ENFOQUE

Visión 2030: desafíos y oportunidades para la industria automotriz

La industria automotriz se encuentra sumergida en una nueva revolución industrial, posiblemente mucho más acelerada y disruptiva que los cambios que se materializaron a lo largo del último siglo y auguran una transformación radical en el sector, en los autos, en la forma de movilizarnos, producirlos, comercializarlos y adquirirlos.

Frente a este cambio global, cómo se insertará nuestro país, de qué manera se posicionará en esta transformación, hacia dónde y cómo se orientará la demanda. Estos, y otros interrogantes comenzaron a ganar espacio en las agendas de las terminales automotrices, socias de ADEFA, y dieron lugar a diagramar una hoja de ruta para analizar el estado de situación y pasar a la acción, aprovechando oportunidades y superando desafíos.

Como una suerte de continuidad del trabajo que desarrolló en 2017 que estuvo orientado a las mejoras específicas en competitividad industrial, sin hacer foco en los servicios ni en las nuevas tendencias, ADEFA saldó esa deuda través de este nuevo estudio sobre la Visión 2030.

El mundo avanza a distintas velocidades en la producción de vehículos y la provisión de servicios, creando numerosos escenarios. Esto abre oportunidades para la región, que deberá asumir nuevas competencias para integrarse en las cadenas globales de valor. En este contexto, el trabajo se enfoca sobre tres pilares: Industrial, comercial y movilidad que son lo que abren la posibilidad de trabajar sobre diversos ejes que son atravesados de manera transversal por la innovación.

Es necesario empezar a correr la carrera del futuro aprovechando las oportunidades y construyendo nuevas para nuestros mercados, nuestra realidad. Es necesario generar iniciativas que nos acerquen al mercado de los próximos años. En este sentido, se desprende que existen diversos campos de acción dependiendo del tipo de tecnología de motorización.

La Argentina tiene oportunidades de crecimiento en todas las motorizaciones, aunque con estrategias heterogéneas. De esta manera, mientras los países desarrollados se centran en vehículos eléctricos, conectados y autónomos, no tenemos que perder de vista que aun en el horizonte 2030, habrá un mercado de combustión interna en los países en desarrollo al sur del globo- que demandará productos y servicios. Y no es menor. Se estima que el mercado tendrá para esa fecha un potencial de 7 millones de unidades.

En el segmento de los pesados y continuando con las tecnologías de combustión interna (ICE), hay que explorar la capacidad del GNC-GNL. La Argentina y la región cuentan con una reserva gasífera muy significativa lo que le permitiría abastecer de modo barato el combustible. Cuál sería su impacto: el GNL permite reducciones en la emisión de CO2 de hasta 20%, el biogás de hasta 66%.

Finalmente, no hay que perder de vista que nuestro mercado ha sabido posicionarse como productor de pick ups y eso nos puede llevar a aprovechar las nuevas tecnologías para el desarrollo de pick ups híbridas. Esta transformación demandará construir una industria 4.0 y la reconversión del conglomerado autopartista.

De la mano de la especialización y el cumplimiento o seguimiento de estos lineamientos de la Agenda, por ejemplo, podríamos esperar un impacto de entre 8% y 12% en la mejora de nuestra competitividad.

En lo que respecta al pilar Comercial, el nuevo consumidor necesitará nuevos canales y es por ello que se requerirá de la transformación de los concesionarios para atender las nuevas demandas y definir el liderazgo sobre el control del canal on-line y B2B que serán centrales para el futuro.

Sin dudas, esto nos lleva a pensar en la necesidad de consolidar un plan nacional de movilidad que nos habilite a instalar la reconversión industrial. Esta estrategia nos permitirá contar con previsibilidad respecto a la oportunidad a futuro que es bastante amplia. Se estima que los servicios de movilidad hoy representan el 2,7 % del negocio y tienen una proyección de captar el 22% en el horizonte 2030.

Queda claro que se plantean varios desafíos de cara a esa meta 2030. No obstante, sin perder el foco de la coyuntura, tenemos que centrarnos en las oportunidades que también se presentan. Es necesario que continuemos trabajando para poder cumplir con el objetivo de posicionarnos como una industria de clase mundial sustentable y competitiva, produciendo vehículos, componentes y soluciones de movilidad y desarrollando e incorporando nuevas tecnologías para la Argentina, la región y el mundo.

La elaboración de un Plan Estratégico Participativo para el Desarrollo de la Industria Automotriz Argentina 2020-2030 requiere del involucramiento y compromiso de toda la cadena de valor, los sindicatos, y el gobierno y ya hemos dado el primer paso.

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