" en clara referencia al contenido del megaproyecto enviado por la flamante gestión de Alberto Fernández al Congreso. A la par se anunciaba la eliminación del artículo 85 del proyecto de ley de Emergencia Económica que le otorgaba al Presidente la posibilidad de intervenir en más de 60 organismos de la administración pública.

La disputa era por el 'caballo de Troya': El artículo 38 inciso A que permite ampliar a otras operaciones en moneda extranjera el cobro del impuesto del 30%. Al igual que el artículo 32 de la iniciativa, también por 5 años pero sin especificaciones de ningún tipo en cuanto a las transacciones a las que podría alcanzar el impuesto.

La verdadera se esconde allí. Donde la controversial delegación de facultades expande sus tentáculos poderosos y oscuros.

El artículo 85 era flagrante, por eso permitió ser una rápida moneda de cambio en la negociación con la oposición política. En tanto este otro permanecía silencioso ante la ruidosa discusión del primero.

Corría diciembre de 2015 cuando Mauricio Macri se hacía cargo del Gobierno. La reunión en Olivos tenía varios interlocutores en el área económica. Carlos Melconian le dijo ese día al entonces Presidente que la Argentina no estaba capacitada para tener un mercado de cambios libre. Para el economista, la libertad cambiaria solo debería ser el final de un proceso de estabilización. Una estabilidad de la que entonces y hoy la Argentina carece. Evidentemente esa fue una batalla perdida para Melconian: Macri no lo escucho.

Hoy la Cámara de Diputados tratará en el recinto el proyecto de Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva. Un paquete de iniciativas económicas que delega facultades del Congreso en el Poder Ejecutivo, modifica impuestos, limita aún más la compra de moneda extranjera, suspende la movilidad jubilatoria por 6 meses, y cambia la política tarifaria, entre otras tantas medidas que se traducen en devaluación más ajuste.

Lo más relevante que hay que entender es que este proyecto permitirá a la administración de Alberto Fernández hacerse rápidamente de fondos frescos. Cada uno de estos puntos son paquetes de 100.000 millones de pesos. Sin contar el capitulo más significativo en materia de recaudación que son las retenciones al sector agropecuario que aportarán eventualmente otros $ 300.000 millones más. Es un programa que junta mucha plata, en eso coinciden todos los economistas de la ortodoxia a la heterodoxia.

En el corto plazo atacan dos frentes: el fiscal y el cambiario. Lo que no se observa, sostienen muchos especialistas, es un plan de estabilidad. Es un programa que contiene en sus fundamentos las muy avanzadas negociaciones con el FMI.

Un capítulo aparte merece la discusión parlamentaria. El chiquitaje político se entretuvo en ver cómo cubrir las vacantes de aquellos legisladores que habían asumido cargos ejecutivos. Cualquier experimentado Presidente de la Cámara de Diputados hubiese hecho votar con celeridad las renuncias y los nuevos puestos vacantes. Sin embargo, las mezquindades de la política se interpusieron.

Parece que no solo en el bloque oficialista había preferencia por sumar a legisladores varones sin hacer cumplir la ley de paridad de género.

En Cambiemos aún se discute el lugar que dejó Guillermo Montenegro al ganar la intendencia de Mar del Plata. Allí se debe decidir entre la Diputada Adriana Cáceres y el Diputado Marcelo del Sol quien tendría mayor cercanía con Cristian Ritondo. En el bloque oficialista se da también la controversia entre Liliana Schwindt y Marcelo Diaz.

Mientras se entretenían los diputados peleando por el conchabo, el tiempo corría en contra de las aspiraciones del Presidente Fernández por lograr el rápido tratamiento del paquete de leyes económicas.

Hasta altas horas de la noche seguían las negociaciones de los puntos más controversiales de las facultades delegadas. Cambiemos rompió la negociación cuando afirmó que no dará quórum para el tratamiento de la ley. La llave está entonces en los aliados circunstanciales.

El bloque de Consenso Federal puso foco en el tema jubilados. La suspensión de la fórmula de movilidad de los haberes del sector pasivo abre la puerta a los aumentos unilaterales por decreto. El problema es que la definición de la nueva fórmula de actualización de las jubilaciones ya no pasaría por el Congreso con las nuevas atribuciones delegadas a la Casa Rosada.

Una vez más la plata fácil de los bolsillos de los jubilados. Paradojas del llamado proyecto de ley de solidaridad y emergencia económica.

Para la dirigencia política argentina es fácil ser solidario con el dinero ajeno, nunca con las cajas propias.

En tanto la emergencia, en lugar de ser una situación transitoria que el dirigente se comprometa a resolver en el corto plazo, es un estado permanente. Se perpetúa en la vida pública argentina de manera agónica. Muy conveniente para justificar cualquier atropello institucional.

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