Cuál fue la mejor inversión en cada período presidencial

Argentina arrastra en los últimos años un fracaso sistemático sobre el avance de la economía, pero en materia de inversiones, muchos presidentes pudieron dejar rendimientos atractivos.

Argentina arrastra en los últimos años un fracaso sistemático sobre el avance de la economía, pero en materia de inversiones, muchos presidentes que dejaron una economía al borde del abismo, pudieron dejar rendimientos muy atractivos para los inversores.

Analizaremos casi los últimos 25 años, de Carlos Menem, pasando por Fernando De la Rúa, Nestor Kirchner, Cristina Fernández de Kirchner en sus dos periodos y finalmente Mauricio Macri.

Arranquemos por lo actual:qué deja en materia de resultados a los inversores la gestión de Macri.

Si bien 2016 y 2017 resultaron buenos para la mayoría de los ahorristas, la crisis cambiaria desatada en abril de 2018 borró de un plumazo las ganancias acumuladas. De hecho la única inversión que aún le gana a la moneda estadounidense son los inmuebles con una valorización del 28% según la última información proporcionada por el sitio Reporte Inmobiliario.

Desde que asumió Macri hasta abril de 2018 los principales activos le ganaban al dólar, donde sobresalían las acciones argentinas con un rendimiento de poco más del 60% gracias a una disminución de la prima por riesgo argentino y la expectativa de inicio de una senda de crecimiento sostenido con la consecuente mejora en las ganancias de las empresas. Los inmuebles con una ganancia del 25%, bonos soberanos argentinos con rendimientos promedio -según el índice IAMC- de 12% y hasta los plazos fijos tradicionales a tasa fija con una rentabilidad del 4%.

A mediados de 2018, la sumatoria de un contexto internacional más volátil, suba de tasas de interés de la Reserva Federal, guerra comercial entre Estados Unidos y China y el creciente déficit fiscal y de cuenta corriente, gatillaron la salida de inversores tanto extranjeros como locales de los principales activos de inversión. Todo derivó en una corrida y el dólar pasó de $ 20 a $ 40, y el resultado una espectacular caída de los precios de los principales activos financieros.

No obstante, el único activo de ahorro indemne fueron los inmuebles en los cuales los precios todavía parecen mantenerse estables pese a la fuerte reducción en la cantidad de operaciones concertadas. Contra todos los pronósticos parados a febrero de 2019 al observar todo el período presidencial de Macri el mejor activo de inversión resultaron los ladrillos, con una apreciación del valor acumulada del 28% (retorno total bruto de 37% considerando un alquiler, el equivalente a un 8% anual promedio).

Nada mal si lo contrastamos con las acciones argentinas que terminan casi empatando al dólar (datos a febrero de 2019), los Bonos Soberanos que registran una pérdida del 2% anual y ni que hablar del plazo fijo en pesos tradicional con renovación cada 30 días con una pérdida del 26% en tresaños, 9% por año.

Durante los dos mandatos de Cristina Kirchner se observa que el mejor activo de inversión resultaron los bonos del gobierno nacional con un rendimiento anual promedio del 10% en dólares seguido de los inmuebles que registraron una revalorización anual del 7% promedio.

Resulta que aun con los mercados de deuda cerrados y creciente déficit fiscal el gobierno utilizó hasta el último dólar en las reservas del Banco Central para pagar la deuda. A su vez, casi todo el mandato de CFK se caracterizó por un contexto macroeconómico volátil con alta inflación y bajo crecimiento, factores que explican porque los bonos y los inmuebles fueron las mejores alternativas de inversión durante su presidencia. A diferencia de estos activos, las acciones por su parte registraron un retorno de solamente 3% anual.

La presidencia de Néstor Kirchner fue uno de los períodos presidenciales de la historia reciente con los mejores niveles de rentabilidad en la mayor parte de los activos de inversión analizados. Durante su mandato se configuraron algunos factores que contribuyeron a una mejora sostenida en las valuaciones, entre las que se destacan un período de fuerte crecimiento económico, relativamente baja inflación y una valuación inicial muy baja en la mayoría de los instrumentos.

Con alto crecimiento y relativamente baja inflación no es casual que durante este período la mejor inversión resultaron las acciones locales que registraron una rentabilidad anual en dólares del 26%. En segundo lugar se ubicaron los bonos soberanos con un retorno del 13% anual y los inmuebles con una revalorización del capital de 11% al año.

Saltándonos el traumático período que transcurrió durante las presidencias interinas de Adolfo Rodríguez Saá y Eduardo Duhalde, analizamos la presidencia de Fernando de la Rúa. La grave herencia económica que le dejó el gobierno de Menem, sumado a desaciertos propios hicieron del gobierno de De la Rúa uno de los peores en términos de rentabilidad de las inversiones.

Durante este período el único activo que resultó una fuente de resguardo fue el dólar cochón. Mientras que las acciones argentinas y los bonos soberanos se llevaron la peor parte con pérdidas anualizadas del 36% y 27% en dólares.

Finalmente nos remontamos hasta la última presidencia de Menem, donde las mejores inversiones resultaron los Bonos del tesoro con un rendimiento anual promedio en dólares del 18%, siempre según el índice IAMC. En segundo lugar se ubicaron los depósitos a plazo fijo en pesos que en un contexto de tipo de cambio estable y baja inflación rindieron 8% anual.

De esta forma, al analizar la performance de las inversiones en los distintos períodos presidenciales podemos concluir que las mismas se encuentran muy influidas por el contexto macroeconómico local e internacional, fundamentalmente con lo que ocurre con los niveles de inflación, crecimiento económico y tasas de interés. Las acciones resultan buenas alternativas de inversión en contextos de relativamente baja inflación y alto crecimiento económico. Mientras que los bonos en sus distintas alternativas-ya sea en pesos, dólares o indexados por inflación- resultan mejores alternativas en contextos de bajo crecimiento económico.

Mientras que si bien los inmuebles usualmente resultan en alternativas atractivas en períodos de elevada inflación y alto crecimiento, en el caso argentino tuvieron un buen desempeño aún durante estos años de estancamiento económico.

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